Región

Ley de conservación de suelos: activa participación de la FCA

Miércoles 12 de septiembre de 2018 / Actualizado el jueves 13 de septiembre de 2018

Se aprobó el nuevo decreto reglamentario de la ley de Conservación de Suelos 10.552, que lleva el número 2149/18, con la activa participación de docentes de la Facultad de Ciencias Agrarias para cuidar este recurso natural.

El 13 de agosto de 2018 fue aprobado el nuevo decreto reglamentario de la ley de Conservación de Suelos 10.552, que lleva el número 2149/18. Participa muy activamente la Facultad de Ciencias Agriaras (UNL), a través de los docentes de Suelos. Se busca cuidar este recurso natural e involucrar a profesionales en la temática.

“Santa Fe cuenta con una Ley de Conservación y Manejos de Suelos (No. 10.552   creada durante los 80’ y actualizada en 1991). Era necesario actualizar su Decreto Reglamentario (Nº 3.445/93) acordándolo con los cambios en las prácticas del uso de los suelos y con los avances conceptuales y técnicos de la época. Por esto durante el 2017 se comienza a redactar un nuevo Decreto Reglamentario” detalló el Ing. Agr. Miguel Pilatti, docente de la cátedra de Edafología, Departamento Ciencias del Ambiente de la FCA.

En este sentido, el profesional contó que “durante 2017 se creó el Observatorio de Suelos provincial, conformado por instituciones y organismos referentes en la materia, con base científico-técnica. Ahí participan cátedras de la FCA (UNL) vinculadas con el suelo como Edafología, Diagnóstico y tecnología de tierras; además de los laboratorios de análisis físicos y químicos de suelos”.

El Observatorio “tiene como funciones determinar el tipo y nivel de degradación de los suelos en toda la Provincia, recomendar el establecimiento de  áreas de Conservación Obligatorias, organizar el monitoreo de los suelos y prever su evolución para tomar medidas gubernamentales preventivas” detalló Pilatti.

También se creó, en paralelo, el Observatorio de Suelos Nacional que utilizará como información de base lo generado por las provincias.

La mayor parte de las 13 millones de hectáreas de Santa Fe están afectadas por algún tipo de degradación que causa el hombre. Entre las más importantes en Santa Fe, según su importancia en superficie comprometida (estimación preliminar realizada por Pilatti), se encuentra lo siguiente.

“Agotamiento químico del horizonte superficial; una disminución en más del 30% de la materia orgánica y de los macronutrimentos (N, P, K, Ca, Mg y S). También hay evidencias de limitaciones para los cultivos por micronutrientes. Abarca la mayoría de lotes cultivados por más de 20 años con índices de productividad superiores a 60: Superan las 3 millones de hectáreas” señaló.

Se suma “un deterioro físico del horizonte superficial. Esto es reducción de la estabilidad de agregados a menos del 50%, formación de costras/sellos superficiales, pérdida de la capacidad para captar agua (infiltración) en más del 50%, densificación superficial y subsuperficial con incremento en la resistencia mecánica a la penetración de las raíces y pérdida de permeabilidad al agua y al aire. Esto incluye el incremento del anegamiento ya sea por causado por el hombre en forma directa (reducción de infiltración) o indirectamente (aumento de la freática hasta niveles próximos a la superficie). Tiene la misma importancia y extensión provincial que el ítem anterior” puntualizó el entrevistado.

También se menciona la “acidificación, es decir, la disminución de los cationes de cambio, principalmente bivalentes, con pH que se redujo en más de 0,5 unidades ingresando a valores de 5,7 o inferiores. Se estima que 1/3 de los suelos con agotamiento químico y deterioro físico tienen esta degradación” reseñó el docente.

Asimismo, “la erosión hídrica tiene su protagonismo.  La pérdida total o parcial del horizonte superficial es el peor tipo de degradación por su irreversibilidad y las externalidades que genera fuera de los lotes que son afectados. Sin bien es necesario confirmar, se estima que el 10 % de la superficie provincial presenta erosión en distintos grados y el 2% es severo. También hay erosión eólica que se manifiesta durante períodos secos y ventosos especialmente en los suelos arenosos del suroeste provincial” narró.

Se agrega “la sodificación, frecuentemente acompañado de alcalinización por efecto de las aguas usadas en riego suplementario o por ascenso de freáticas con aguas bicarbonatadas sódicas que llegan hasta la superficie. No superan el 3 % del territorio provincial por causas antrópicas”.

En cuanto a “la salinización, en Santa Fe existen suelos con sales en superficie naturalmente, en los últimos años por ascenso de la freática debido en conjunto a causas naturales y antrópicas puede que aparezca este tipo de degradación” refirió el especialista.

En tanto, los suelos salinos; sódicos y/o alcalinos ocupan el 30% de la superficie de la Provincia principalmente en los Bajos submeridionales, Cuenca del río Salado en Santa Fe y Cuenca de los Saladillos.

En lo que refiere a la contaminación, Pilatti sostuvo que “un tipo de degradación edáfica no considerada originalmente –hace 3 décadas- en la Ley, hoy tiene gran relevancia”.

 

El rol del Ingeniero Agrónomo

Según Pilatti, “los ingenieros agrónomos serán los responsables de elaborar Planes de uso y manejo conservacionista de acuerdo al tipo de degradación presente en cada Establecimiento. Luego, anualmente, monitorear y certificar el cumplimiento del Plan. Nace así la figura del co-responsable agronómico ya no sólo con respecto al uso de fitosanitarios sino para la conservación del suelo”.

Estos Planes de uso y manejo conservacionistas “incluirán rotación de cultivos, qué manejo fitotécnico, edafotécnico y atmotécnico (si se incluyen cortinas par el control de la erosión eólica, por ejemplo) proponen para proteger, revertir o mejorar lo que se está haciendo. Serán evaluados por la Autoridad de Aplicación de la Ley desde varios puntos de vista: pérdida de suelos (ecuación universal de pérdida de suelos); balance de C; balance de agua para verificar cuánto sale como escurrimiento y cuánto por percolación profunda del predio, cuánto se evapotranspira (consumo);  extracción de macro nutrientes por las cosechas y cuánto se repone, y corrección de la acidez, de la sodificación entre los más importantes” detalló el especialista.

 

Detalle

Se prevé que, antes de fin de año, el Observatorio de Suelos expondrá los tipos de degradación presentes en Santa Fe; indicadores a usar para identificarlas y un mapa preliminar con las áreas susceptibles o ya degradadas. “Deseo transmitir estas buenas nuevas para informar, dar ánimos y esperanza en el futuro: se quiere proteger el recurso natural suelo e involucrar a los profesionales capacitados para ello” destacó Pilatti.

 

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