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El trabajo de la investigadora Mónica Quiroga de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) y el Conicet fue reconocido en la sexta edición de los premios L´oreal - Unesco “Por la mujer en la ciencia”. La científica fue distinguida con la Mención Especial del jurado en la categoría “La ciencia al servicio de la industria”.
Quiroga lidera un proyecto de investigación abocado al desarrollo de nuevos materiales. Se trata de sustancias que actúan como catalizadores acelerando o facilitando reacciones que son de interés para la industria. Lograr materiales innovadores de mayor eficiencia, selectividad y con menos impacto ambiental es uno de los grandes desafío que enfrenta la industria química para hacer un giro “verde”. En este sentido, se distinguió el carácter innovador del desarrollo del grupo de investigadores del Instituto de Investigaciones en Catálisis y Petroquímica (INCAPE, dependiente de la UNL y el Conicet).
“Esta mención es un reconocimiento a la labor científica que venimos desarrollando con este grupo desde hace un par de años atrás. Y, por otro lado, también es un reconocimiento a la trayectoria como mujer. Para mi es como recibir un mimo al alma y estoy muy agradecida por eso”, subrayó la investigadora de la Facultad de Ingeniería Química (FIQ).

El proyecto
El trabajo de investigación que dirige Quiroga se desprende de una idea de Juan Badano, integrante de su equipo. En el marco de sus tesis doctoral desarrolló un material que a diferencia de los ya existentes en el mercado, conjuga propiedades orgánicas e inorgánicas. “Es muy ingenioso y talentoso”, subrayó la científica.
Según explicó Badano, ya existen soportes en el mercado pero son de naturaleza netamente orgánica o netamente inorgánica. “Cada una tiene sus ventajas o propiedades específicas. Lo que nos propusimos hacer fue un mix, conjugarlas para obtener un material mucho más resistente”, recalcó.
Lo que se busca es mayor resistencia ya que los catalizadores deben soportar las inclemencias del proceso en el que intervienen. Si las propiedades físicas no son las adecuadas, el rendimiento y la economía del proceso se ven afectadas.
Además de las características físicas de los catalizadores, desde la química es importante que generen el producto que se desea y con el mayor rendimiento posible.
“Hemos combinado esas propiedades y obtuvimos un catalizador de mayor resistencia mecánica y con una selectividad comparable o superior a los del mercado, dependiendo de qué tipo de reacciones químicas estamos hablando”, señaló Badano.
Los investigadores coincidieron en que el carácter innovador y la búsqueda actual de modificaciones que potencien estos desarrollos para su aplicación en la química fina y especialidades fueron los que destacaron el proyecto en el certamen.
“Cuando uno se propone innovar corre un riesgo grande de no llegar a los resultados esperados. Decidimos arriesgarnos, no sólo en dinero, también en tiempo, y ahora estamos viendo los resultados. Este premio es a la potencialidad y a los resultados que estamos obteniendo”, recalcaron.
En este sentido, Quiroga agradeció especialmente los fondos aportados desde 2009 por la UNL, el Conicet, la provincia de Santa Fe y la Fundación Nuevo Banco de Santa Fe.

Desde Salta
Si bien al escucharla hablar es indiscutible su acento norteño, 24 años de vida en Santa Fe la vuelven santafesina por adopción. Mónica estudio Ingeniería Química en la Universidad Nacional de Salta (UNSa), donde su padre era docente e investigador del Conicet. “La Ingeniería Química es como una tradición familiar”, bromeó Quiroga.
Con su título de grado, llegó a la FIQ para doctorarse y desde entonces se desempeña en el INCAPE.

La ceremonia
Los galardones fueron entregados en el Salón Azul de la Cámara Alta en el Congreso de la Nación la tarde del viernes 14. El acto fue presidido por el ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, Lino Barañao, y contó con la presencia del presidente de CONICET, Roberto Salvarezza y el titular de L’Oreal en Argentina, Germán Herrera.
Además de Quiroga, fue distinguida con una mención Silvia Goyanes, física de la UBA. Mientras que el primer premio fue para Patricia Alvarado, doctora en geología y ciencias de la tierra, de la UNSJ. Lidera el proyecto "Peligro sísmico en Argentina, su cuantificación a partir del registro histórico digital en banda ancha de terremotos destructivos".