Más de 300 personas en el Paraninfo
Liliana Herrero: una dama del arte popular
Martes 4 de junio de 2002
El Paraninfo acogió a más de 300 personas que presenciaron una lúcida interpretación del arte popular argentino. Herrero plasmó su personalidad en el escenario y cautivó a los oyentes. Los Lunes del Paraninfo continuarán en 15 días con el Cuarteto de Guitarras
En su quinta fecha, el ciclo Los Lunes del Paraninfo edición 2002 reunió a dos de los géneros más particulares de la cultura argentina: el folclore y el tango. La agrupación regional Buccatango, dirigida por el pianista Néstor R. Bucca, fue la encargada de convocar la expresión de la música ciudadana. Con suma prolijidad y fineza, el grupo supo interpretar fielmente el clásico repertorio del tradicional tango.
Al cabo de un intervalo, y ante más de 300 personas, el Paraninfo se llenó de emoción al recibir a la prestigiosa cantante Liliana Herrero. Su música y su cantar se apoderaron del éter y de los oídos de los allí reunidos. Herrero mostró ser un claro testimonio del compromiso social que un artista popular tiene con la realidad de su pueblo. Con su personalidad, Herrero logró una creación artística que logró trascender el mero momento de disfrute liviano y pasajero que, desde una corriente importante de la cultura contemporánea, se pretende imponer. Por el contrario, su obra no sólo es un aliciente para el corazón, es sobre todo una expresión de la resistencia del arte popular argentino. Un sabio reconocimiento de distintos géneros y una lúcida amalgama de letra y canción, son el sello distintivo de la obra de Herrero.
Acompañada por Facundo Guevara en percusión, Luis Volgof en bajo piano y guitarra, y por Diego Rolón en guitarra; la sutil voz de Herrero se entrelazó con la poesía de diversos autores argentinos y latinoamericanos: Eduardo Falú, Gustavo Leguizamón, Castilla, el uruguayo Mateo, Mansi, Jaime Ávalos, Violeta Parra, entre otros. El sentimiento popular de la tierra aflora en el personal estilo de esta señora de la música, a partir de temas como “Volver a los 17” (de autoría de Violeta Parra), “Guitarra dímelo tú”, “Lloraré”, “Serenata del 900”, “El rococo”, “Me voy quedando” (estos últimos, de Gustavo Leguizamón).
Al cabo de un intervalo, y ante más de 300 personas, el Paraninfo se llenó de emoción al recibir a la prestigiosa cantante Liliana Herrero. Su música y su cantar se apoderaron del éter y de los oídos de los allí reunidos. Herrero mostró ser un claro testimonio del compromiso social que un artista popular tiene con la realidad de su pueblo. Con su personalidad, Herrero logró una creación artística que logró trascender el mero momento de disfrute liviano y pasajero que, desde una corriente importante de la cultura contemporánea, se pretende imponer. Por el contrario, su obra no sólo es un aliciente para el corazón, es sobre todo una expresión de la resistencia del arte popular argentino. Un sabio reconocimiento de distintos géneros y una lúcida amalgama de letra y canción, son el sello distintivo de la obra de Herrero.
Acompañada por Facundo Guevara en percusión, Luis Volgof en bajo piano y guitarra, y por Diego Rolón en guitarra; la sutil voz de Herrero se entrelazó con la poesía de diversos autores argentinos y latinoamericanos: Eduardo Falú, Gustavo Leguizamón, Castilla, el uruguayo Mateo, Mansi, Jaime Ávalos, Violeta Parra, entre otros. El sentimiento popular de la tierra aflora en el personal estilo de esta señora de la música, a partir de temas como “Volver a los 17” (de autoría de Violeta Parra), “Guitarra dímelo tú”, “Lloraré”, “Serenata del 900”, “El rococo”, “Me voy quedando” (estos últimos, de Gustavo Leguizamón).