¿Festejo o reflexión?

“Si algo le faltó al Bicentenario fue discutir lo que pasó en 1810”

Viernes 28 de mayo de 2010

Lo afirmó Darío Macor en la tarde del jueves 27 de mayo en una nueva edición del café científico. La velada se prestó para analizar cómo los historiadores entendieron ese 25 de mayo a lo largo de estos dos siglos.

El Bicentenario también formó parte de los cafés científicos. Darío Macor, historiador de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) y el Conicet analizó cómo la historia fue entendiendo al 25 de mayo de 1810 hasta nuestros días.
Las mesas se llenaron rápidamente y entre un público que trataba de acomodarse para no perderse nada se destacaba la figura de la vicegobernadora, Griselda Tessio al igual que otros reconocidos colegas de las ciencias sociales. La charla se desarrolló en el marco del ciclo organizado por la Secretaría de Estado de Ciencia, Tecnología e Innovación del gobierno de Santa Fe junto con la UNL, la Facultad Regional Santa Fe de la Universidad Tecnológica Nacional (FRSF-UTN), la Universidad Católica de Santa Fe (UCSF) y el Centro Científico Tecnológico (CCT) Conicet Santa Fe.
“Si algo le faltó al Bicentenario fue la discusión de lo que pasó en mayo de 1810. Hubo mucha fiesta, cosa que está bien, pero los que creemos que una discusión sería conveniente nos esperanzamos con que la fiesta genere un momento nuevo, un espacio para que se produzca esta discusión”, afirmó Macor.

El 1810 en la historia
La invitación del docente e investigador fue la de hacer un recorrido sobre cómo la historia instituyó el 25 de mayo como la fecha fundante de la Argentina. La primera imagen del relato de mayo fue la conmemoración de 1811 con la instalación de la pirámide de Mayo. “Los mismos que vivieron ese mayo y que dicen que todavía no han declarado la independencia construyen la pirámide haciendo saber de manera indirecta, en un lenguaje simbólico, que lo que pasó un año antes es una revolución”, analizó Macor.
El recorrido tuvo como siguiente estación clave la aparición del relato histórico de Mitre en la década de 1880. “Mitre, contra lo que se cree, construye una historia de mayo que es una historia nacional y lo hace de la mano de dos próceres: San Martín y Belgrano que le permiten, en su recorrido revolucionario, entramar las regiones de la Argentina”, manifestó.
Un dato que ilustra la importancia que para Mitre y la generación del ´80 tuvo la historia es que en las escuelas se triplicó la cantidad de horas asignadas a la materia.

En el siglo XX
El centenario fue el siguiente hito que destacó el historiador. “Ahí empezó la tendencia a homogeneizar la Argentina y todo lo que se discutía era en torno a la historia de Mitre”.
Luego, el historiador revisó cómo significaron de diversas manera la fecha los anarquistas, socialistas, nacionalistas y radicales.
El peronismo es otro punto de la historia que destacó Macor, dando cuenta de cómo en ese período, San Martín fue enaltecido como “padre de la patria” y se privilegió el festejo de la independencia de 1816 por sobre la Revolución de Mayo. “Comienza a suavizarse el pasado porque el peronismo tiene un serio problema para pensar que el punto de partida de la nacionalidad está en un proceso revolucionario. En 1910 San Martín estaba prácticamente en igualdad con los otros próceres pero al cumplirse 100 años de su muerte saca enormes ventajas y, a partir de ahí, es inalcanzable”, señaló el investigador.
Según detalló Macor, la llegada de la década de 1960 marcó el inicio de una gran renovación historiográfica de la mano de Romero y Halperín Donghi y su historia social. “Comienza a discutirse por primera vez si los eventos de mayo tienen o no las características para ser una revolución. La revolución para el marxismo implica un quiebre en el orden social”, revisó Macor.
La dictadura, por su parte, marco el encierro de la academia. Simultáneamente, el gobierno militar impulsó la interpretación del ejército como precursor de la patria.
Como destacó el disertante, el advenimiento de la democracia marcó el inicio de una nueva comunidad historiográfica que gozó de 25 años de continuidad institucional.
“La segunda generación de investigadores de la vuelta a la democracia han intervenido directa o indirectamente en la elaboración de libros escolares y eso cambió dramáticamente lo que se enseña hoy en la secundaria”, recalcó Macor.
Finalmente, el recorrido culminó con una reflexión sobre la proliferación de libros ligados a un nuevos revisionismo, como lo entienden algunos, o revisionismo de mercado como juzgan otros como Halperín Donghi. “El revisionismo de los ´60 daba una pelea política e ideológica, este ‘nuevo revisionismo’ da la pelea en el mercado”, ironizó.

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