Entrevista
Los claroscuros de la integración europea
Lunes 21 de marzo de 2005
Mikel Antón Zarragoitia es director de Asuntos Europeos del gobierno vasco. Estuvo en Santa Fe invitado por la Federación de Entidades Vascas de la Argentina. Brindó una disertación en la Facultad de Ciencias Económicas sobre el Tratado Constitucional de la Co
Mikel Anton Zarragoitia, director de Asuntos Europeos del gobierno vasco estuvo en Santa Fe invitado por la Federación de Entidades Vascas de la República Argentina y dictó una conferencia en la Facultad de Ciencias Económicas (FCE) de la UNL. La disertación de Zarragoitia fue en el marco del CAID+D "Descentralización e Instituciones Fiscales en el contexto de experiencias de Integración", dirigido por el Dr. Miguel A. Asensio. El funcionario del gobierno vasco se explayó sobre el estado actual del proceso de integración de la Unión Europea y aportó su particular mirada sobre la difícil construcción política.
En octubre de 2004 todos los jefes de gobierno de la Unión Europea firmaron el Tratado Constitucional de la Unión Europea (TCUE). Este acuerdo, que por primera vez incluye en su nombre la alusión a una futura Constitución Europea, se encuentra en plena etapa de ratificación. Es decir, debe ser aprobado por cada país miembro, según sea la forma que ha establecido cada uno. Se trata de la quinta revisión del Tratado Fundacional que, en 1957 dio origen a la Comunidad Económica Europea.
-Á‚¿Cuáles son las principales innovaciones del Tratado Constitucional de la Unión Europea respecto de los tratados anteriores?
-Lo que hay que destacar es que, por primera vez, se habla de un "Tratado Constitucional". Incluso en algunos de sus artículos directamente se hace mención a "esta Constitución". No es una constitución como tal, pero sí tiene elementos propios de ellas. Éste es el anhelo, el salto cualitativo que se quiere dar en la Comunidad Europea.
En especial, en su artículo primero, se refiere a los ciudadanos Á‚"“junto a los EstadosÁ‚"“ como la base que legitima esa construcción europea. Además, es una Carta de Derechos Fundamentales que ampara no sólo a los ciudadanos de la Unión, sino también a aquellas personas que vivan en su territorio. Propone un Tribunal de Casación, que se constituye prácticamente como un Tribunal de Derechos Humanos, que prevé incluso la adhesión al Convenio Europeo de Derechos Humanos.
En política económica no hay grandes innovaciones. Creo que lo principal es que se consolidan estos 50 años de recorrido que llevamos en pos de un espacio económico único. También es importante destacar que este Tratado dota de personería jurídica a la Unión, aunque en la práctica esto ya se daba por hecho, sino hubiesen sido imposible la firma de los numerosos tratados que se han firmado con otros países y bloques de países.
Por último, otra característica relevante es que simplifican los textos fundamentales de 16 tratados anteriores, sobre todo en lo que refiere a la terminología legislativa. Pasamos de hablar de reglamentos, decisiones, etc. a solamente dos conceptos: Ley y Ley Marco, para hacerla más comprensible a los ciudadanos.
- Á‚¿Cuál ha sido el objetivo principal de esta quinta revisión?
- Una de las metas fundamentales es identificar a los ciudadanos con la construcción de la Comunidad Europea. Es algo muy grande lo que se ha logrado, pero solamente con la participación de las elites políticas y de la propia burocracia europea. El ciudadano no ha sido consciente de los logros, entonces éstos no son suficientemente valorados. Creo que el problema fundamental radica en que los ciudadanos no se han sentido partícipes a la hora de tomar las decisiones.
- Á‚¿Cuándo entra en vigencia el Tratado?
- En este momento, está en fase de ratificación. Hay tres estados miembros que ya lo han ratificado vía Parlamento Nacional; España, quien lo ha hecho vía referéndum el 20 de febrero de 2005, y en mayo próximo se someterá a referéndum en Francia. Los demás países miembros irán discutiendo su aprobación de acuerdo al mecanismo elegido por cada uno, hasta noviembre de 2006. Una vez terminado este proceso, el Tratado entrará en vigor sólo si los 25 países miembros de la Unión lo aceptaron. Si algún país decide no aprobarlo, se discutirán los pasos a seguir en función del peso político del país "disidente". Para poner un ejemplo: no es lo mismo que no lo apruebe Malta que Alemania, no es el mismo impacto que generaría en el seno de la Unión.
- Á‚¿Qué resultado ha tenido el referéndum español del Tratado Constitucional?
- El sentimiento de adhesión del ciudadano europeo en general, y del español en particular, respecto de la construcción del Espacio Común Europeo es muy bajo. Los ciudadanos no se encuentran muy identificados con lo que sus gobiernos y Parlamentos están llevando adelante. Por supuesto que hay gente entusiasta, pero son los menos. Esto se ha visto a través de los años en todos los países miembros, ya que cuando se celebran las elecciones para el Parlamento Europeo cada cinco años, los niveles de participación son bajos. En esta ocasión de referéndum del Tratado Constitucional, el nivel de participación ha sido del 41% en toda España y del 39% en el País Vasco. De esta masa de votantes, el nivel de aceptación del Tratado ha sido del 66%. Es decir, son porcentajes bajos, pero la decisión no deja de tener legitimidad.
