Reconocimiento internacional

Investigadores de la UNL participarán en un libro de la UNESCO

Jueves 1 de diciembre de 2011

Se trata de Alberto Cassano, Orlando Alfano y Roberto Romero autores de un trabajo sobre fotorreactores que saldrá publicado en la Encyclopedia of Life Support Systems de la UNESCO. El grupo de investigación es considerado un referente mundial en el desarrollo

“Si un investigador desea comenzar a trabajar con fotorreactores, en un capítulo de la enciclopedia encontrará los principales rudimentos teóricos sobre cómo abordar el diseño y análisis de estos equipos”, señaló Alberto Cassano, docente de la FICH e investigador del INTEC, refiriéndose al trabajo que realizó junto a Orlando Alfano y a Roberto Romero –investigadores del INTEC y docentes de la FICH y la FIQ, respectivamente– para su publicación en la Encyclopedia of Life Support Systems (Enciclopedia de Sistemas de Apoyo a la Vida).
Esta colección de libros, editada por la UNESCO, es considerada una de las más completas y rigurosas de la literatura mundial por su capacidad de reunir contribuciones de un gran número de disciplinas, orientadas a la preservación de la vida en el planeta, y por abarcar un amplio espectro de destinatarios: desde científicos, ingenieros y economistas, hasta educadores, estudiantes universitarios y tomadores de decisión. El trabajo sobre fotorreactores constituye uno de los 92 capítulos que incluirá una edición de varios volúmenes dedicada a la Ingeniería Química.
“Recibí la invitación a principios de este año y la hice extensiva a los dos colaboradores más antiguos del grupo de investigación que fundé e integro. Siempre es grato recibir este tipo de reconocimiento. De cualquier manera, la mayor satisfacción es saber que esta distinción, más que a mi persona, es al trabajo realizado por el grupo a lo largo de los años”, expresó el investigador.
Cassano es pionero en el desarrollo de una teoría sobre fotorreactores en el área de la ingeniería. Comenzó a trabajar en esta línea en 1964, cuando aún no existían en el mundo publicaciones científicas al respecto, mientras realizaba el Doctorado en Ingeniería en la Universidad de California, Estados Unidos, y sólo había trabajos básicos de laboratorio realizados por químicos.
A su regreso a la Argentina, y siendo el primer profesional con este título de posgrado en el país, instaló el tema en el ámbito científico y hoy lo continúa desarrollando con su grupo de investigación, logrando un liderazgo internacional en la temática. “La idea es continuar desarrollando investigaciones con distintos tipos de reactores y procesos fotoquímicos a fin de que una teoría, que hace 45 años no existía, hoy pueda continuar consolidándose”, subrayó el experto.

El poder de la luz
Los fotorreactores son equipos en los cuales se producen reacciones químicas activadas por la luz solar o artificial. Si bien su ámbito de aplicación es muy amplio, el grupo dirigido por Cassano trabaja hace casi 20 años en procesos fotoquímicos orientados a la descontaminación del agua y el aire.
Así, por ejemplo, los investigadores están participando de un proyecto impulsado por la Municipalidad de Rafaela, que consiste en el tratamiento de descontaminación de los contenidos residuales del lavado de envases de agroquímicos a través de un reactor diseñado por el grupo. También desarrollaron en Holanda adoquines ecológicos con un compuesto químico que, activados por la luz solar, eliminan contaminantes liberados por los escapes de los autos. Del mismo modo, trabajarán en la fabricación de pinturas que, mediante una reacción provocada por la luz visible o artificial, desodoricen ambientes interiores.
El objetivo del grupo es avanzar con este tipo de aplicaciones, a través de la construcción de cerámicas y azulejos para la purificación del aire en los baños o la esterilización de salas de cirugía, así como en el desarrollo de reactores solares.
A pesar de que hoy se emplean otros procedimientos para la descontaminación, como la adsorción con carbón activado, la utilización de fotorreactores ofrece algunas ventajas. “Por un lado, al permitir elegir la longitud de onda adecuada de la luz, brindan mayor selectividad para alcanzar el resultado deseado. En cambio, si se trabaja con otro tipo de procesos donde se utiliza, por ejemplo, temperatura, es probable que ese resultado se contamine con reacciones que se irán produciendo mientras se intenta alcanzar el grado preciso de temperatura para provocar la reacción buscada. Además, esos procesos trasladan el contaminante a otro lugar, pero no lo destruyen como sí lo hacen los métodos que nosotros utilizamos. Por otra parte, los reactores solares son particularmente más competitivos con respecto a cualquier otra alternativa, ya que el sol provee prácticamente toda la energía que el proceso necesita”, explicó el Dr. Cassano.
El empleo de fotorreactores está muy difundido actualmente a nivel internacional y tuvo un gran desarrollo en la industria farmacéutica. “Es que los equipos son de cuarzo o vidrio, es decir, muy frágiles y de pequeño porte. La medida máxima aproximada que pueden alcanzar es de 2,50 m de largo y 50 cm de diámetro, lo cual les permite funcionar mejor en procesos de menor escala, como los de dicha industria”, aclaró el experto.

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