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“Nuestro carácter de estudiantes no nos enorgullecería, honorables consejeros, si implicara para nuestra vida mental la existencia de tutelajes necesarios ejercitados por los cuerpos directivos de la Universidad. El estudiante no es un expositor de textos oficiales, ni está obligado a cargar con el peso de opiniones ajenas. Él no pide catálogos, sino rutas, y las rutas clarean en la conciencia universitaria mediante la contribución franca, meditada y serena que cada cual aporta de sus convicciones”. Estas palabras pertenecen a Deodoro Roca, una de las principales figuras de la Reforma Universitaria de 1918 y fueron elegidas por el decano de la Facultad de Ciencias Económicas, C.P.N. Hugo Rodríguez Jáuregui para homenajear los 90 años del movimiento estudiantil, en un acto que se realizó el pasado 3 de junio.
En el marco de los festejos del 90º aniversario de la Reforma Universitaria organizados por la Universidad Nacional del Litoral (UNL) durante todo el mes de junio, el Centro de Estudiantes de la FCE colocó una placa en el hall de la facultad para conmemorar los logros del movimiento estudiantil de 1918.
El acto contó con la presencia del decano de la FCE Hugo Rodríguez Jáuregui, el Secretario General de la UNL, Prof. Claudio Lizárraga; Virginia Ariotti, en representación del Colegio de Graduados de Ciencias Económicas y el presidente del Centro de Estudiantes, Juan Manuel Dieguez.

Un movimiento rebelde y anti-dogmático
En tal ocasión, el decano de la FCE expresó su agradecimiento al Centro de Estudiantes “por tomar la iniciativa de colocar esta placa en conmemoración a la Reforma” y sostuvo: “Realmente jóvenes de ese calibre (refiriéndose a Deodoro Roca) marcan que este era un movimiento rebelde, contestatario, pero con un enorme anclaje en la realidad social de ese momento. Sin dudas eso fue lo que le dio la fuerza para plasmarse hasta nuestros días y marcar a todas las universidades que cargan con su impronta. Fue un movimiento anti-dogmático, por lo que no podemos dogmatizarlo, sino repensarlo desde nuestra realidad y nuestro momento”.
A continuación, el decano formuló una pregunta: “90 años después, si Deodoro Roca fuera alumno de nuestra facultad, ¿consideraría que ya fueron logrados los objetivos? Seguramente no. La frase ‘los dolores que nos quedan son las libertades que faltan’ es una declaración de la búsqueda permanente de la utopía, que nunca se termina de conseguir. Siempre va a haber en la juventud un motivo de lucha y rebeldía, lo cual es un motivo de alegría porque si un país no tiene una juventud rebelde está condenado a su final”. 
Por su parte, el presidente del Centro de Estudiantes de la FCE expresó: “Durante la Reforma se gestaron los pilares de la universidad pública argentina: autonomía, cogobierno, ingreso irrestricto, concurso docente, libertad de cátedra, entre otras. En ese momento se manifestó que el país contaba con una vergüenza menos y con una libertad más, así como que los dolores que quedan son las libertades que faltan. A partir de ese momento comenzó un proceso que no fue lineal, sino que tuvo sus contradicciones. La historia argentina le jugó un par de reveses a la universidad pública. Hoy en día la universidad cuenta con el dolor y la vergüenza de la Ley de Educación Superior, que merece ser discutida. Por eso queremos convocar a la comunidad universitaria a discutir los principios de la Reforma Universitaria a la luz de nuestros días. Ése es el gran desafío”.