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Compartimos la Declaración a 30 años de la democracia y en defensa de las instituciones de la República.

En la historia reciente de nuestro país, el retorno a la vida y vigencia plena del funcionamiento de las instituciones de la República, el estado constitucional de derecho y el ejercicio de la Democracia ha sido fruto de la lucha y del esfuerzo colectivo que hoy celebramos como una de las conquistas más signicativas del siglo XX para la sociedad y pueblo argentinos.

Paradójicamente, nos encontramos hoy con que aquello que debía ser una celebración se convierte en asombro y desazón. Los acontecimientos que desde el autoacuartelamiento de la Policía de Córdoba se suceden en las distintas provincias argentinas muestran claramente el lento pero progresivo y profundo deterioro de los marcos de convivencia y del tejido social que se viene desarrollando en los últimos años en nuestro país.

Nuestra universidad, el a los orígenes reformistas que exigen su compromiso con la sociedad, ha cumplido un rol fundamental en momentos de gravedad que marcaron nuestra historia reciente, como la resistencia al levantamiento carapintada en la Semana Santa de 1987 y las inundaciones que afectaron nuestra ciudad.

Nuestra universidad, que también ha sido sede de las reformas constitucionales, del Congreso Pedagógico de 1984, de permanentes actividades que apuntan a la formación y fortalecimiento de la ciudadanía, no puede ni debe permanecer ajena a actitudes extorsivas y sediciosas que lesionan gravemente
al estado constitucional, democrático y social de derecho y, concretamente, la convivencia pacíca y la seguridad de todos y cada uno de los habitantes y sus bienes.

El estado constitucional no es sólo poder político sino también monopolio de la fuerza pública legítima; no tolera ni admite, en el ámbito de las respectivas jurisdicciones, la existencia de competidores.

Acontecimientos como los ocurridos en las últimas horas generan una situación de desconanza y desconcierto en la ciudadanía. Si no se respetan los derechos elementales de las personas, la democracia que tanto costó recuperar a los argentinos se convierte en una cáscara vacía.

Al cumplirse precisamente hoy 30 años de la asunción a la Presidencia de la República del Doctor Raúl Alfonsín, reivindicamos los valores de la libertad, igualdad, solidaridad, pluralismo, y responsabilidad en el ejercicio regular de los derechos, que es la máxima expresión de la complejidad social.

Estamos convencidos de que aun son muchas las deudas que la Democracia tiene con la satisfacción de las innumerables demandas históricas de la sociedad argentina. De hecho, diferentes sectores son y han sido en cada etapa de cada gobierno de la democracia protagonistas de reclamos y planteos de reivindicaciones sectoriales: trabajadores del Estado, desocupados, maestros, obreros, jubilados, se expresan, protestan y desarrollan medidas de fuerza para ejercer el legítimo derecho de peticionar a las autoridades, pero ninguno puede con ello poner en riesgo la institucionalidad y la integridad de las personas, de sus bienes y las libertades individuales que tanto ha costado recuperar en nuestro país.

Es necesario ser enfático al señalar que no se protesta ni se reclama con las armas en la mano. Hechos como estos son claros ataques directos a las instituciones y a la democracia que como sistema ha puesto las armas en manos de quienes deben cumplir el rol de la defensa de la misma y de los individuos pero que sin embargo, en los últimos días, han puesto en vilo a la sociedad y a sus instituciones.

Por todo ello, y frente a la difícil situación que atraviesa el país, repudiamos todo hecho de violencia y cualquier tipo de extorsión corporativa que afecte a la unidad nacional, a la integridad de la sociedad argentina y a la confianza de su pueblo en las instituciones de la democracia.

Como universitarios del Litoral, comprometidos con los postulados que nos dieran origen, respetuosos de los derechos inviolables e inalienables de la persona humana y defensores de los valores democráticos, expresamos una vez más la necesidad de profundizar el diálogo como única herramienta para la construcción
de consensos, y así defender y fortalecer nuestra joven democracia, cuyo futuro no depende sólo del poder político de turno, sino de la activa participación y compromiso ciudadano en la construcción colectiva y permanente de una sociedad más justa, solidaria, con mayor cohesión e inclusión social.

La comunidad universitaria se reunirá en la explanada del Rectorado el martes 10 a la hora 12.