Meteorología

Instalan un radar meteorológico para predecir tormentas

Miércoles 9 de abril de 2008

Forma parte del sistema de alerta temprana de fenómenos extremos como tormentas severas, granizo y tornados. El radar de última generación está siendo instalado en INTA Paraná y su radio de cobertura incluye la capital santafesina. Una terminal operativa se ub

Con una anticipación de dos y un máximo de seis horas, el radar meteorológico permite definir la existencia de tormentas convectivas, prever la cantidad de lluvia, tamaño de gotas, velocidad de los vientos, tamaños del granizo, entre otros fenómenos.
En la actualidad, la ciudad de Santa Fe no cuenta con este tipo de información, tan crucial a la hora de enfrentar las clemencias del tiempo. Sin embargo la situación puede cambiar gracias a que el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) está instalando en su sede de Paraná, un radar metereológico cuya zona de cobertura es de unos 350 km a la redonda, lo que incluye el área metropolitana comprendida por Santa Fe, Santo Tomé y Paraná.
La Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas (FICH) de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) lleva a cabo gestiones ante las autoridades del INTA y el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) para instalar una estación de recepción de información proveniente del radar. Esto permitiría a la ciudad de Santa Fe y sus alrededores disponer de un sistema de alerta temprana.
La localización de la terminal operativa en FICH se recomendó por su conveniente ubicación geográfica, ya que se encuentra prácticamente “a la vista” del radar ubicado al margen de la Ruta 11 en la localidad de Oro Verde, Entre Ríos. Otro factor decisivo es que esta facultad cuenta con la presencia de especialistas en estas tecnologías.
Para acceder a la información, se ha acordado la firma de un convenio entre el INTA, la UNL, el SMN y el Gobierno de lo Provincia de Santa Fe. “La universidad no sólo instalará el modelo de predicción para la región sino que también se compromete a calibrar el radar del INTA Paraná y otros dos que son de influencia en la provincia”, explicó el Dr. Norberto García, experto en climatología de la casa de altos estudios. Junto con el Dr. García –de gran trayectoria en el SMN- trabaja el Dr. José Luis Macor, quien viene de especializarse en predicción de fenómenos a muy corto plazo en Francia.

Sistema de alerta
La información meteorológica producida por el radar es de gran importancia ya que no existe ninguna tecnología instalada que permita predecir con precisión fenómenos meteorológicos severos en la capital santafesina. Otras regiones de la provincia se encuentran en el radio de cobertura de otros radares como es el caso del ubicado en Ezeiza (provincia de Buenos Aires) a cargo del SMN, o el de INTA Pergamino.
“La idea es que deben solaparse las áreas de cobertura de los radares, así como va  a pasar entre los de Paraná, Pergamino y Buenos Aires. Obviamente que con esto no se soluciona todo; habría que tener un radar en Córdoba –que actualmente se está gestionando- y otro en el norte de la provincia de Santa Fe. Reconquista puede ser el lugar apropiado”, indicó García.
“Además de estos equipos, la provincia tiene que hacer una inversión importante en estaciones meteorológicas automáticas y adaptar muchas de las que tiene. El objetivo es que puedan ser interrogadas en tiempo real por el sistema que vamos a tener en la terminal del radar y así poder enviar esa información al SMN”, agregó el experto.
El radar observa la superficie con una resolución de un 1km por 1km, mientras que las estaciones de referencia recogen datos de un punto específico. “Tiene que haber un ida y vuelta entre el radar y las estaciones de referencia –dijo García- para cotejar las características del eco con las condiciones que mide la estación”, tarea que desarrolla el SMN.

¿Cómo funciona?
Los radares funcionan con una tecnología similar a la que podemos encontrar en una cocina: las microondas. Este tipo particular de onda viaja en forma recta por la atmósfera y rebota en el objeto –como las gotas, por ejemplo- permitiendo medir su distancia, altitud y velocidad. Para evitar que las microondas produzcan daños es necesario ubicar el radar a unos 100 o 200 metros de cualquier obstáculo y a una altura de, al menos, 30 metros sobre el terreno, y que al igual que el horno doméstico genera calor.
La antena parabólica emite las ondas en forma de cono, tratando de que se encuentren de la forma más concentrada posible; pero a medida que se alejan, las ondas se separan y pierden precisión. “Si el radar se opera al máximo de distancia lo único que puede mostrar es en qué zonas está lloviendo, nada más”, indicó García y agregó: “A nosotros lo que nos interesa obtener es información más precisa como cuanto puede llegar a llover en dos horas”.

Precisión y límites
La tecnología de radar es muy útil pero tiene ciertas limitaciones que deben tenerse en cuenta para obtener el mayor rigor en los datos. Por una parte existe un límite infranqueable en la distancia hasta donde puede ver un radar y eso está determinado por la curvatura de la tierra. “Como las ondas viajan rectilíneamente, en cuanto se alejan también se van distanciando de la tierra. Por esto el alcance máximo de un radar es de unos 350km”, explicó García.
Otro factor que hay que tener en cuenta es que las condiciones de propagación de las microondas en la atmósfera no son siempre normales. Suelen ocurrir situaciones en las que las ondas se desvían hacia arriba o hacia abajo –superrefracción o subrefraccíon- lo que puede llevar a errores de percepción o interpretación por parte del operador del radar. Para saber si el radar emite en forma rectilínea existen equipos como las estaciones de radiosondeo.

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