Comisión Nacional para el Mejoramiento de la Educación Superior
Importante informe sobre la educación superior argentina
Martes 11 de junio de 2002
Fue realizado por 30 destacados especialistas durante más de un año. Se trata de un acabado diagnóstico sobre diversos temas del sistema de educación superior de nuestro país. Propone la creación de un ciclo introductorio de formación básica de dos años de dur
Luego de más de un año de trabajo, la Comisión Nacional para el Mejoramiento de la Educación Superior – convocada por el ex ministro Lic. Andrés Dellich y encabezada por el ex ministro Dr. Hugo Juri – presentó la semana pasada en la sede del Ministerio de Educación de la Nación un detallado informe sobre la educación superior Argentina. Se trata de un diagnóstico que describe minuciosamente el actual estado de la educación superior y propone una serie de acciones y recomendaciones para reformar algunos puntos centrales como calidad, financiamiento, investigación, enseñanza y educación a distancia, entre otros.
Según consigna el diario La Nación en su edición del jueves 23 de mayo se trata de un informe que describe “un sistema desarticulado, heterogéneo en calidad y concentrado geográficamente, que creció sin planificación, con déficit de calidad en la formación que ofrece, y que permite el acceso de los jóvenes, pero pierde al 50% de los ingresantes en el primer año de las carreras”.
“Fortalecer los conocimientos básicos, rever el sistema hiperdesarrollado de posgrados, aumentar las escasas dedicaciones exclusivas de los docentes (hoy llegan al 14%) y distribuir fondos específicos según planes de reforma que elaboren las universidades son otras de las propuestas – afirma el matutino. Lejos de la época en que garantizaba la movilidad social, la desigualdad se prolonga en la Universidad. Según un estudio incluido en el informe, es unánime la opinión de que los jóvenes de menos recursos tendrán cada vez menos acceso a los estudios superiores”.
Según declaraciones realizadas por los especialistas en la conferencia de prensa brindada en el Palacio Sarmiento, el proyecto – que cuenta con el respaldo del secretario de Políticas Universitarias, Dr. Juan Carlos Pugliese, y de la ministra de Educación, Dra. Graciela Giannettasio – pretende "resolver la falta de integración del sistema de educación superior", suavizar el impacto que tiene para la mayoría de los jóvenes pasar del nivel medio al superior y facilitar la movilidad entre universidades. Además, favorecería a los habitantes del interior, que podrían estudiar este ciclo en su ciudad de origen, para luego proseguir con los otros dos o tres años de la carrera en la Universidad.
Un 50 por ciento de la deserción estudiantil superior se produce en los dos primeros años de estudios superiores, y es por ello que una de las propuestas centrales es la creación de un ciclo común que permita mejorar la calidad de la educación superior, fundamentalmente en estos primeros años que es donde más deserción y fracaso educativo hay y donde se cursan las materias básicas, que son imprescindibles para tener una buena formación en el ciclo superior.
Precisamente, estos fueron algunos de los fundamentos que impulsaron la creación en la UNL del Bachiller o Diplomado Universitario en abril de 2001, con el objetivo de “facilitar el reconocimiento de un recorrido curricular en familias de carreras y dar al alumno que, por determinadas circunstancias, se vea obligado a abandonar sus estudios, la posibilidad de completarlos en la misma o en otra unidad académica afín”. Esta certificación – puesta en marcha en la mayoría de las facultades – también posibilita la movilidad de estudiantes entre distintas universidades y el acceso a una mayor y más diversificada oferta de formación profesional, y se enmarca en las políticas de articulación con otras universidades públicas, plasmadas hasta ahora en un Acta de intención firmada con las Universidades Nacionales de Rosario y Córdoba para el reconocimiento entre las mismas de las certificaciones de Bachiller.
La subcomisión dirigida por María Catalina Nosiglia llegó a la conclusión de que el ingreso a las universidades tenderá a desacelerarse con respecto a los últimos 20 años. El motivo es que "el egreso de estudiantes de la escuela media está llegando a un techo". Según el estudio, para el 2005 se prevé que habrá 370.000 nuevos inscriptos.
Sobre el diagnóstico presentado en el Ministerio de Educación, el diario La Nación destaca los siguientes datos:
- Casi dos tercios del 1.700.000 estudiantes de nivel superior cursan carreras sociales y humanas.
- Ocho de cada diez alumnos estudian en universidades e institutos terciarios estatales.
- El 82% de los graduados en educación superior trabaja en el área de servicios.
- Las universidades nacionales concentran más el 60% de los investigadores del país.
- El plantel docente de las universidades nacionales está conformado por 124.364 cargos. El 53,2% de los docentes son varones, y sólo el 14% tiene dedicación exclusiva.
