Entrevista con Mario Albornoz
"La ciencia, por su extraordinario poder, se ha convertido ella misma en un hecho político"
Lunes 12 de diciembre de 2005
Así lo entiende Mario Albornoz, reconocido especialista en política científica y tecnológica. Estuvo en la presentación del libro "Autoevaluación de la investigación en la UNL" y habló del posicionamiento de la casa de estudios santafesina en el contexto inter
-En su alocución hizo referencia a la importancia del apoyo internacional en el desarrollo del conocimiento científico en la Universidad Nacional del Litoral, particularmente en las publicaciones. Á‚¿Podría explayar el concepto?
-Un dato importante es que la UNL está más inserta en el desarrollo internacional, lo cual es una estrategia adaptativa muy buena debido a que publicar internacionalmente es muy caro. Uno de los rasgos de la ciencia moderna, mejor dicho de la sociedad moderna, es que los actores se vinculan más porque los medios de comunicación logran poner a la gente en contacto. Por lo tanto, ahora se trabaja mucho en redes y entonces, muchos artículos están firmados por autores argentinos juntamente con investigadores extranjeros, por ejemplo, de alguna universidad portuguesa, española o francesa.
Podemos observar cómo en los últimos años aumenta el número de artículos firmados por investigadores de más de un país. Así, por ejemplo, en la UNL co-publica en primer lugar con España, en segundo lugar con Estados Unidos, luego con Brasil y después con Alemania. -Á‚¿Qué opinión le merece la ubicación de Brasil?
-Cuando uno observa los principales seis países con los que co-publican los investigadores de la UNL en particular y de Argentina en general observa esa falencia porque, en realidad, Argentina debería co-publicar en primer lugar con Brasil debido a que está inserta en muchas estructuras, como por ejemplo la del Mercosur. Y sin embargo, se colabora mucho más con España que con Brasil. -Á‚¿Por qué usted definió al proceso de autoevaluación de la investigación desarrollado en la UNL como un modelo a imitar?
-Debido a que fue muy amplio, cubrió a todas las unidades académicas y a que la gente pudo participar. Considero que todo funcionó muy bien. -Á‚¿Qué opinión le merece el panorama de las publicaciones científicas en Iberoamérica?
-Las publicaciones científicas en Iberoamérica son numerosas. En Argentina hay por ejemplo hay más de 2.000 revistas científicas de todas las disciplinas. Muchas de ellas son de muy buena calidad pero tienen en general problemas muy serios de visibilidad internacional. De modo que pueden ser emprendimientos muy chicos, con muchas dificultades para distribuir las revistas. Se publican en castellano que no es la lengua que internacionalmente se maneja en la comunidad científica y entonces todo eso genera un movimiento en América Latina tendiente a evaluar, catalogar estas revistas y darles un valor relativo a cada una de ellas.
En segundo lugar, hay un movimiento de los propios editores para poder acceder a la publicación virtual para pasar del papel a Internet con el objetivo de que esto las haga más accesibles. Hay una tendencia mundial a que haya menos revistas y con mayor calidad y visibilidad, es decir, que el público las lea. Porque muchas veces las ediciones en papel no tienen una tirada mayor de trescientos ejemplares y, además, se distribuyen mal debido a que la distribución internacional es más cara que la edición de la propia revista. Entonces quedan almacenadas en alguna oficina.
Al no ser leídas por investigadores no son citadas en los trabajos y justamente las citas son una medida muy importante del impacto de una revista. -Á‚¿Cómo definiría usted al término política científica?
-Política Científica es la intersección entre la ciencia y la política, es decir, en qué medida la ciencia es influida por la política y en que medida la política es influida por la ciencia. La ciencia, por su extraordinario poder, se ha convertido ella misma en un hecho político. Por ejemplo, la búsqueda del dominio de las tecnologías nucleares es un hecho político.
La política científica son las medidas que toma un gobierno para promover, orientar, estimular la actividad científica y tecnológica. -Á‚¿Existe en Argentina un plan o una política científica?
