En Santo Tomé

La UNL trabaja en la prevención de hipertensión y diabetes

Lunes 8 de febrero de 2010

Más de 600 santotomesinos participaron a lo largo de 2009 de una iniciativa de médicos y nutricionistas de la Universidad. El 64% mostró alto riesgo de sufrir hipertensión en los próximos años, mientras que en el caso de la diabetes fue de un 13%. Tras las eva


En silencio y casi sin síntomas, el 25% de la población desarrolla enfermedades crónicas como hipertensión arterial o diabetes. Lograr identificar tanto a quienes padecen los primeros signos de las patologías, como a las personas que están en mayor riesgo de enfermar en los próximos años, es el objetivo de médicos y nutricionistas de la Universidad Nacional del Litoral (UNL).
En la ciudad de Santo Tomé, los expertos de la casa de altos estudios ofrecieron a los vecinos la posibilidad de evaluar el riesgo de sufrir hipertensión. Participaron 648 vecinos a lo largo de 2009; de ellos, el 63% presentó alto riesgo de sufrir la patología en los próximos cuatro años.
Por su parte, la evaluación de riesgo de desarrollar diabetes mellitus tipo 2 (asociada a la obesidad) en los próximos diez años se aplicó a 621 personas. El 50% de los participantes presentó un riesgo moderado y el 13% un nivel alto.
Las evaluaciones formaron parte de una iniciativa conjunta de la UNL y la Municipalidad de Santo Tomé que se ejecuta en el marco de un proyecto de extensión universitaria dirigido por el médico Héctor Musacchio, docente de la Escuela de Ciencias Médicas (ECM) de la UNL. Según manifestó el médico Miguel Vicco, uno de los coordinadores de las actividades, la finalidad del proyecto es prevenir enfermedades crónicas muy frecuentes y que no presentan mucha sintomatología. “En estas patologías las primeras manifestaciones son las consecuencias y por eso la consulta se hace cuando ya está complicada la persona”, recalcó.

Cara a cara
Las evaluaciones se realizaron en el palacio municipal y en distintos eventos de convocatoria masiva en la vecina ciudad a través de cuestionarios. “Son preguntas simples como edad, nivel de presión arterial, hábitos alimenticios y actividad física. También medimos y pesamos a cada persona. Cada respuesta tiene un puntaje y de acuerdo al valor final se establece un score que evalúa el riesgo de hipertensión arterial y, otro, de diabetes tipo 2”, explicó Vicco.
La estrategia del proyecto se centró en evaluar el riesgo de cada individuo de manera personal. “No encaramos una campaña masiva destinada a la concientización de toda la comunidad sino que tratamos de llegar a las personas que están en riesgo. Es un método efectivo porque genera más interés en la población específica y tiene un menor costo para el sistema sanitario”, detalló.

Nuevos hábitos
El proyecto incluye actividades como talleres y charlas orientadas a cambiar los hábitos que predisponen a la enfermedad. “Nuestra propuesta es que además de decirles a los vecinos qué hace bien y por qué hacerlo, les da la oportunidad de empezar ya a modificar sus hábitos. Son las costumbres las que pueden hacer la diferencia ya que aplicar medidas de dieta o higiénicas puede reducir o atrasar el desarrollo de la enfermedad”, recalcó Vicco.
Las charlas explicativas sobre hipertensión y diabetes, así como las referidas a nutrición, fueron abiertas a la comunidad, pero se hizo especial énfasis en invitar a quienes realizaron la evaluación de riesgo. A través de cartas, los especialistas invitaron individualmente a  aquellos obtuvieron altos puntajes. Además, adjuntaron información extra sobre las consecuenicas de padecer hipertensión arterial y diabetes, así como sugerencias de actividades físicas para realizar en el hogar y recomendaciones al respecto.

Participación abierta
“A partir del uso de las cartas aumentó la concurrencia a los talleres, sin embargo el desafío es seguir incrementando el número de participantes. Impresiona que el interés por la salud surge de la enfermedad en sí, y no de lo que se puede llegar a sufrir”, reflexionó Vicco.
Al mismo tiempo se promueve una participación abierta a toda la comunidad de las distintas instancias. “El objetivo es que la gente actúe como agente multiplicador de manera que cada uno conozca e incorpore qué son estas enfermedades de manera que cada vecino sea promotor de su propia salud”, reflexionó la médica Lucía César, integrante del proyecto.

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