Iniciativa única en el país

Impulsan la donación voluntaria de sangre y médula ósea

Martes 11 de mayo de 2010

Sustituir el sistema de donación para reposición por grupos de donantes voluntarios, erradicar mitos y concientizar sobre un acto altruista que permite salvar vidas, son los desafíos que asumieron médicos y estudiantes de la UNL junto con el CENAELE, el Hospit

Cada día se lee, se escucha y se sabe que se solicitan donantes de sangre para reponer la que se transfundió a algún paciente. Así funciona el 95% de un banco de sangre, por reposición. Conseguir los donantes, que estén aptos para hacerlo y que puedan realizarlo en el momento que se requiere no es nada fácil.
Pero existe otra forma de organizarlo, la formación de grupos de voluntarios que donen periódicamente. Actualmente este tipo de donantes representa menos del 5% de la sangre que llega a los bancos. Para fomentar esta práctica altruista y concientizar sobre la importancia de mantener un stock, la Universidad Nacional del Litoral (UNL) lleva adelante un proyecto junto con el Centro de Atención a Enfermos de Leucemia (CENAELE), el Hospital J. B. Iturraspe, el Plan Nacional de Sangre y el INCUCAI, con la consigna “Ayúdanos a ayudar”. Se trata de la única iniciativa universitaria de este tipo en el país.
La promoción de la donación como un acto voluntario y que sólo se lleva a delante por la motivación de ayudar a otro que lo necesita, comenzó el año pasado en escuelas, clubes y otras instituciones convocantes de los distintos barrios, centralizando el trabajo en los centros de salud del área programática del Hospital J. B. Iturraspe.
Además, en el marco del proyecto, se realizan instancias de formación para los profesionales de la salud con el fin de optimizar el uso de estos tan escasos recursos.
“El proyecto apunta a subsanar una gran falencia que hay en nuestra comunidad que es la falta de donantes voluntarios, tanto de hemoderivados –glóbulos rojos, plaquetas, plasma– así como de médula ósea, que son las células progenitoras hematopoyéticas”, explicó el médico Nicolás Kurgansky, director del proyecto de Extensión Universitaria de la Escuela de Ciencias Médicas (ECM).
Según destacó, un factor crucial que lleva a la promoción de la hemodonación es que no hay sustitutos sintéticos para la sangre ni las células madre.

Células madre, la gran incógnita
Pensar en células madre hematopoyéticas puede confundirse con imaginar complicados experimentos ligados a la clonación y otras controvertidas líneas de investigación científica, sin embargo, la realidad es otra. “Actualmente, el uso de células progenitoras hematopoyéticas (médula ósea) está definido como una terapia necesaria, y de probada eficacia en determinadas enfermedades como las leucemias agudas con factores de mal pronóstico o refractarias al tratamiento con quimioterapia de primera línea. Por esto, muchas veces es la única forma de sobrevivir a una enfermedad tan agresiva y mortal”, destacó Kurgansky.
En Santa Fe, al igual que en el resto del país, es posible ingresar al registro nacional de donantes de médula en los bancos de sangre de los hospitales Cullen e Iturraspe. Según explicó el médico de la UNL, es un procedimiento simple y no invasivo en el que se extrae una pequeña cantidad de sangre –similar a la de un análisis común– y de allí se estudia el perfil de compatibilidad.
Lograr la compatibilidad de la médula donante con la receptora es mucho más difícil que encontrar un donante de sangre compatible. Es por ello que se requiere una gran cantidad de inscriptos en el registro para obtener coincidencias que salven vidas. El registro argentino del INCUCAI forma parte de una red de registros internacionales, por lo que un donante en Argentina puede salvar la vida de un receptor en cualquier parte del mundo.
Recién en el momento en que se encuentre una compatibilidad entre un paciente que requiere un transplante y una de las personas del registro, ésta se convierte en un posible donante.  
“La médula está dentro del hueso y es la fábrica de glóbulos rojos, blancos y plaquetas. Hoy día, la mayoría de las donaciones de células progenitoras hematopoyéticas se realiza desde la sangre periférica, sin necesidad de acceder al hueso”, señaló.

Información y formación
Uno de los obstáculos que limitan la cantidad de donantes es que al día de hoy persisten creencias y prejuicios respecto a la donación de sangre. Contagio de enfermedades, efectos en la salud del donante y hasta la comercialización son algunas de las que se mantienen. Los médicos y estudiantes involucrados en el proyecto se ocupan de explicar los procedimientos y disipar las dudas al respecto. “Sin embargo, lo más arraigado es el concepto de donación de reposición. No hay conciencia de la necesidad de donar en forma voluntaria, sin una solicitud explícita de algún paciente que lo necesite”, analizó Kurgansky.
Además, el proyecto incluye instancias de formación para estudiantes y profesionales de la medicina. Periódicamente se dictan seminarios en el Hospital Iturraspe con el fin de detallar, precisamente, cuándo hay que pedir una transfusión y en qué situación y cantidad hay que transfundir, con el objeto de asegurar el buen uso de estos escasos recursos, sin exponer a los pacientes a riesgos innecesarios.
“La transfusión de hemocomponentes (glóbulos rojos, plaquetas y plasma) es una terapia médica, con indicaciones precisas y al igual que sucede con los medicamentos, no se debe indicar sin un fundamento científico que lo amerite”, aclaró Kurgansky. “Para ello existen guías nacionales e internacionales que nos orientan para realizar un mejor uso de este escaso recurso”.

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