Desarrollo de la región
Santa Fe, Á‚¿tiene potencial turístico?
Lunes 15 de julio de 2002
Un grupo de investigadores de la UNL propone repensar la identidad turística de nuestra región. Planea que la ruta 168 se convierta en un polo de ofertas para el visitante.
Un predio ferial, una villa olímpica, campings y hasta un parque regional son algunos de los emprendimientos que un grupo de urbanistas proyecta incorporar al trayecto vial que une las capitales de Santa Fe y Paraná, en un intento por revalorizar espacios no utilizados que ayuden a integrar ambas localidades.
"Cada vez que viajo a Paraná no sufro el tránsito de media hora de viaje: lo disfruto como si estuviera recorriendo un parque", dice el arquitecto Máximo Melhem, subdirector del proyecto de investigación Reconocimiento y evaluación de las potencialidades del territorio Santa Fe-Paraná para fines turísticos, subvencionado por la Universidad Nacional del Litoral. En realidad, se trata de la idea de todo el equipo de profesionales de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo, que encara una original propuesta: transformar a la ruta 168 en un polo de ofertas turísticas, pensando en un espacio urbano diseñado para satisfacer las demandas del visitante.
"El territorio que planteamos está definido por la ruta, y se limita con dos cabeceras que son obras paradigmáticas: el Puente Colgante y el Túnel Subfluvial", explica Melhem. En el trayecto ya se localizaron grandes equipamientos "que no responden a ninguna planificación", como la Ciudad Universitaria, el Ceride, barrio El Pozo o el centro comercial Wal Mart-Paseo del Sol: de allí la necesidad de estudiar cómo puede utilizarse el territorio sin agredirlo y explotando sus potencialidades naturales, pensando en planificar el espacio urbano de manera inteligente.
Tomando como eje la ruta, y extendiéndose no más de 400 metros al norte y al sur, los profesionales proponen la construcción de un predio ferial entre el Parque Tecnológico y Barrio El Pozo; hosterías en el sector que sucede al centro comercial (siguiendo el trayecto Santa Fe-Paraná); otra hostería para camioneros o choferes casi llegando a La Guardia; un club de río a la vera del riacho Tiradero (ubicado entre el río Colastiné y el atracadero de balsas); un parque ecológico y cancha de golf del otro lado de la ruta y a la misma altura; y, finalmente, una Villa Olímpica de 40 hectáreas en el terreno que antecede a la llegada al Túnel Subfluvial.
"En el territorio ubicado después de Wal Mart (recorriendo el trayecto Santa Fe-Paraná) faltan hospedajes que presenten un estilo de vida diferente al que puede brindar un hotel: planteamos hosterías que no pierdan contacto con la naturaleza, con el agua. Este tipo de oferta tiene otro atractivo, otra magia, otras expectativas para el usuario", indica Melhem, mencionando que el proyecto se completa con otra hostería para camioneros y viajantes.
En tanto, "entre el Colastiné y el atracadero de balsas pensamos crear sectores para acampar, bungalows y una especie de club de río, planteado como una forma de vida diferente. Esto puede traer interés para habitantes de ambas localidades y puede ser residencia permanente tanto como accidental. Y enfrente, del otro lado de la ruta, un parque ecológico que además contenga una cancha de golf, pensando en que son usos compatibles, porque la práctica del golf no agrede el paisaje natural", menciona.
Finalmente, una Villa Olímpica de alrededor de 40 hectáreas antecedería a la llegada al Túnel Subfluvial, en el ingreso a Paraná, pensada para satisfacer la oferta de espacios de recreación deportiva y postularse como lugar ideal para la organización de eventos y campeonatos de todo tipo.
"El área no tiene la infraestructura apropiada para ser aceptada como sede para, por ejemplo, eventos deportivos que superen lo local y tiendan a recuperar la importancia del área metropolitana Paraná-Santa Fe -opina Melhem. Y en este marco, cada visitante tomará las cosas que el territorio ofrece, sea para consumir o para realizar actividades relacionadas directamente con el turismo, aun cuando el objetivo de su visita no haya sido específicamente turístico".
El equipo está seguro de que la crisis económica no impedirá que aparezcan inversores -tanto privados como el Estado- interesados en concretar los proyectos; aunque no en lo inmediato sino en el largo plazo, cuando se logre identificar a la región como un área metropolitana integrada, que beneficie la calidad de vida de sus habitantes y potencie la actividad económica. "Hay que corregir asimetrías entre las ciudades y evitar la competencia: debe existir entre ambas un comportamiento asociado", indicó Soijet.
"El Paraná no es para playas, es sumamente peligroso. Por qué vamos a imitar las ofertas de otros territorios que se ofrecen por sus innegables condiciones naturales. Las cataratas tienen una identidad propia, como las sierras de Córdoba o la misma costa del Uruguay, en Entre Ríos: encontremos nosotros una identidad para nuestra región que sea compatible con lo que podemos ofrecer de nuestros propios recursos en forma genuina", considera el urbanista.
