Reflexiones

La autonomía universitaria en el cierre de la Semana de la Extensión

Viernes 31 de mayo de 2013 / Actualizado el viernes 31 de mayo de 2013

Durante una semana, los equipos de Extensión de la UNL socializaron conocimientos y experiencias que son el fruto de las políticas de apertura de la Universidad. Se plantearon las conclusiones, y se debatió sobre el vínculo entre autonomía y extensión.

“La autonomía universitaria en América Latina se convirtió en una condición que le dio identidad a las universidades que buscaron dar un viraje a su función y existencia en la vida social”, afirmó Víctor Hugo Aguilar Gaxiola en el panel que cerró la Semana de la Extensión en la tarde del jueves. 
En ese marco, el director General del Servicio Social de la Universidad Autónoma de Sinaloa (México) presentó su libro “Extensión y autonomía universitaria”, en el que reflexiona sobre las formas en que ha sido concebida la labor extensionista, a la luz de los procesos históricos y políticos latinoamericanos, en cuyo marco se respetó o limitó la autonomía de las universidades,  afectando la política de apertura al medio social.
De la actividad participaron el profesor de la Universidad Autónoma de Sinaloa, Abel Leyva Castellanos; el secretario de Extensión de la UNL, Hugo Erbetta; y el coordinador de la Cátedra Abierta de Pensamiento Complejo, Rubén Elz; docentes, coordinadores de los Programas de Extensión de la UNL, estudiantes y miembros de la Federación Universitaria del Litoral.
En el salón de actos de FADU/FHUC, donde tuvo lugar el panel, se escucharon además las conclusiones generales de cada uno de los Programas de Extensión de la UNL, que debatieron y reflexionaron sobre su labor, en una semana que culmina este viernes con actividades de divulgación y concientización en espacios públicos. 

Modelos de Extensión
En su exposición, Aguilar Gaxiola señaló el proceso de Reforma Universitaria como un hito que inspiró a las universidades de todo el continente en su lucha por la autonomía, objeto de debate y disputa en muchas ocasiones por el poder estatal y las corporaciones.
Asimismo, señaló la influencia del socialismo europeo en las primeras concepciones extensionistas, y siguió su derrotero histórico partiendo de la inclusión del concepto de extensión universitaria en 1907 por la Universidad Nacional de La Plata. En todo ese proceso, Aguilar Gaxiola destacó el rol del movimiento estudiantil como impulsor de cambios; y por otra parte puso en cuestión la función tradicional del docente “como un actor muy asociado a la transmisión de conocimientos enciclopedistas, que no se alimentan de la investigación, y mucho menos de la extensión”, señaló.
Siguiendo los procesos de cambio social y político a lo largo del siglo XX, el especialista identificó tres modelos de extensión que denominó “endogámico o concordante”; “concurrente”, y “neoconcordante”. En la primera de esas concepciones el vínculo de las universidades con la sociedad, es definido por los intereses del Estado, convirtiendo a las instituciones en herramientas a su servicio. En el modelo concurrente, en cambio, la extensión universitaria es definida por los propios actores de la institución, a partir de las libertades de cátedra y de conciencia; un planteo que en la década de 1960 coincidió con un movimiento estudiantil comprometido, que bregó por la apertura de las universidades.

Debate actual
En México, a mediados de la década de 1980, explicó Aguilar Gaxiola “perdimos el dinamismo sin asideros de reflexión intelectual y política educativa, y caímos en el modelo que denomino neo concordante, es decir que volvimos al punto en que el Estado vuelve a definir las políticas de extensionismo”.
“El debate actual plantea que es importante recuperar el modelo concurrente, basado en el extensionismo con autonomía universitaria”, precisó a continuación.
Con ese objetivo, las concepciones de autonomía, docencia, curriculum, divulgación científica y extensión universitaria deben ser sometidas a nuevas definiciones: “Una universidad con escasa investigación de los problemas sociales, y con una docencia desvinculada de lo social, tiene un extensionismo débil”, sentenció Aguilar Gaxiola.

Balance
En el acto de cierre también se plantearon las reflexiones que se generaron al interior de los equipos de extensión, a partir del intercambio con organizaciones sociales y gubernamentales, que tuvieron un espacio para el encuentro y el debate. En ese sentido, los coordinadores de los Programas Equidad en Salud; Derechos Humanos; Delito y Sociedad; Alimentos de Interés Social; Ambiente y Sociedad; y Género, expusieron las conclusiones generales de los talleres y capacitaciones. La inserción en territorios con dinámicas diferentes a las académicas, el trabajo con actores sociales con intereses antagónicos, la construcción social del conocimiento, y la necesidad de formar recursos con una mirada interdisciplinaria, fueron planteados en ese sentido.
Por su parte, Abel Leyva Castellanos afirmó que “muchos de los que están aquí hacen las tres funciones de investigación, docencia y extensión”, en alusión a la consigna que convocó la Semana de la Extensión y a su contacto con las experiencias que se desarrollan en la UNL. Mientras tanto, Rubén Elz remarcó que el objeto de la extensión en la actualidad es complejo porque es multidisciplinario, y “requiere de pensamientos y acciones inéditas para problemas también inéditos, y además enormes”.
En esa línea, Hugo Erbetta destacó el ímpetu de los extensionistas, y valoró que “pudimos visibilizar y visibilizarnos dentro de la Universidad y de la sociedad, con todas las actividades que llevamos adelante. El otro sentido de esta actividad es que si estamos en Extensión y asumimos que trabajamos para una sociedad de alta dinámica, nosotros tenemos que tener también ese dinamismo”, dijo en alusión a los objetivos cumplidos en la actividad.
Finalmente, el secretario de Extensión de la UNL señaló los desafíos a futuro: “Integrarnos más, como programas, como proyectos, y constituir redes, fueron las ideas que gestamos en 2012 para hacer la convocatoria de este año. Junto a eso, debemos fortalecer los Consejos de Dirección de los programas. Esas son las líneas de trabajo que constituyen nuestro norte”, finalizó.


 

 

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