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La Universidad Nacional del Litoral, a través de la Secretaría de Vinculación Tecnológica e Innovación, la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas (FICH), y La Qompostera llevaron a cabo el Seminario “Residuos 360: No los tires a la basura, ¡dales una vuelta!”. La jornada se desarrolló el jueves 28 de abril, en el aula 3 de la FICH, impulsada por el Programa UNLBio. El secretario de Vinculación Tecnológica e Innovación de la UNL, Javier Lottersberger, y la decana de la FICH, Marta Paris, dieron inicio al encuentro. 
El ciclo de charlas, enmarcado en el Día Mundial de la Madre Tierra, tuvo como eje central la gestión de residuos, poniendo en debate soluciones que aporten a la reducción y el aprovechamiento de los mismos.
Durante el seminario, se llevaron a cabo tres presentaciones: Carlos Martín, Ingeniero Químico y Doctor en Ingeniería Química, expuso sobre la gestión de residuos urbanos; Claudio Passalia, Ingeniero Ambiental y Doctor en Tecnología Química, trató acerca de la economía circular; y Mario Parodi, miembro de La Qompostera y de la ONG Huella Ecológica, disertó sobre el compostaje.
La sustentabilidad fue el hilo conductor de la jornada, considerando la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible impuesta por la Organización de las Naciones Unidas, a través de los aspectos ambientales, sociales y económicos. Los expositores hicieron hincapié en la necesidad de trabajar en red, fomentando la educación y el compromiso de la ciudadanía para ser agentes de cambio que impulsen consumos responsables.

Propuestas para gestionar los residuos sólidos urbanos

Carlos Martín inició el encuentro definiendo que “los residuos sólidos urbanos son todos aquellos generados por las actividades de las ciudades, sin considerar los residuos peligrosos, provenientes de industrias y hospitales”.
Indicó que, aproximadamente, en la provincia de Santa Fe se generan 3 mil toneladas de residuos por día, de las cuales entre 600 y 800 toneladas se recuperan y 1500 terminan en rellenos sanitarios ubicados en las grandes ciudades. Uno de los mayores problemas radica en el resto de estos residuos que terminan en basurales, muchos de ellos alojados cerca de rutas, causando accidentes por sus quemas.
Martín remarcó que “la no gestión de residuos conlleva costos ambientales, sociales y económicos que asume el Estado”. Por eso, es necesaria la inversión estatal, acompañada del compromiso de toda la sociedad, pensando que la sustentabilidad se logra a largo plazo con la articulación del Estado, ONGs, instituciones y ciudadanía. Para ello, es necesario valorizar los residuos a través de la inversión: reciclar todos los materiales y materias primas que se pueda, por ejemplo: papel, cartón, plásticos, metales, maderas, residuos de construcción; y con lo que se degrada o biodegrada producir biogás o realizar compostaje.

Compostar para reducir la basura

Del 22 de marzo, Día Mundial de la Madre Tierra, al 22 de abril, Día Mundial del Agua, se lleva adelante el Mes del Compostaje. Mario Parodi, uno de sus impulsores, contó sobre la iniciativa, cuyo objetivo es visibilizar el compostaje y que sea una acción colectiva cada vez mayor, apostando al trabajo en red para lograr cambios en pos de la sustentabilidad.
A su vez, Parodi destacó que “el compostaje es el primer paso para una economía circular y tiene como objetivo minimizar la basura doméstica, reduciéndola a la mitad”. 
Cabe aclarar que el compostaje es un proceso biológico llevado a cabo por micro-organismos de tipo aeróbico (presencia de oxígeno), bajo condiciones de humedad, temperatura y aireación controladas, que permiten la transformación de residuos orgánicos degradables en un producto estable. Para compostar se necesita una compostera, materiales secos (hojas, ramitas, chipeado, viruta, cartón o papel) para mezclar con material húmedo (restos de frutas y verduras, yerba, borra de café, té, restos de poda).
Desde La Qompostera, Parodi y sus compañeros impulsan el compostaje doméstico para cooperar en la reducción de residuos urbanos. La promoción del compostaje comunitario es una forma de fomentar la participación ciudadana, una manera de aportar a la sustentabilidad que el mundo necesita. 

Una economía que apunte a la sustentabilidad

Uno de los aspectos contemplados para el desarrollo sostenible es el económico. Claudio Passalia puntualizó sobre este durante el encuentro, abordando la economía circular. “Este concepto busca cerrar el proceso lineal de la economía tradicional e impulsa completar el ciclo de vida de los productos, los servicios, los residuos, los materiales, el agua y la energía; disminuyendo al mínimo la generación de los residuos”, afirmó.
La economía circular se basa en ciertos principios para lograr la sustentabilidad: en la eco concepción, que considera los impactos medioambientales a lo largo del ciclo de vida de un producto y los integra desde su concepción; en la economía de la funcionalidad, que se generen nichos y entornos de sinergia entre determinados actores de la industria; en el segundo uso o segunda vida de productos; en la reutilización de ciertos residuos; en la reparación de productos rotos; en el reciclaje de residuos; y en la valorización energética de los residuos que no se pueden reciclar.
Para que sea factible, es de suma importancia cambiar la cultura de consumo y propiciar una educación para un desarrollo más sustentable.

La economía circular puede contribuir a través de acciones como el ahorro y la eficiencia energética; el consumo colaborativo; la segunda vida de los productos; el compostaje; la utilización de materiales duraderos y biodegradables.
A su vez, Passalia enfatizó que “favorece a un triple dividendo: propicia beneficios económicos, ambientales y sociales, a través de ahorros en la economía, la valorización de algunos residuos que sean productos de consumo con un determinado precio y puedan entrar en la economía, y la creación de nuevos puestos de trabajo”.