Comedia UNL

“Me puse en la piel de un trabajador en una sociedad prejuiciosa”

Lunes 16 de mayo de 2016 / Actualizado el viernes 20 de mayo de 2016

De cara a la nueva función de “Boquitas Pintadas” el próximo sábado 21 a las 21 en el Foro Cultural UNL, uno de sus actores comentó su experiencia como debutante en las tablas y el proceso de la preparación de su personaje.

El próximo sábado 21 partir de las 21, y todos los sábados de mayo, se presentará la Comedia UNL “Boquitas Pintadas”, la versión de Juan Parodi sobre la novela de Manuel Puig en la Sala Maggi del Foro Cultural UNL, 9 de julio 2150. Las entradas costarán $100 generales y $70 para estudiantes y jubilados.

Maximiliano Jenkins es docente de tecnología en primarios y secundarios y estudió Promotor Sociocultural en la Escuela Provincial de Teatro de la ciudad de Santa Fe. Su participación en Boquitas Pintadas constituye su gran debut como actor en las tablas junto a un elenco integrado por Carolina Cano, Jaquelina Abrigo, Nidia Casis, Stella Curi, Selma López, Florencia Minen, Daniel Quiñonez y Lucas Ranzani. En el marco de la nueva temporada de la Comedia UNL 2015, el santafesino cuenta su experiencia en el ambiente del teatro, su reacción con la obra de Puig y su relación con sus compañeros.

-¿Cómo es Pancho, tu personaje?

-Es un hombre con mucho matices y eso se ve en la obra. Es un tipo trabajador con las ambiciones de una sociedad con prejuicios. Es un albañil que en este caso tiene la oportunidad de crecer y llegar a ser policía y que está siempre al lado de Juan Carlos, su mejor amigo, quien se convierte de alguna manera en su mentor. Una persona con mucha necesidad de cariño y de mostrarse fuerte ante el afuera y seguir lo que se le pide socialmente.

-¿Cómo fue la construcción actoral?

-Leí la obra sólo dos veces. Fue mucho juego. Trabajamos no sólo sobre el aspecto del personaje sino la relación con los otros. No caes en la construcción de tu mundo sino que trabajás con otros universos con los que se va relacionando. Creo que la tarea de investigación que hicimos con Juan Parodi nos permitió jugar y crear desde lo que yo veía y de la relación con los otros.

-¿Cómo fue tu reacción ante la obra de Puig?

- Trabajar Boquitas Pintadas me parecía muy loco porque también es algo que no se había hecho antes. Es una versión de una novela importantísima que además tiene una fuerte versión en el cine.

-¿Cómo fue la conexión con el director y tus compañeros?

-Lo bueno y lo copado de Juan es que hizo una excelente tarea en muy poco tiempo. Hicimos una investigación profunda y trabajamos mucho en preparación del actor. Pudimos jugar bastante y trabajar sobre distintos personajes sin siquiera saber cuáles serían nuestros personajes en la obra. Los otros actores también son geniales porque siempre me apoyaron e hicieron que estés al nivel de ellos. Te van levantando. Nadie desconfió de mis posibilidades. Y si ellos confían en mí, ¿cómo no lo voy a hacer yo? Ellos te ayudan a suplir tus falencias y uno va “robando” de su experiencia.

-¿Cómo creés que evolucionó la obra?

-Lo que tiene el teatro es que siempre cambia y nunca es igual. Creo que “Boquitas Pintadas” crece porque te vas amigando con el escenario, la escenografía y te vas dando más libertad para jugar con los textos. Siempre con el correr de las funciones te conectás mejor con los otros personajes y a mí me permite fluir más y manejarme en el escenario con los momentos, los tiempos, entradas y salidas. Es una obra con muchos riesgos pero con una adrenalina increíble.

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