Por su parte, Página 12 agrega que:
- El 60 por ciento de los alumnos a punto de egresar de la escuela media piensa en pasar a la universidad al año siguiente; el 21 por ciento a un terciario; el 8 no sabe qué hará; y un 3 planea sólo trabajar.
- Existe “una asociación significativa entre la intencionalidad de continuar estudios de nivel superior y el nivel educativo de los padres” de los alumnos. El 86 por ciento de quienes tienen padres que pasaron por el nivel superior expresa la expectativa de hacer lo mismo. El porcentaje baja al 74 entre hijos de padres con secundario completo, al 56 entre los de padres que no completaron ese nivel y al 44 entre los de los que no concluyeron la primaria.
- El 25,8 por ciento de los estudiantes de universidades tiene un padre con diploma universitario; el 30,8 con título secundario; y el 19,3 con primaria completa. Entre los alumnos de institutos superiores no universitarios, el 33,3 tiene un padre con escuela primaria completa; el 32,7 con secundaria completa, y sólo un 8,6 con carrera universitaria.
- Hay una fuerte segmentación regional en las expectativas de los estudiantes del nivel medio por encarar estudios universitarios. El ranking lo encabeza la ciudad de Buenos Aires (con un 71,6 por ciento). La siguen Cuyo, con 67, la región pampeana (64,1) y la patagónica (63).
- Sobre la base de una elaboración propia de datos de la Encuesta Permanente de Hogares (1998), el informe afirma que tiene trabajo el 56,8 por ciento de los estudiantes terciarios y el 50,3 de universidades. Respectivamente, están desocupados el 12,9 por ciento y el 9,8, e inactivos el 30,3 y el 39,9.
- La carrera de los alumnos universitarios es financiada con aporte familiar (62,7 por ciento de los casos), con trabajo personal (22,8), con una combinación de ambas (12,4), con aporte familiar y una beca (0,9), con trabajo personal y una beca (0,4), y sólo con una beca (0,5).
Según consigna el diario La Nación en su edición del jueves 23 de mayo se trata de un informe que describe “un sistema desarticulado, heterogéneo en calidad y concentrado geográficamente, que creció sin planificación, con déficit de calidad en la formación que ofrece, y que permite el acceso de los jóvenes, pero pierde al 50% de los ingresantes en el primer año de las carreras”.
Notables
La comisión de 30 expertos que tuvo a su cargo la realización del diagnóstico trabajó en cuatro subcomisiones que trataron distintos temas: Tendencias del conocimiento, coordinada por Mario Albornoz; Demanda social de la educación superior, conducida por María Catalina Nosiglia; Diversificación institucional y estructura del sistema de Educación Superior, a cargo de Carlos Pérez Rasetti, y Organización institucional del sistema de Educación Superior, dirigida por Adolfo Stubrin. En estos grupos de trabajo también participaron Aldo Ferrer, Marcela Mollis, Alicia Camilloni, Mario Mena, Juan Carlos Del Bello, representantes del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), del Consejo de Rectores de Universidades Privadas (CRUP), de la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (CONEAU), y de la Comisión Asesora de Educación Superior, entre otros organismos.Aumento de la matrícula
Asimismo, en las crónicas y notas de opinión sobre el tema, La Nación afirma que “aunque la cantidad de alumnos aumentó de manera exponencial en los últimos veinte años (226,3% en las universidades), las proyecciones indican que el sistema está cerca de la saturación, y que se puede esperar "una desaceleración" de la matrícula en el futuro inmediato”.“Fortalecer los conocimientos básicos, rever el sistema hiperdesarrollado de posgrados, aumentar las escasas dedicaciones exclusivas de los docentes (hoy llegan al 14%) y distribuir fondos específicos según planes de reforma que elaboren las universidades son otras de las propuestas – afirma el matutino. Lejos de la época en que garantizaba la movilidad social, la desigualdad se prolonga en la Universidad. Según un estudio incluido en el informe, es unánime la opinión de que los jóvenes de menos recursos tendrán cada vez menos acceso a los estudios superiores”.
Ciclo común
Entre sus propuestas principales, el informe presentado recomienda la creación de un Ciclo General de Conocimientos Básicos. Se trata de un tramo inicial de formación básica de dos años de duración – con distintas orientaciones –, que sería común para todos en universidades e institutos y escuelas superiores no universitarios y que habilitaría el acceso al segundo ciclo de una carrera para recibir el título de grado.Según declaraciones realizadas por los especialistas en la conferencia de prensa brindada en el Palacio Sarmiento, el proyecto – que cuenta con el respaldo del secretario de Políticas Universitarias, Dr. Juan Carlos Pugliese, y de la ministra de Educación, Dra. Graciela Giannettasio – pretende "resolver la falta de integración del sistema de educación superior", suavizar el impacto que tiene para la mayoría de los jóvenes pasar del nivel medio al superior y facilitar la movilidad entre universidades. Además, favorecería a los habitantes del interior, que podrían estudiar este ciclo en su ciudad de origen, para luego proseguir con los otros dos o tres años de la carrera en la Universidad.