"Cada vez que viajo a Paraná no sufro el tránsito de media hora de viaje: lo disfruto como si estuviera recorriendo un parque", dice el arquitecto Máximo Melhem, subdirector del proyecto de investigación Reconocimiento y evaluación de las potencialidades del territorio Santa Fe-Paraná para fines turísticos, subvencionado por la Universidad Nacional del Litoral. En realidad, se trata de la idea de todo el equipo de profesionales de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo, que encara una original propuesta: transformar a la ruta 168 en un polo de ofertas turísticas, pensando en un espacio urbano diseñado para satisfacer las demandas del visitante.
"El territorio que planteamos está definido por la ruta, y se limita con dos cabeceras que son obras paradigmáticas: el Puente Colgante y el Túnel Subfluvial", explica Melhem. En el trayecto ya se localizaron grandes equipamientos "que no responden a ninguna planificación", como la Ciudad Universitaria, el Ceride, barrio El Pozo o el centro comercial Wal Mart-Paseo del Sol: de allí la necesidad de estudiar cómo puede utilizarse el territorio sin agredirlo y explotando sus potencialidades naturales, pensando en planificar el espacio urbano de manera inteligente.
Tomando como eje la ruta, y extendiéndose no más de 400 metros al norte y al sur, los profesionales proponen la construcción de un predio ferial entre el Parque Tecnológico y Barrio El Pozo; hosterías en el sector que sucede al centro comercial (siguiendo el trayecto Santa Fe-Paraná); otra hostería para camioneros o choferes casi llegando a La Guardia; un club de río a la vera del riacho Tiradero (ubicado entre el río Colastiné y el atracadero de balsas); un parque ecológico y cancha de golf del otro lado de la ruta y a la misma altura; y, finalmente, una Villa Olímpica de 40 hectáreas en el terreno que antecede a la llegada al Túnel Subfluvial.
Los fundamentos
"Estos no son ofrecimientos aislados: lo que se busca es crear una unidad paisajística, una suerte de acoplamiento de intereses económicos que logre vender una marca diferente a los ojos del turista", indicó Melhem al fundamentar la propuesta, que está abierta a cualquier sugerencia que provenga de iniciativas privadas o estatales que piensen en potenciar de una manera similar esta región ribereña."En el territorio ubicado después de Wal Mart (recorriendo el trayecto Santa Fe-Paraná) faltan hospedajes que presenten un estilo de vida diferente al que puede brindar un hotel: planteamos hosterías que no pierdan contacto con la naturaleza, con el agua. Este tipo de oferta tiene otro atractivo, otra magia, otras expectativas para el usuario", indica Melhem, mencionando que el proyecto se completa con otra hostería para camioneros y viajantes.
En tanto, "entre el Colastiné y el atracadero de balsas pensamos crear sectores para acampar, bungalows y una especie de club de río, planteado como una forma de vida diferente. Esto puede traer interés para habitantes de ambas localidades y puede ser residencia permanente tanto como accidental. Y enfrente, del otro lado de la ruta, un parque ecológico que además contenga una cancha de golf, pensando en que son usos compatibles, porque la práctica del golf no agrede el paisaje natural", menciona.
Finalmente, una Villa Olímpica de alrededor de 40 hectáreas antecedería a la llegada al Túnel Subfluvial, en el ingreso a Paraná, pensada para satisfacer la oferta de espacios de recreación deportiva y postularse como lugar ideal para la organización de eventos y campeonatos de todo tipo.
"El área no tiene la infraestructura apropiada para ser aceptada como sede para, por ejemplo, eventos deportivos que superen lo local y tiendan a recuperar la importancia del área metropolitana Paraná-Santa Fe -opina Melhem. Y en este marco, cada visitante tomará las cosas que el territorio ofrece, sea para consumir o para realizar actividades relacionadas directamente con el turismo, aun cuando el objetivo de su visita no haya sido específicamente turístico".
Sumar para ganar
"La idea de construcción de un área metropolitana tiene que ver con una gran ciudad", explica la arquitecta Mirta Soijet, directora del proyecto de investigación. Para esto, se piensa en la necesidad de que exista un organismo descentralizado de gestión para el área, que exceda el ámbito administrativo de los municipios; y se agregará a las conclusiones la posibilidad de gestionar un modelo de organización interjurisdiccional.El equipo está seguro de que la crisis económica no impedirá que aparezcan inversores -tanto privados como el Estado- interesados en concretar los proyectos; aunque no en lo inmediato sino en el largo plazo, cuando se logre identificar a la región como un área metropolitana integrada, que beneficie la calidad de vida de sus habitantes y potencie la actividad económica. "Hay que corregir asimetrías entre las ciudades y evitar la competencia: debe existir entre ambas un comportamiento asociado", indicó Soijet.
Nuestra identidad
"Para crecer turísticamente hay que renunciar a las ofertas banales", dice Melhem, en alusión a aquellas propuestas que caen en lugares comunes, como los que consideran que los ríos pueden relacionarse, casi únicamente, con la playa, la pesca y el verano."El Paraná no es para playas, es sumamente peligroso. Por qué vamos a imitar las ofertas de otros territorios que se ofrecen por sus innegables condiciones naturales. Las cataratas tienen una identidad propia, como las sierras de Córdoba o la misma costa del Uruguay, en Entre Ríos: encontremos nosotros una identidad para nuestra región que sea compatible con lo que podemos ofrecer de nuestros propios recursos en forma genuina", considera el urbanista.