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La diferencia entre una idea de negocio y una empresa en marcha radica en el tipo de capital. Por cuanto, el capital semilla y el capital emprendedor son, respectivamente, la inversión inicial para poner en marcha el emprendimiento y las inversiones tempranas para impulsar su crecimiento.  Esta diferenciación la hizo Juan Manuel Giner, de la Asociación Argentina de Capital Privado, Emprendedor y Semilla (ARCAP), quien tuvo a su cargo el taller: “Capital Emprendedor en Argentina”, en el marco del Encuentro anual de la 12º edición del Foro de Capital para la Innovación – Región Litoral Centro; una iniciativa de 19 instituciones de los sectores científico-tecnológico, productivo, financiero y estatal que busca propiciar el encuentro entre emprendedores, la comunidad empresarial y los inversores interesados en financiar empresas con alto potencial de rentabilidad. La edición del 2018 tuvo lugar el 29 de noviembre pasado en las instalaciones de la Estación Belgrano, Santa Fe.  

Juan Manuel es Director Ejecutivo en ARCAP, donde coordina la operación de la asociación y trabaja en el desarrollo de relaciones con gestores, en  iniciativas de fundraising, en estrategia de contenido y, también, participa activamente en las distintas comisiones de la asociación. Producto de su experiencia de 20 años, enfocado en áreas de tesorería, finanzas y administración de diferentes empresas como así también auditorías de compra/venta y takeover de proyectos, Giner se propuso compartir algunos datos relevantes, y a la vez elocuentes, acerca de las características de los fondos de inversión, haciendo foco en los inversores ángeles,  aquellos que están presentes en las primeras etapas de desarrollo de un proyecto.  “ARCAP – introdujo- tiene tres verticales dentro de su estructura: lo que llamamos capital semilla, capital emprendedor y capital privado (aunque muchas veces se le llama a los tres, genéricamente, capital privado)”. “Cuando surgió esta posibilidad en ARCAP, sentí que alguien me hacía un guiño, que algo muy bueno y positivo estaba pasando con los flujos de inversiones en la Argentina y decidí sumarme. Estoy muy contento de que haya sido así”, expresó acerca de su ingreso a ARCAP.

Las primeras inversiones
En su exposición se refirió a la cadena de inversiones que necesita un emprendedor a lo largo de su camino, desde la gestación de la idea-proyecto, hasta el impulso necesario para hacer crecer su emprendimiento y su negocio. “En la primera etapa se ubica lo que llamamos capital semilla, el financiamiento inicial para poner en marcha una nueva empresa o para impulsar su desarrollo en una etapa temprana. Muchos de los proyectos en su etapa inicial implican riesgos altos para los emprendedores, porque son los primeros pasos que da un emprendedor, y los comienza con su propio dinero. Hay emprendedores que venden un auto, un departamento o usan sus ahorros, en una etapa en la que seguramente no hay ventas, es decir que no hay ingreso de capital. Necesitan cantidades de dinero, no tan grandes, pero con un altísimo riesgo, porque es el que comienza en la casa, en un garage, en un gabinete en una universidad. Su destino son las necesidades de arranque de la empresa y se caracteriza por no tener retorno. Aquí aparece, luego, lo que llamamos “friends and family”, ya que esta primera inversión proviene generalmente del emprendedor y de su círculo cercano”, explicó con gran claridad.
Desandando este camino, Giner expuso que luego de esta primera fase, llegan los inversores ángeles, quienes en ocasiones no están formalizados como tales, pero cumplen dicho rol: “Quizás haya quienes sean sea inversor ángel y no lo sepa todavía”, indicó. Además destacó que “un inversor ángel no aporta solo dinero a un emprendedor. Viene con un valor agregado de contactos, un ecosistema de relaciones que siempre beneficia al emprendimiento. Ningún emprendimiento que hoy sea exitoso pudo llegar a serlo si no hubiera en algún momento un capital semilla, si no hubo alguien que le brindara su apoyo en esta etapa. El inversor ángel no pone solo dinero, sin duda necesita dinero para emprender y poner en pie su negocio, pero lo más importante que le da es su tiempo, contactos, la llegada a un cliente, un proveedor, al que el emprendedor -per se- no puede llegar. Hay gente que no se define como inversor ángel, pero si vos le prestaste plata a un amigo, a tu sobrino, a un hermano, estás siendo un inversor ángel y, seguramente, un inversor ángel no le abre solamente la billetera, sino los contactos: con el banco, con el consejo profesional.  Hay lugares donde la bolsa de comercio también hace sus primeros acercamientos a través de una persona que se la vincula y esto es, en definitiva, lo que definimos para un inversor ángel”.