- Á‚¿Cuál es su valoración de este fenómeno?
- Para nosotros, estas cifras no son sorprendentes, pero no dejan de ser un motivo de preocupación. Precisamente, una de las razones por las que se originó este proyecto de Tratado Constitucional fue simplificar, acercar al ciudadano el proceso de construcción política de la Unión. Esto es imposible de lograr de la noche a la mañana, es por eso que esperamos que paulatinamente la adhesión de la ciudadanía vaya en aumento. Se han introducido algunas iniciativas en este sentido, por ejemplo, hacer públicas algunas deliberaciones del Consejo de la Unión, informar diariamente acerca de las actividades del Parlamento Europeo y sus diversas instituciones.
- Á‚¿Qué innovaciones establece el Tratado Constitucional respecto de las llamadas "minorías"?
- Hay una serie de reconocimientos, todavía tibios, hacia las minorías culturales, como por ejemplo el de la diversidad cultural lingÁƒ¼ística. pero el protagonismo político en la construcción europea de las naciones sin estado, las regiones como el País Vasco que tiene competencia legislativa propia, todavía dependen de la voluntad de los Estados Miembros centrales. Se están abriendo algunas vías de participación en el Consejo de Ministros Europeo que arrojan cierta esperanza de cara al futuro, pero todavía son insuficientes.
- En tanto funcionario político de una región que reivindica su autonomía política como Nación dentro del Estado Español Á‚¿cuáles son sus consideraciones respecto del proceso de integración europeo?
- Desde el País Vasco nos declaramos abiertamente europeístas. Somos favorables a la construcción europea, siempre y cuando tome en cuenta la voluntad del ciudadano y sea transparente. En este sentido, somos partidarios de profundizar la construcción europea en la medida en que nos hace fuertes como europeos en una sociedad cada día más globalizada. El problema es que, desde 1986, año en que España ingresa a la Comunidad Europea, se ha producido un gradual vaciamiento de las competencias de gobierno, no sólo de nuestra comunidad autónoma, sino de otras regiones también. Con cada nuevo Tratado se han ido cediendo competencias estatales a ese ámbito supraÁ‚"“nacional, sin siquiera consultar la voluntad de aquellos que tenían estas competencias. Por ejemplo, Tanto el en País Vasco como Navarra tenemos nuestras propias reglamentaciones presupuestarias y fiscales. En este momento, se está tratando de llegar a una armonización fiscal en toda Europa. Entonces, sea que estas soberanías se trasladen a un ámbito europeo o no, a nosotros nadie nos ha consultado. Llegado el momento, nos veremos obligados a aceptar la decisión del Estado Español, aunque estas competencias sean propias. Este es un vacío que pretendemos colmar a través de la propuesta del Estatuto Político Vasco.
En octubre de 2004 todos los jefes de gobierno de la Unión Europea firmaron el Tratado Constitucional de la Unión Europea (TCUE). Este acuerdo, que por primera vez incluye en su nombre la alusión a una futura Constitución Europea, se encuentra en plena etapa de ratificación. Es decir, debe ser aprobado por cada país miembro, según sea la forma que ha establecido cada uno. Se trata de la quinta revisión del Tratado Fundacional que, en 1957 dio origen a la Comunidad Económica Europea.
-Á‚¿Cuáles son las principales innovaciones del Tratado Constitucional de la Unión Europea respecto de los tratados anteriores?
-Lo que hay que destacar es que, por primera vez, se habla de un "Tratado Constitucional". Incluso en algunos de sus artículos directamente se hace mención a "esta Constitución". No es una constitución como tal, pero sí tiene elementos propios de ellas. Éste es el anhelo, el salto cualitativo que se quiere dar en la Comunidad Europea.
En especial, en su artículo primero, se refiere a los ciudadanos Á‚"“junto a los EstadosÁ‚"“ como la base que legitima esa construcción europea. Además, es una Carta de Derechos Fundamentales que ampara no sólo a los ciudadanos de la Unión, sino también a aquellas personas que vivan en su territorio. Propone un Tribunal de Casación, que se constituye prácticamente como un Tribunal de Derechos Humanos, que prevé incluso la adhesión al Convenio Europeo de Derechos Humanos.
En política económica no hay grandes innovaciones. Creo que lo principal es que se consolidan estos 50 años de recorrido que llevamos en pos de un espacio económico único. También es importante destacar que este Tratado dota de personería jurídica a la Unión, aunque en la práctica esto ya se daba por hecho, sino hubiesen sido imposible la firma de los numerosos tratados que se han firmado con otros países y bloques de países.
Por último, otra característica relevante es que simplifican los textos fundamentales de 16 tratados anteriores, sobre todo en lo que refiere a la terminología legislativa. Pasamos de hablar de reglamentos, decisiones, etc. a solamente dos conceptos: Ley y Ley Marco, para hacerla más comprensible a los ciudadanos.