-Sí, existe en Argentina una política científica. Siempre débil, pero existe. Y un plan en particular, este gobierno tiene un plan que ha sido elaborado el año pasado y que establece unas metas cuantitativas importantes para el año 2015. Por ejemplo, para ese año Argentina habrá sobrepasado el 1% del producto bruto en inversión en ciencia y tecnología y se prevé la existencia de tres investigadores o tecnólogos cada mil personas en condiciones económicamente activa, entre otros puntos.
-Un dato importante es que la UNL está más inserta en el desarrollo internacional, lo cual es una estrategia adaptativa muy buena debido a que publicar internacionalmente es muy caro. Uno de los rasgos de la ciencia moderna, mejor dicho de la sociedad moderna, es que los actores se vinculan más porque los medios de comunicación logran poner a la gente en contacto. Por lo tanto, ahora se trabaja mucho en redes y entonces, muchos artículos están firmados por autores argentinos juntamente con investigadores extranjeros, por ejemplo, de alguna universidad portuguesa, española o francesa.
Podemos observar cómo en los últimos años aumenta el número de artículos firmados por investigadores de más de un país. Así, por ejemplo, en la UNL co-publica en primer lugar con España, en segundo lugar con Estados Unidos, luego con Brasil y después con Alemania. -Á‚¿Qué opinión le merece la ubicación de Brasil?
-Cuando uno observa los principales seis países con los que co-publican los investigadores de la UNL en particular y de Argentina en general observa esa falencia porque, en realidad, Argentina debería co-publicar en primer lugar con Brasil debido a que está inserta en muchas estructuras, como por ejemplo la del Mercosur. Y sin embargo, se colabora mucho más con España que con Brasil. -Á‚¿Por qué usted definió al proceso de autoevaluación de la investigación desarrollado en la UNL como un modelo a imitar?
-Debido a que fue muy amplio, cubrió a todas las unidades académicas y a que la gente pudo participar. Considero que todo funcionó muy bien. -Á‚¿Qué opinión le merece el panorama de las publicaciones científicas en Iberoamérica?
-Las publicaciones científicas en Iberoamérica son numerosas. En Argentina hay por ejemplo hay más de 2.000 revistas científicas de todas las disciplinas. Muchas de ellas son de muy buena calidad pero tienen en general problemas muy serios de visibilidad internacional. De modo que pueden ser emprendimientos muy chicos, con muchas dificultades para distribuir las revistas. Se publican en castellano que no es la lengua que internacionalmente se maneja en la comunidad científica y entonces todo eso genera un movimiento en América Latina tendiente a evaluar, catalogar estas revistas y darles un valor relativo a cada una de ellas.
En segundo lugar, hay un movimiento de los propios editores para poder acceder a la publicación virtual para pasar del papel a Internet con el objetivo de que esto las haga más accesibles. Hay una tendencia mundial a que haya menos revistas y con mayor calidad y visibilidad, es decir, que el público las lea. Porque muchas veces las ediciones en papel no tienen una tirada mayor de trescientos ejemplares y, además, se distribuyen mal debido a que la distribución internacional es más cara que la edición de la propia revista. Entonces quedan almacenadas en alguna oficina.
Al no ser leídas por investigadores no son citadas en los trabajos y justamente las citas son una medida muy importante del impacto de una revista. -Á‚¿Cómo definiría usted al término política científica?
-Política Científica es la intersección entre la ciencia y la política, es decir, en qué medida la ciencia es influida por la política y en que medida la política es influida por la ciencia. La ciencia, por su extraordinario poder, se ha convertido ella misma en un hecho político. Por ejemplo, la búsqueda del dominio de las tecnologías nucleares es un hecho político.
La política científica son las medidas que toma un gobierno para promover, orientar, estimular la actividad científica y tecnológica. -Á‚¿Existe en Argentina un plan o una política científica?
-Sí, existe en Argentina una política científica. Siempre débil, pero existe. Y un plan en particular, este gobierno tiene un plan que ha sido elaborado el año pasado y que establece unas metas cuantitativas importantes para el año 2015. Por ejemplo, para ese año Argentina habrá sobrepasado el 1% del producto bruto en inversión en ciencia y tecnología y se prevé la existencia de tres investigadores o tecnólogos cada mil personas en condiciones económicamente activa, entre otros puntos.