Ciencia y Género

Las niñas y mujeres en la ciencia como alternativas de cambio

Viernes 10 de febrero de 2023 / Actualizado el lunes 13 de febrero de 2023

Cada 11 de febrero se conmemora el papel fundamental que desempeñan mujeres y niñas en la ciencia, la tecnología y la innovación. Resalta la necesidad de fortalecer su participación plena en condiciones de igualdad.

La actividad científica, más particularmente aquella que refiere a los campos de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés) fueron construidas social e históricamente como un asunto de hombres, vistas “naturalmente” como masculinas. 

Esta situación de inequidad se ve reflejada en recientes estudios de género, en donde se indaga sobre la importancia de lo femenino en el desarrollo de la actividad científica y ponen el acento en la relevancia de las mujeres en ciencia como alternativas de cambio.

A sabiendas de ello, "el Programa de Género de la UNL desde el año 2016 desarrolla un proyecto de extensión colaborativo entre la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas (FICH) y la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales (FCJS) a partir del cual se busca desarrollar Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC), para la prevención y abordaje de las violencias de género. La inclusión de esta agenda en el ámbito de las ingenierías constituye una acción concreta para transversalizar la mirada de las mujeres en este ámbito y, al mismo tiempo,  incentiva la participación de estudiantes y docentes mujeres", indica Paula Spina, quien dirige el Observatorio de Violencia de Género perteneciente a la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Nacional del Litoral (FCJS-UNL).

"Por otro lado, en el año 2022 se desarrolló en la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas (FICH) el encuentro conmemorativo por los 20 años del Programa de Género.  Desde este espacio se prevé, además, en el 2023 trabajar con las distintas áreas del Rectorado para  desarrollar un diagnóstico en las distintas unidades académicas de la UNL con el fin de poder identificar las capacidades institucionales existentes en relación a las cuestiones de género, a la participación de mujeres en ciencia e identificar necesidades y propuestas en torno a la transversalización de la perspectiva de género en las distintas carreras", prosigue Spina.

En el Día Internacional de las Niñas y Mujeres en Ciencia -que se celebra cada año el 11 de febrero y que fue instituido por la Asamblea General de las Naciones Unidas-, uno de los desafíos es visibilizar y empoderar a las niñas y mujeres en ciencia; como así también, reflexionar sobre las desigualdades de género que aún persisten en el ámbito científico y en la vida universitaria.

Datos que contextualizan

En el mensaje conjunto de la Directora General de la UNESCO, Audrey Azoulay, y la Directora Ejecutiva de ONU-Mujeres, Sima Bahous, con motivo del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia en 2022,  sostuvieron que “según varios estudios sobre la Ciencia en 2021, las mujeres representan solamente el 22% de los profesionales que trabajan en el sector de la inteligencia artificial y el 28% de los graduados en ingeniería. Asimismo, cuando fundan sus propias empresas, las mujeres reciben menos del 3% del capital riesgo total invertido, en comparación con los hombres”.

En consonancia con lo expuesto, el Banco Mundial también expresó que la elección de un camino académico o carrera científica no tendría que verse limitada por prejuicios de ningún tipo ni verse impedida por obstáculos de un entorno hostil. A pesar de ese principio rector,  las mujeres -a nivel mundial- siguen representando sólo el 28% de los licenciados en ingeniería y el 40% de los licenciados en informática, y en campos como la inteligencia artificial sólo 1 de cada 5 profesionales es mujer. Esta situación parece contradictoria si se tiene en cuenta, que las chicas obtienen resultados tan buenos o mejores que los chicos en ciencias y matemáticas en pruebas estandarizadas como PISA (Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos), o TIMMS (Estudio Internacional de Tendencias en Matemáticas y Ciencias), por lo que es pertinente identificar y abordar los principales factores que disuaden a las chicas y mujeres para emprender  carreras científicas.

“También es importante señalar que las desigualdades no sólo refieren a las barreras de ingreso/entrada, sino también a la segregación vertical que se produce al interior del sistema científico. Si, por ejemplo, observamos la composición del sector de CyT en Argentina -y segun datos de SICYTAR- es posible señalar que el 59,5% de las personas que realizan investigación científica en calidad de investigadores/as son mujeres sin embargo ellas acceden en menor medida que los varones a las categorías más altas de la carrera de investigación”, sostiene Andrea Delfino, docente de la Facultad de Ciencias Económicas (FCE-UNL) e investigadora del IHUCSO Litoral (UNL-Conicet) y añade: “Las categorías más altas están compuestas por 11,4% de mujeres y un 17,5% de varones. Este patrón se repite en todo el país y con mayor fuerza aún en las regiones del NEA y la Patagonia”.