- Á‚¿Cuál ha sido el objetivo principal de esta quinta revisión?
- Una de las metas fundamentales es identificar a los ciudadanos con la construcción de la Comunidad Europea. Es algo muy grande lo que se ha logrado, pero solamente con la participación de las elites políticas y de la propia burocracia europea. El ciudadano no ha sido consciente de los logros, entonces éstos no son suficientemente valorados. Creo que el problema fundamental radica en que los ciudadanos no se han sentido partícipes a la hora de tomar las decisiones.
- Á‚¿Cuándo entra en vigencia el Tratado?
- En este momento, está en fase de ratificación. Hay tres estados miembros que ya lo han ratificado vía Parlamento Nacional; España, quien lo ha hecho vía referéndum el 20 de febrero de 2005, y en mayo próximo se someterá a referéndum en Francia. Los demás países miembros irán discutiendo su aprobación de acuerdo al mecanismo elegido por cada uno, hasta noviembre de 2006. Una vez terminado este proceso, el Tratado entrará en vigor sólo si los 25 países miembros de la Unión lo aceptaron. Si algún país decide no aprobarlo, se discutirán los pasos a seguir en función del peso político del país "disidente". Para poner un ejemplo: no es lo mismo que no lo apruebe Malta que Alemania, no es el mismo impacto que generaría en el seno de la Unión.
- Á‚¿Qué resultado ha tenido el referéndum español del Tratado Constitucional?
- El sentimiento de adhesión del ciudadano europeo en general, y del español en particular, respecto de la construcción del Espacio Común Europeo es muy bajo. Los ciudadanos no se encuentran muy identificados con lo que sus gobiernos y Parlamentos están llevando adelante. Por supuesto que hay gente entusiasta, pero son los menos. Esto se ha visto a través de los años en todos los países miembros, ya que cuando se celebran las elecciones para el Parlamento Europeo cada cinco años, los niveles de participación son bajos. En esta ocasión de referéndum del Tratado Constitucional, el nivel de participación ha sido del 41% en toda España y del 39% en el País Vasco. De esta masa de votantes, el nivel de aceptación del Tratado ha sido del 66%. Es decir, son porcentajes bajos, pero la decisión no deja de tener legitimidad.
- Á‚¿Cuál es su valoración de este fenómeno?
- Para nosotros, estas cifras no son sorprendentes, pero no dejan de ser un motivo de preocupación. Precisamente, una de las razones por las que se originó este proyecto de Tratado Constitucional fue simplificar, acercar al ciudadano el proceso de construcción política de la Unión. Esto es imposible de lograr de la noche a la mañana, es por eso que esperamos que paulatinamente la adhesión de la ciudadanía vaya en aumento. Se han introducido algunas iniciativas en este sentido, por ejemplo, hacer públicas algunas deliberaciones del Consejo de la Unión, informar diariamente acerca de las actividades del Parlamento Europeo y sus diversas instituciones.
- Á‚¿Qué innovaciones establece el Tratado Constitucional respecto de las llamadas "minorías"?
- Hay una serie de reconocimientos, todavía tibios, hacia las minorías culturales, como por ejemplo el de la diversidad cultural lingÁƒ¼ística. pero el protagonismo político en la construcción europea de las naciones sin estado, las regiones como el País Vasco que tiene competencia legislativa propia, todavía dependen de la voluntad de los Estados Miembros centrales. Se están abriendo algunas vías de participación en el Consejo de Ministros Europeo que arrojan cierta esperanza de cara al futuro, pero todavía son insuficientes.
- En tanto funcionario político de una región que reivindica su autonomía política como Nación dentro del Estado Español Á‚¿cuáles son sus consideraciones respecto del proceso de integración europeo?
- Desde el País Vasco nos declaramos abiertamente europeístas. Somos favorables a la construcción europea, siempre y cuando tome en cuenta la voluntad del ciudadano y sea transparente. En este sentido, somos partidarios de profundizar la construcción europea en la medida en que nos hace fuertes como europeos en una sociedad cada día más globalizada. El problema es que, desde 1986, año en que España ingresa a la Comunidad Europea, se ha producido un gradual vaciamiento de las competencias de gobierno, no sólo de nuestra comunidad autónoma, sino de otras regiones también. Con cada nuevo Tratado se han ido cediendo competencias estatales a ese ámbito supraÁ‚"“nacional, sin siquiera consultar la voluntad de aquellos que tenían estas competencias. Por ejemplo, Tanto el en País Vasco como Navarra tenemos nuestras propias reglamentaciones presupuestarias y fiscales. En este momento, se está tratando de llegar a una armonización fiscal en toda Europa. Entonces, sea que estas soberanías se trasladen a un ámbito europeo o no, a nosotros nadie nos ha consultado. Llegado el momento, nos veremos obligados a aceptar la decisión del Estado Español, aunque estas competencias sean propias. Este es un vacío que pretendemos colmar a través de la propuesta del Estatuto Político Vasco.