Estado de emergencia

Amazonas: la influencia humana en el sistema climático

Jueves 12 de septiembre de 2019 / Actualizado el viernes 20 de septiembre de 2019

En las últimas semanas, se han registrado decenas de miles de incendios en la selva amazónica. La directora del CEVARCAM FICH-UNL, Dra. Gabriela Müller, analiza las causas subyacentes, los impactos y las consecuencias del cambio climático.

La selva amazónica sufre de incendios durante todo el año. Sin embargo, aumentan en el invierno, que es el periodo seco, en agosto, septiembre, e incluso hasta el mes de octubre, a medida que algunos aprovechan la estación seca para “limpiar” la selva tropical. Lo cierto es que la pérdida de árboles en esa zona es preocupante debido al papel que desempeñan al actuar como sumidero de carbono.

En diálogo con Gabriela Müller, directora del Centro de Estudios de Variabilidad y Cambio Climático (CEVARCAM), de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas (FICH), de la Universidad Nacional del Litoral (UNL), menciona que el 2019 está en camino de ser el año con más incendios forestales en Brasil. “La proliferación de los incendios en Amazonas tienen su origen en la deforestación, debido a la falta de controles expresos en las políticas gubernamentales. Desde el año pasado hasta ahora, las quemas han aumentado alrededor de un 70 % coincidentes con la misma época del año anterior”.

El fuego en el Amazonas se usa como una técnica para limpiar la tierra, generalmente para la agricultura, ganadería, minería u otras formas de acaparamiento de tierras. “Las quemas no son solamente en Amazonas, sino en toda la cuenca del Gran Chaco -comprendida entre los llanos orientales de Bolivia, la región occidental de Paraguay y la parte central de la región chaqueña argentina- que ha sufrido en las últimas décadas una deforestación aún mayor que en Amazonas”, explica Müller.

En este sentido, los humanos son la principal causa de incendios en el Amazonas, aunque a veces ocurren incendios forestales que son naturales. La influencia humana en el sistema climático es clara, cuanto más afectamos el clima los impactos serán más severos, extensos e irreversibles”, advierte la especialista y continúa: “Tener menos bosque significa que hay más gases de efecto invernadero que permanecen en la atmósfera, lo que el cambio climático que ya es crítico para el planeta”.

Una usina de vapor de agua 
El Amazonas es popularmente conocido como el pulmón del mundo, es el bosque tropical más grande del planeta que libera oxígeno hacia la atmósfera y absorbe dióxido de carbono de la atmósfera, uno de los principales gases de efecto invernadero. “No es la única responsable de absorber el dióxido de carbono porque el océano también lo hace, pero la selva es muchísimo más dinámica mientras que el océano tiene una inercia muy grande. La selva amazónica absorbe más de 100 billones de toneladas métricas de carbono por año.”, expone la especialista.

Además, explica la directora del CEVARCAM, “esa selva provee de humedad a gran parte de Sudamérica, esa humedad es el ´combustible´ de las lluvias y es fundamental para nuestra región. Por ejemplo una copa de un árbol de 10 metros de diámetros evapotranspira 300 litros de vapor por día; y una copa de 20 metros de diámetros genera 1000 litros por día”. Por otra parte, “preservar los bosques jóvenes como así también los más adultos, es vital para para garantizar la absorción de carbono, la liberación de oxígeno y la provisión de humedad para las regiones que ocupan los países de la cuenca del Plata, como Paraguay, sur de Brasil, Uruguay y el centro este de Argentina” , agrega la especialista. 

Los efectos del calentamiento global en nuestro Litoral
“Son cada vez más evidentes en el Cono sur de nuestro continente, ya que muestran modificaciones en los patrones de lluvias y temperaturas con un importante aumento en la magnitud y la frecuencia de ocurrencia de eventos hidrometeorológicos extremos, como lluvias y sequías intensas”, expresa un informe del CEVARCAM.

“Los estudios por nosotros realizados muestran que las lluvias se han estado incrementado desde principios de la década de 1970 hasta el presente, particularmente en la región centro y sur de la provincia de Santa Fe. En la región del Litoral argentino, desde hace varias décadas se está registrando un cambio hacia condiciones más cálidas y más húmedas que son una clara evidencia del cambio climático regional”. 

La experta señala que para que esto no continúe propagándose, en la manera en la que está ocurriendo, hay que tomar acciones urgentes. “Como individuos tenemos que ser consciente del uso de recursos naturales y tratar de incorporar hábitos de consumos más sostenibles, en nuestra alimentación y movilidad. Como sociedad debemos manifestarnos haciendo pública esta preocupación y exigir a nuestros gobernantes que cumplan con los compromisos asumidos por las naciones”. 

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