Es en este sentido, que es acertado remarcar que "Argentina no está trabajando en clave de interseccionalidad racial, étnica y heteronormativa como claras matrices de exclusión, inclusive el sistema científico", expresa Fernanda Pagura, docente-investigadora de la Facultad de Ciencias Económicas (FCE-UNL)

A la luz de conmemorarse el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia 2023 es pertinente preguntarnos desde la Universidad Nacional del Litoral (UNL),¿cuál es el telón de fondo de esta situación?, ¿qué ideas y conceptos subyacen para que acontezca esta realidad?

El telón de fondo

¿Por qué la actual interpretación de las diferencias biológicas legitima las desigualdades de género en las áreas de ciencia y tecnología? Se preguntó Lucía Ciccia, primer premio de Bioética otorgado por la Fundación Jaime Roca, en 2017, en su artículo que integra el libro “Impacto de las Mujeres en la Ciencia” (2020). 

Desde la epistemología feminista, Lucía Ciccia, argumentó que el orden simbólio hegemónico se “encuentra respaldado por el discurso científico acerca de la diferencia sexual, que justifica biológicamente los estereotipos de género”. (Ciccia, 2020)

“De esta manera, entre las principales características que estarían prenatalmente determinadas se encuentran: habilidades viso-espaciales, conducta de juego, orientación sexual e identidad de género. Tal determinación es justificada desde una perspectiva evolutiva: las habilidades viso-espaciales están implicadas en la lectura de mapas y la navegación, es decir, cómo el cerebro lee la información proveniente del entorno para moverse a través del espacio. Curiosamente, dichas habilidades se asocian a tareas que requieren abstracción (vinculada a su vez al ideal de objetividad), siendo importantes, por ejemplo, para ocupaciones tales como la química orgánica y ciertas ingenierías (Hyde, 2016). Por supuesto, los cerebros masculinos estarían optimizados para el desarrollo de estas habilidades, debido a “su necesidad” de desarrollar estrategias de caza. Respecto de la conducta de juego, las niñas elegirían la muñeca y los niños la lucha como consecuencia de las concentraciones hormonales durante el desarrollo fetal, explicándose también en términos evolutivos: la hembra cuidadora y el macho proveedor (Fine, 2015). (Ciccia, 2020)

Lo que Ciccia expone es que hay una ligazón entre el orden estructural y el orden simbólico que legitima los privilegios del varón (androcentrismo) “pero no cualquier varón “, aclara Ciccia, “sino aquel que encarna la masculinidad hegemónica: el varón cisgénero, heterosexual, blanco, propietario y occidental”. (Ciccia, 2020)

Es en este sentido que la interpretación de las diferencias biológicas en el ámbito biomédico respalda una visión androcentrista. En palabras de Ciccia, “para el discurso neurocientífico dominante, la diferenciación de acuerdo al criterio macho-hembra “produciría” las categorías varón cis-mujer cis”. (Ciccia, 2020)

Lo que hace Ciccia es poner en jaque a la investigación biomédica, es decir, desnaturalizar, cuestionar el carácter construido de los géneros; lo que implica que la “correlación que actualmente existe entre genitalidad y género no debe remitirnos a la idea de “causalidad”. (Ciccia, 2020) Su análisis  crítico respecto de las desigualdades de género en las áreas de ciencia y tecnología, permiten visibilizar el orden simbólico que las sostienen y de ese modo, implementar alternativas de cambio. Desde la epistemología feminista, Ciccia argumenta que dicho orden se encuentra respaldado por el discurso científico acerca de la diferencia sexual, que justifica biológicamente los estereotipos de género y que ese orden  no es “causal” sino estadístico.

Alternativas de cambio

¿Cómo pueden los sistemas atraer  y retener a más mujeres en los campos de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas? (STEM, por sus siglas en inglés) La  Universidad Nacional del Litoral (UNL) es consciente que las mujeres y las niñas desempeñan un papel fundamental en las comunidades de ciencia y tecnología y su participación debe fortalecerse. Por ello, en 2017 la UNL lanzó la convocatoria “Género” del Programa de Promoción y Apoyo a la Investigación en Temas de Interés Institucional (PAITI) a propuesta de la Secretaría de Ciencia, Arte y Tecnología de la UNL para afianzar el desarrollo de los estudios de género en la comunidad universitaria. Las tres propuestas seleccionadas y financiadas llegaron a su fin en 2020 y dejaron como huella su producción científica y los recursos humanos formados para darle entidad y visibilidad a las desigualdades y, sobre todo, para contribuir a una sociedad y una universidad más igualitaria.

Estas políticas institucionales de la UNL en I+D se suman a la creación del Programa de Género, Sociedad y Universidad, en el año 2002, y a la adhesión de la Universidad a la Ley Micaela en el marco de la que se vienen desarrollando sucesivas capacitaciones en género con docentes, no docentes, personal de gestión y autoridades de la casa de estudios para reconocer el lugar de las mujeres y promover la igualdad de derechos en cada uno de los ámbitos.

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