Extensión

Más de 2.000 alumnos de UNL participaron en actividades de extensión

Lunes 25 de julio de 2016 / Actualizado el miércoles 27 de julio de 2016

Desde la Secretaría de Extensión de la UNL se realizan diferentes propuestas que permiten articular las actividades académicas con el trabajo de campo. El objetivo está en generar profesionales comprometidos con la sociedad actual.

La reflexión universitaria se convirtió en un aspecto esencial en la actualidad; la Universidad Nacional del Litoral (UNL) interpreta a la extensión en su sentido más amplio, involucrándose en diversos aspectos de vinculación con la sociedad y el medio, escuchando, aprendiendo y reflexionando sobre los problemas sociales. Gustavo Menendez, secretario de extensión de la UNL, comentó que “en los últimos diez años se puede detectar que la extensión está reafirmando su función sustantiva, institucional y académica, no solo en Argentina, sino en Latinoamérica y en el Caribe. Lo que se venía planteando hace mucho tiempo ahora está formando parte de la vida institucional académica de las universidades, que se traduce en la incorporación de la extensión en los estatutos, en planes de desarrollo institucionales, en normativas y en las definiciones de cada universidad. La extensión se posiciona en el rol que la universidad tiene frente al conocimiento en los términos de apropiación social y de democratización de los conocimientos”.

Entre las actividades que se llevan a cabo desde la Secretaría se encuentran las Prácticas de Extensión de Educación Experiencial (PEEE), los Proyectos de Extensión, las becas y el voluntariado. En este sentido, las propuestas son evaluadas y financiadas con presupuesto universitario donde participan docentes, no docentes, graduados, estudiantes y los beneficiarios directos de cada proyecto, que se involucran y colaboran en el diseño, ejecución y evaluación. Para esto, la universidad dialoga permanente con el Estado, con otras instituciones educativas y con organizaciones de la sociedad civil, buscando solidarizar el conocimiento teórico y generando acciones transformadoras concretas.

Acciones concretas

“Cuando hablamos de extensión en nuestra universidad, estamos hablando de una función donde se busca fundamentalmente la institucionalización y el reconocimiento académico,  donde se integra con la docencia en este programa que venimos impulsado hace ocho años de incorporación curricular de la extensión que da lugar a las PEEE, que son prácticas educativas que están presentes en todas las carreras, porque forman parte del objetivo de ofrecer y de buscar espacios donde el estudiante pueda participar en realidades y situaciones concretas, situadas con actores y necesidades reales, donde cada alumno se encuentran dentro de un plan de trabajo que se elabora, se lleva a cabo y se evalúa; y esto implica una manera de evaluar diferente porque también es una forma diferente de enseñar y aprender”, explicó Menendez. A modo estadístico, la primera convocatoria de PEEE se realizó en 2014, con un total de 7 propuestas presentadas y 463 alumnos participantes. El crecimiento fue exponencial, ya que la segunda convocatoria realizada en los primeros meses de 2015 contó con 22 propuestas y 923 alumnos, completando el año con una tercera convocatoria, que reunió 20 propuestas y 579 alumnos, dando un total de 42 propuestas y 1.502 alumnos participantes durante todo el 2015. “Sin contar los otros actores que participan de las PEEE, sin lugar a dudas lo que ha ampliado esta participación ha sido la incorporación curricular de la extensión integrada en la enseñanza, lo cual ha aumentado de forma significativa la participación de estudiantes en distintas prácticas y de distintas carreras”, aseguró el secretario. 

“El voluntariado universitario se trata de prácticas educativas solidarias, característica que lo diferencia de otros tipos de actividades, ya que tiene un sentido voluntario, de aporte solidario y de compromiso, pero que también tiene que ver con un proceso formativo”. En este sentido, la Secretaría de Políticas Universitarias (SPU) creó en el año 2000 el Programa Nacional de Prácticas Solidarias que estableció la normativa necesaria para dar un primer marco de referencia a las universidades públicas y privadas en torno al desarrollo de acciones de promoción del voluntariado y el desarrollo de prácticas solidarias con el objeto de consolidar progresivamente los dispositivos que hagan del voluntariado una práctica sostenida. Durante el año 2015, participaron en la UNL 316 voluntarios en proyectos de extensión de interés social (PEIS), 8 en acciones de extensión al territorio (AET) y 11 en proyectos de la Secretaría de Políticas Universitarias (SPU), dando un total de 335 alumnos. En el mismo sentido, los estudiantes becarios sumaron 38 en el año 2015, a los que se suman los graduados y docentes que trabajan integrando equipos en Programas y Proyectos para promocionar y fortalecer la tarea extensionista. “Todos nuestros voluntarios han ido incrementándose en número. Hay un porcentaje muy importante de estudiantes lo cual marca una tendencia interesante planteada a futuro, donde nos proponemos profundizar las líneas de acción planteadas con una fuerte impronta de participación de la comunidad en todo tipo de actividades de extensión” sostuvo Menendez.

Los proyectos de extensión son propuestas de trabajo generadas por equipos de extensión que abordan diferentes ejes y problemáticas sociales vinculadas a los programas y a las líneas estratégicas definidas por la Universidad. Estos trabajan en conjunto con organizaciones sociales, gubernamentales y con la comunidad. Actualmente, existen 87 proyectos activos, lo que suma un promedio de 261 alumnos que participan directamente en ellos.  El secretario de extensión agregó que "desde la UNL sostenemos hace tiempo que cada práctica de extensión, cada proyetco o  programa define a la extensión en un rol muy importante en términos de conocimientos. Cada trabajo realiza un planteo de cambio, una transformación, un aporte al medio social en esa relación sociedad-estado-universidad donde a través del conocimiento se plantea transformar. Esto posiciona a la extensión en un rol muy importante integrado a la docencia y a la investigación. Nuestra universidad es en esto uno de los ejemplos más claros, no solo en Argentina sino en las universidades latinoamericanas. Es un camino que estamos contruyendo, donde vemos en un horizonte mucho más para hacer y para crecer".  

Número en crecimiento

En total, la cantidad de estudiantes que realizaron trabajos de extensión durante el año 2015 sumaron 2.136; “este número, si lo comparamos con registros anteriores, nos muestra una tendencia en crecimiento que está relacionada a las decisiones institucionales que dan lugar y posibilitan este tipo de participación. No es casual que esto se incremente ya que hay políticas que promueven dicha participación. Creemos que es muy importante devolver a la sociedad lo que la misma invierte en educación y universidad, además estas actividades forman parte de los compromisos y del enriquecimiento que se obtiene con este tipo de acciones. La UNL es una universidad que está inserta, presente, que se compromete y participa con diferentes propuestas y esto implica una devolución en crecimiento, en formación, y en experiencia. No solo lo hacemos por un compromiso frente a la sociedad y al estado sino que estamos convencidos que es muy importante para el desarrollo de toda la Universidad”, reflexionó Menendez. 

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