Debate sobre la producción de medicamentos

Acerca de los genéricos y la salud de la población

Lunes 4 de noviembre de 2002

El mercado mundial de los medicamentos es uno de los que más divisas genera. Sin embargo, los costos de venta al público impiden el acceso de toda la población, lo cual provoca deterioro en la salud de los pueblos. Un Plan de Producción de Medicamentos sería u

En el mundo de hoy, la producción y comercialización de medicamentos configura uno de los mercados globales más poderosos. Según estimaciones de la propia industria, las ventas mundiales habrían crecido de 354.000 millones de dólares en 2000, a 406.000 millones este año. Sin embargo, los medicamentos no están al alcance de todos. En nuestro país, cuya inversión en remedios es cercana a un cuarto del gasto del presupuesto total destinado a salud, el acceso del 100% de la población no está garantizado.
“El mercado de los medicamentos es de los que moviliza más medios, más avances y, por ende, más divisas. Y tiene sus derechos. Pero si hay uno fundamental es el derecho a la vida”, reflexionó el Dr. Emilio Cermignani, docente de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de La Plata. “Y si para vivir o para mejorar la calidad de vida alguien necesita el medicamento, para cumplir con ese derecho tiene que poder acceder a esa medicina. Á‚¿Y cuál es el precio justo? El que la gente pueda pagar. Nadie se puede curar si deja de comer para poder comprar los remedios”, agregó el especialista.
Cermignani obtuvo el título de Magister en Epidemiología de los Medicamentos en la Universidad Autónoma de Barcelona, España. Además es Presidente del Grupo Argentino para el Uso Racional de los Medicamentos (GAPURMED). Visitó Santa Fe en el mes de agosto, oportunidad en la que disertó en las Jornadas Nacionales en Producción de Medicamentos y Respuesta a la Emergencia Sanitaria realizadas en la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas de la Universidad Nacional del Litoral.
“Encarar un Plan de Producción de Medicamentos sería la opción que nos permitiría producirlos a menor costo en un mercado que tiende a ser oligo o monopólico, facilitar la recuperación de recursos humanos para emplearlos en esta empresa y, por sobre todas las cosas, permitir la posibilidad de que la gente pueda acceder a estos medicamentos”, señaló el especialista.
- Á‚¿Se trataría de políticas serias de salud y no de parches transitorios?
- Sí, aunque yo hablaría de políticas de medicamentos. La política de salud es más que la de medicamentos. La cuestión sería actuar preventivamente: que la gente no se enferme, que tenga alimentos adecuados, que tengan las vacunas. Con esas medidas para recuperar la salud puede ser a veces necesario igual el medicamento, aunque a veces no.

Hoy y mañana

“La Universidad puede aportar significativamente en la gestación de políticas nacionales en el sector y como efectora de las mismas”, sostuvo el Dr. Alberto Marcipar, docente investigador de la UNL. “Por eso entendemos que es importante promover en los investigadores un cambio de mentalidad en cuanto a la necesidad de involucrarse en proyectos que impacten a corto plazo en la solución de los graves problemas que afectan a nuestra sociedad”.
El Dr. Marcipar, Director del Programa Ciencia, Tecnología y Sociedad, fue uno de los organizadores de las jornadas donde se trató el tema. “Se remarcó la necesidad de que el Estado restablezca un control de precios –basado en el derecho primordial que tienen las personas de acceder al medicamento. Se planteó además, la responsabilidad central del Estado en el control de calidad, estableciendo normas y protocolos homogéneos para grandes y pequeños laboratorios”, comenta Marcipar.
Pero una de las cuestiones más importantes que se debatió fue sobre la posibilidad que tienen los laboratorios estatales para producir medicamentos. “Se analizó el rol de los laboratorios estatales de producción –sean nacionales, provinciales o municipales. Sobre la base de la experiencia exitosa del laboratorio municipal de Rosario (LEM), se insistió en la necesidad de una intervención del Estado en la producción de medicamentos, en particular para el sector de medicamentos de interés social. Esta participación del Estado no debe ser vista como un gasto sino como una inversión, ya que con muy poco se podría lograr mucho”, finalizó.

Recetas genéricas

“La venta de remedios se realiza con las mismas estrategias que se utilizan para imponer otros productos: apelando al marketing de marcas y a innovaciones de forma, que nada tiene que ver con el poder terapéutico de los remedios y mucho con la rentabilidad y las finanzas de la industria farmacéutica”, se puede leer en la página web del Ministerio de Salud de la Nación. Pero a partir de la sanción de la llamada Ley de Genéricos, muchos apuestan a que las cosas cambien.
“Yo preferiría no llamarla Ley de Genéricos. Es una ley que obliga al profesional a que en la receta en vez de poner “Tomate Pirulito”, ponga “Tomate”. No indica nombre ni marca. Pero esto obliga a muchas cosas”, reflexionó Cermignani. El médico debe conocer bien el nombre del medicamento, de acuerdo a cómo se lo reconoce en la Organización Mundial de la Salud. A este se le suma el farmacéutico, quien juega un papel más activo, ya que además de conocer los compuestos de los medicamentos, debe ofrecerle la variedad de precios al paciente.
- Á‚¿Se puede cambiar de medicamentos para el tratamiento de una enfermedad?
- En la mayoría de los casos sí. Existen muy pocos en los que no es recomendable, como en el tratamiento de la epilepsia, hipertensión, depresión. Pero si la diferencia de precio es muy grande se puede hacerlo, aunque comenzando nuevamente el tratamiento. Esto se presenta en casos de tratamientos largos. Cuando lo que se va a tratar es una angina, un dolor muscular, una gripe, se debe utilizar el medicamento más barato”. Las cámaras que agrupan a los laboratorios nacionales y extranjeros critican la medida y destacan las diferencias existentes entre las distintas marcas, que pueden ofrecer productos finales no intercambiables, aun cuando contengan la misma droga base. Aún hoy sigue el debate en torno a esta polémica. Lo cierto es que, en la actualidad, los argentinos requieren políticas que le aseguren su salud, algo tan simple como necesario. Porque se trata, nada más y nada menos que de la vida de las personas.

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