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Como parte de los Cursos de Verano para Emprendedores de la Universidad Nacional del Litoral (UNL), la licenciada en Psicología Paula Raviolo intentó, por medio de preguntas, desterrar mitos inherentes el mundo emprendedor a la vez que buscó, por medio de diversas teorías, dar forma a lo que podría llamarse una psicología del emprendedor. 

Para abrir el debate y con la participación de los asistentes, se definieron ciertos criterios que convierten a una persona en emprendedor contrastando posicionamientos tales como visiones innovadoras, economicistas, empresariales, etc. Al respecto, Raviolo se inclinó en tener “una lectura más amplia que considerar emprendedor al que crea una empresa”. Dentro de las características necesarias en la personalidad para tener un perfil emprendedor, la investigadora en el área de emprendedurismo de la UNL enumeró la “autoeficacia, innovación, la tendencia a asumir riesgos, tolerancia al estrés, locus de control interno, que es cuando uno tiene la sensación de que controla su destino, y autonomía”. 

Las tres teorías

Raviolo enumeró tres grandes maneras de intentar definir quién es un emprendedor. La primera de ellas refiere a un saco que a algunos va a caberles y a otros no. Al respecto, la capacitadora indicó: “algunas teorías que intentaron responder a esto de quién es el emprendedor o qué es un emprendedor, empezaron a basarse en las características de personalidades de emprendedor. Esto tiene como supuesto básico que uno nace como emprendedor y eso es tremendo”. Y ejemplificó: “para mí sería muy fácil armar un test antes de que ingresen a este curso y aquellos que no lo pasen, no serían considerados emprendedores y quedarían fuera”.

La segunda teoría es un saco a medida. Diversos teóricos “empezaron a evaluar el comportamiento de aquellos emprendedores que eran exitosos. Entonces hicieron un saco a la medida de un emprendedor exitoso y empiezan a recabar comportamientos. Aquellos que reúnan ciertos comportamientos y características similares a los emprendedores exitosos, puede ser él mismo un emprendedor”. Los estudios se hicieron en diferentes partes del mundo y, por lo tanto, en contextos diversos. Y, si bien hubo rasgos que se repetían y patrones a seguir, ello no lograba abarcar la complejidad social. 

En ese sentido, para Raviolo “no hay un sujeto emprendedor si no es en relación a otros sujetos y otras personas. Sólo podemos definir a un emprendedor sabiendo que está inmerso en un contexto, sino no podría serlo. Mucha literatura de la rama de la psicología intentó definir rasgos de nuestra personalidad. Es muy difícil que nos digan que vas a cambiar la personalidad. Es más aceptable que uno cambie comportamientos y se acerque más a lo que quiere en un emprendimiento”. 

Luego amplió: “somos seres sociales. Somos el cachorro o animal que más tiene necesidad del otro para sobrevivir. Si no tenemos auxilio hasta los cinco años, no sobrevivimos. Si a mí se me genera una idea, la podemos vivir como propias. Pero también tenemos que saber que todo lo que producimos es una producción social”.

Así, planteó la tercera de las teorías en la cual “al emprendedor se lo tiene que situar en un contexto, en una situación histórica, social, política, económica. Todo aquello que rodea a las personas, influye en su vida y en su comportamiento. Algunas situaciones pueden potenciarlo o no. Lo que puede hace el emprendedor es modificar comportamientos para acercarse más a lo que desea ser”. 

Cursos para emprendedores

Estos cursos que se realizan en verano constituyen instancias de formación especializadas en temas de interés para quienes estén interesados en poner en marcha un proyecto propio o hayan iniciado este camino. Forman parte de las políticas incentivo al emprendedorismo y apoyo a la generación de empresas que la UNL lleva adelante desde el año 2003. Las acciones son coordinadas por la Secretaría de Vinculación Tecnológica y Desarrollo Productivo. Para más información sobre actividades orientadas a emprendedores ingresar en www.unl.edu.ar/emprendedores.