Un 50 por ciento de la deserción estudiantil superior se produce en los dos primeros años de estudios superiores, y es por ello que una de las propuestas centrales es la creación de un ciclo común que permita mejorar la calidad de la educación superior, fundamentalmente en estos primeros años que es donde más deserción y fracaso educativo hay y donde se cursan las materias básicas, que son imprescindibles para tener una buena formación en el ciclo superior.
Precisamente, estos fueron algunos de los fundamentos que impulsaron la creación en la UNL del Bachiller o Diplomado Universitario en abril de 2001, con el objetivo de “facilitar el reconocimiento de un recorrido curricular en familias de carreras y dar al alumno que, por determinadas circunstancias, se vea obligado a abandonar sus estudios, la posibilidad de completarlos en la misma o en otra unidad académica afín”. Esta certificación – puesta en marcha en la mayoría de las facultades – también posibilita la movilidad de estudiantes entre distintas universidades y el acceso a una mayor y más diversificada oferta de formación profesional, y se enmarca en las políticas de articulación con otras universidades públicas, plasmadas hasta ahora en un Acta de intención firmada con las Universidades Nacionales de Rosario y Córdoba para el reconocimiento entre las mismas de las certificaciones de Bachiller.
Algunos datos
Actualmente hay en la Argentina 91 universidades y 1754 institutos terciarios – de formación docente y técnicos – que otorgan 11.000 títulos diferentes y reúnen una población total de 1.700.000 alumnos, de los cuales, el 74,5% se aglutina en las universidades.La subcomisión dirigida por María Catalina Nosiglia llegó a la conclusión de que el ingreso a las universidades tenderá a desacelerarse con respecto a los últimos 20 años. El motivo es que "el egreso de estudiantes de la escuela media está llegando a un techo". Según el estudio, para el 2005 se prevé que habrá 370.000 nuevos inscriptos.
Sobre el diagnóstico presentado en el Ministerio de Educación, el diario La Nación destaca los siguientes datos:
- Casi dos tercios del 1.700.000 estudiantes de nivel superior cursan carreras sociales y humanas.
- Ocho de cada diez alumnos estudian en universidades e institutos terciarios estatales.
- El 82% de los graduados en educación superior trabaja en el área de servicios.
- Las universidades nacionales concentran más el 60% de los investigadores del país.
- El plantel docente de las universidades nacionales está conformado por 124.364 cargos. El 53,2% de los docentes son varones, y sólo el 14% tiene dedicación exclusiva.
Por su parte, Página 12 agrega que:
- El 60 por ciento de los alumnos a punto de egresar de la escuela media piensa en pasar a la universidad al año siguiente; el 21 por ciento a un terciario; el 8 no sabe qué hará; y un 3 planea sólo trabajar.
- Existe “una asociación significativa entre la intencionalidad de continuar estudios de nivel superior y el nivel educativo de los padres” de los alumnos. El 86 por ciento de quienes tienen padres que pasaron por el nivel superior expresa la expectativa de hacer lo mismo. El porcentaje baja al 74 entre hijos de padres con secundario completo, al 56 entre los de padres que no completaron ese nivel y al 44 entre los de los que no concluyeron la primaria.
- El 25,8 por ciento de los estudiantes de universidades tiene un padre con diploma universitario; el 30,8 con título secundario; y el 19,3 con primaria completa. Entre los alumnos de institutos superiores no universitarios, el 33,3 tiene un padre con escuela primaria completa; el 32,7 con secundaria completa, y sólo un 8,6 con carrera universitaria.
- Hay una fuerte segmentación regional en las expectativas de los estudiantes del nivel medio por encarar estudios universitarios. El ranking lo encabeza la ciudad de Buenos Aires (con un 71,6 por ciento). La siguen Cuyo, con 67, la región pampeana (64,1) y la patagónica (63).
- Sobre la base de una elaboración propia de datos de la Encuesta Permanente de Hogares (1998), el informe afirma que tiene trabajo el 56,8 por ciento de los estudiantes terciarios y el 50,3 de universidades. Respectivamente, están desocupados el 12,9 por ciento y el 9,8, e inactivos el 30,3 y el 39,9.
- La carrera de los alumnos universitarios es financiada con aporte familiar (62,7 por ciento de los casos), con trabajo personal (22,8), con una combinación de ambas (12,4), con aporte familiar y una beca (0,9), con trabajo personal y una beca (0,4), y sólo con una beca (0,5).