Radiografía de un inversor ángel
Tal como explicó, ARCAP cuenta con un área de investigación –“research”- desde la cual llevaron adelante, en conjunto con la Universidad Austral, un estudio con el objetivo de “sacar una foto del típico inversor ángel argentino, que luego se comparó con el inversor de Estado Unidos (EEUU); un tipo de inversor, que hace muchos años está invirtiendo en riesgos”. Dentro de los resultados obtenidos del estudio, pudieron concluir que “en Argentina, en promedio, el inversor ángel es más joven que en EE UU, el 95% son hombres, las mujeres aún no se animan tanto a invertir, a diferencia de EE UU, donde el 22% de los inversores ángeles, son inversoras”, indicó. Además, describió los inversores ángeles como personas que suelen venir del rubro, y por lo general los define la paciencia como virtud, ya que “difícilmente pueda recuperar su capital a los tres o a los seis meses, es una inversión que hay que esperarla y esto no es para ansiosos”.  Y agregó: “Sin duda se trata de una persona que ya tiene un capital y decide poner una ficha en un proyecto en el que él cree; tiene que estar dispuesto a que ese capital lo puede multiplicar por 10 o por 100, pero también lo puede perder y eso es importante que se lo expliquemos a los inversores ángeles”.
Acerca de cómo llega un inversor ángel, relató que “en general son amigos, que muchas veces sin ser un club de ángeles formal, son varios ángeles que deciden poner un poco cada uno y apoyar ese proyecto, es una manera informal, en la que probablemente no haya un contrato sofisticado de por medio, pero que escuchan un proyecto interesante y se sumen a invertir. En Argentina también se da que emprendedores exitosos que recibieron inversiones ángeles son inversores de otros proyectos”.

Siempre que hay inversores, hay emprendedores
Un estudio realizado por ARCAP, que relevó todos los fondos que operan en Argentina, indagó “cuánto dinero habían recaudado  los inversores ángeles en Argentina y cuanto habían invertido en los últimos tres años. El resultado es una muy buena noticia: los números son muy grandes, fenómeno que se repite en América Latina y en el mundo” indicó. “En el 2016 había 39 gestores de fondos entre capital emprendedor, semilla y privado. En el primer semestre del 2018 se multiplicaron por más de dos, pero los inversores semillas es increíble lo que crecieron, los clubes de ángeles e incubadoras aumentaron exponencialmente su cantidad. Y cuantos más inversores semillas haya, más emprendedores llegarán al capital emprendedor e irán pudiendo crecer. Siempre que hay inversores, hay emprendedores”.
“En Argentina, en promedio, 44 mil dólares es lo que destina un inversor ángel desde que comenzó su actividad hasta hoy, lo que en promedio representa el 15% de sus ahorros destinado a proyectos emprendedores y en promedio. En Argentina, un inversor ángel tiene 5 inversiones en su cartera, si bien esto es incipiente y no está formalizado. Es muy bueno saber, además,  que el 60% recuperó su inversión, y eso es recurrente, no es que invirtió una vez y salió, sino que tienen 5startup en su cartera. Hay inversores que van solo al agro y hay inversores que diversifican, y en la diversificación juegan un papel muy importante los clubes de ángeles”.  Y agregó “En Argentina, el 64% lo hace en forma solitaria, no es parte de un club. Integrar un club de ángeles lo más importante que tiene, es poder diversificar y compartir con otros la decisión de invertir, ya que quizás no sabe tanto de agro o de inversiones, pero tiene otra persona que puede darle esa mirada, hay una diversificación del riesgo y eso es una gran virtud. Hay un gran camino en Argentina por desarrollar”.
Otro dato relevante que emergió del estudio, fue “que en el primer semestre en Argentina se realizaron la misma cantidad de inversiones y transacciones que en todo el 2017, aun con una coyuntura difícil de país, pero sin duda, el capital innovador o emprendedor va por otro carril, es una inversión a futuro y hay fondos que lo están viendo. Y hay un gran porcentaje que son fondos extranjeros que vienen a invertir en el país, Algo están viendo los inversores extranjeros en nuestros emprendedores, que vienen a invertir en proyectos argentinos; algo está pasando en Argentina”.

Promoviendo el desarrollo de la Industria Argentina
La Asociación Argentina de Capital Privado, Emprendedor y Semilla (ARCAP) es una asociación sin fines de lucro que tiene el objetivo de promover el desarrollo de la Industria de Capital Privado en Argentina. “En Argentina, está organizada hace dos años y reúne a todos los actores de este ecosistema inversor: el capital privado, capital emprendedor, capital semilla, capital emprendedor corporativo, family office y prestadores de servicios vinculados a esto. Si bien estamos del lado de la mesa de los inversores, ningún sentido tiene que haya inversores si no hay emprendedores, con lo cual trabajamos conjuntamente con asociaciones de emprendedores. Actualmente, somos 48 hoy los que integramos ARCAP, con oficina en Argentina, entre ellos, la Aceleradora Litoral”, explicó Giner.
Entre las actividades clave, ARCAP contempla la contribución al crecimiento de la actividad económica en Argentina a través del desarrollo de la industria de capital privado local y de su inserción en mercados internacionales, el impulso de inversiones en distintos sectores de Argentina, la generación y divulgación de estudios sobre el impacto de la industria de capital privado en la economía local y su estado actual, la articulación entre iniciativas de la industria y el sector público, el  fomento de la adopción de mejores prácticas con estándares éticos y profesionales que faciliten la participación de inversionistas institucionales extranjeros en la Argentina.