Paraninfo a pleno
Pedro Aznar cerró el ciclo Los Lunes del Paraninfo
Martes 25 de junio de 2002
Aznar brindó un espectáculo en el que las melodías se conjugaron con la poesía argentina y latinoamericana. Deslumbró a las más de 600 personas reunidas en el Paraninfo. El ciclo de los lunes se despide hasta el próximo año.
Con la estelar actuación de Pedro Aznar, y al cabo de dos meses de música, en sus más variados estilos y géneros, Los Lunes del Paraninfo se despidieron por este año. En la última jornada de la edición 2002, y ante más de 600 personas, este notable artista de la música contemporánea de nuestro país compartió su última producción discográfica “Parte de volar” y algunas otras composiciones de sus anteriores trabajos.
Tras la presentación de Enzo Bergesio, el tradicional anfitrión de cada noche de lunes, el público asistió a un espectáculo de dos horas de duración que reunió a más de una generación de santafesinos. Quienes asistieron motivados por el registro del paso de Aznar por Serú Girán, o quienes conocen únicamente ese antecedente en su historia, y quienes tan sólo pretendían escuchar al cantante y compositor, se encontraron con una obra que da cuenta de un recorrido personal que supo dar forma a un estilo y a una identidad artística. La fusión de diversos ritmos argentinos y latinoamericanos, y la poesía que atraviesan sus creaciones se dejan entrever en temas como “Parte de volar”, “Como la cigarra” -una lúcida versión de la obra de la célebre María Elena Walsh-, "Deja la vida volar", "Zamba de Juan Panadero" -de Leguizamón Castilla-, “El seclanteño” -de Ariel Petrocelli-, “Zapatillas y libros”, “Muñequitos de papel” y “María cantó”, entre otros.
Junto a Leo Clemente, en guitarra y coros, y Alejandro Debes en teclados, Aznar instrumentó magistralmente el bajo y la guitarra e interpretó ricas poesías con la fineza y la suavidad de su voz. Sin lugar a dudas, el folklore, como género que reconoce la identidad cultural de nuestro país, pareciera surgir con fuerza en sus últimas creaciones. Sin embargo, su genio de artista no descuida la incorporación de otras tonalidades musicales como el candombe, cierta filosofía del rock, del jazz y del blues. Su respeto y su compromiso artístico con la cultura de nuestra tierra pudo apreciarse en la interpretación de “Soledad, Jujuy, 1941” -tema que integra el CD “Yo tengo tantos hermanos”, editado el pasado año, en homenaje a Atahualpa Yupanqui- y en la musicalización de algunos poemas de Jorge L. Borges. Asimismo, su talento artístico logró traspasar la línea imaginaria del escenario dado que los aplausos y los coros del público formaron parte de la obra creada en la sala del Paraninfo.
Luego de la despedida de los músicos, los asistentes reclamaron insistentemente por su retorno, lo cual sucedió en cuatro oportunidades. En una de ellas, Aznar regresó con un megáfono y recorrió el espacio del escenario cantando y bailando “Dicen que dicen”, animando a todos los presentes como desde una virtual tribuna política.
Tras la presentación de Enzo Bergesio, el tradicional anfitrión de cada noche de lunes, el público asistió a un espectáculo de dos horas de duración que reunió a más de una generación de santafesinos. Quienes asistieron motivados por el registro del paso de Aznar por Serú Girán, o quienes conocen únicamente ese antecedente en su historia, y quienes tan sólo pretendían escuchar al cantante y compositor, se encontraron con una obra que da cuenta de un recorrido personal que supo dar forma a un estilo y a una identidad artística. La fusión de diversos ritmos argentinos y latinoamericanos, y la poesía que atraviesan sus creaciones se dejan entrever en temas como “Parte de volar”, “Como la cigarra” -una lúcida versión de la obra de la célebre María Elena Walsh-, "Deja la vida volar", "Zamba de Juan Panadero" -de Leguizamón Castilla-, “El seclanteño” -de Ariel Petrocelli-, “Zapatillas y libros”, “Muñequitos de papel” y “María cantó”, entre otros.
Junto a Leo Clemente, en guitarra y coros, y Alejandro Debes en teclados, Aznar instrumentó magistralmente el bajo y la guitarra e interpretó ricas poesías con la fineza y la suavidad de su voz. Sin lugar a dudas, el folklore, como género que reconoce la identidad cultural de nuestro país, pareciera surgir con fuerza en sus últimas creaciones. Sin embargo, su genio de artista no descuida la incorporación de otras tonalidades musicales como el candombe, cierta filosofía del rock, del jazz y del blues. Su respeto y su compromiso artístico con la cultura de nuestra tierra pudo apreciarse en la interpretación de “Soledad, Jujuy, 1941” -tema que integra el CD “Yo tengo tantos hermanos”, editado el pasado año, en homenaje a Atahualpa Yupanqui- y en la musicalización de algunos poemas de Jorge L. Borges. Asimismo, su talento artístico logró traspasar la línea imaginaria del escenario dado que los aplausos y los coros del público formaron parte de la obra creada en la sala del Paraninfo.
Luego de la despedida de los músicos, los asistentes reclamaron insistentemente por su retorno, lo cual sucedió en cuatro oportunidades. En una de ellas, Aznar regresó con un megáfono y recorrió el espacio del escenario cantando y bailando “Dicen que dicen”, animando a todos los presentes como desde una virtual tribuna política.