Comunidad universitaria

La Asamblea Universitaria aprobó la Memoria 2002

Lunes 28 de abril de 2003

Sesionó el jueves pasado en el Paraninfo. Barletta destacó los buenos resultados logrados pese a la crisis económica e institucional del país. "Hemos denunciado y demandado al Estado para que cumpla sus obligaciones, y seguimos empecinados en construir una uni

El pasado jueves 26 de abril por la tarde sesionó la Asamblea Universitaria de la Universidad Nacional del Litoral, órgano máximo de gobierno de la institución, integrado por los representantes electos por cada uno de los claustros (profesores, estudiantes, no docentes y graduados). Con 137 miembros presentes, se aprobó la Memoria 2002 por 120 votos a favor. Cabe recordar que la Asamblea está formada por 193 miembros, esto es todos los consejeros directivos de las nueve Facultades y los miembros del Consejo Superior.
A partir de las 18:30 comenzó el debate en el Paraninfo acerca de las políticas y acciones implementadas durante 2002 por la UNL. Al respecto, el Rector Mario Barletta –acompañado por todos los decanos– realizó una breve referencia a los principios que articularon el accionar de la UNL, en el marco del Plan de Desarrollo Institucional, destacando el “crítico y casi trágico contexto económico, político, social e institucional” que impactó notablemente en la universidad durante el año pasado.
En ese sentido, el rector destacó la doble estrategia formulada: “Por un lado, la denuncia, la crítica, la demanda a través de manifestaciones y acciones claras de los cuerpos colegiados y la comunidad toda. Pero por otro, somos conscientes de que con la mera resistencia no alcanza, de que hay que abandonar los perimidos posicionamientos defensivos y las actitudes acríticas del estado de cosas vigentes y por eso, redoblamos la apuesta y seguimos empecinados en construir una universidad distinta, completa, relevante”. Según el rector, “mientras el contexto se hacía más difícil, frente a un Estado ausente, el no envío del presupuesto, la aguda crisis social, debíamos promover más y mejor educación, más atención a los problemas sociales, más desarrollo científico y tecnológico”.
Al respecto, enumeró algunos ejes claves del desarrollo de la Universidad, en cuanto a educar con calidad y excelencia a un número mayor de ciudadanos, procurando generar igualdad de oportunidades de acceso al conocimiento, reforzar la función de la universidad en tanto conciencia crítica y centro nervioso del pensamiento y profundizar el desarrollo científico y tecnológico imprescindible para el crecimiento autónomo de la región. “En todo ello, la gestión de la universidad es clave, desde una modernización constante que articule la eficiencia, la transparencia y la solidaridad con la creatividad y el esfuerzo de toda la comunidad universitaria”, subrayó el rector destacando la optimización de recursos y la articulación de proyectos en un contexto de presupuesto escaso. “En 2002, sin presupuesto para gastos de funcionamiento, hemos logrado mantener abierta nuestra Universidad. Hemos pagado el sueldo el quinto día hábil de cada mes, las becas para docentes y no docentes, y en forma parcial hemos otorgado las becas de posgrado, de ayuda económica, las cientibecas y los subsidios para proyectos de investigación y extensión”, explicó el rector y enfatizó que en esto fueron relevantes “los recursos extrapresupuestarios a través de los servicios a terceros y los aportes solidarios a las cooperadoras que se generaron en cada unidad académica y que no sólo permitieron comprar equipamiento y bibliografía sino hacer realidad algunas obras y ampliaciones de laboratorios, o proyectos como el de ciudad universitaria”.
Durante la asamblea, un grupo de consejeros planteó la posibilidad de incorporar ampliaciones a la memoria haciendo referencia a la crítica situación presupuestaria que impidió el logro de aumentos salariales y se cuestionó el pago de algunas carreras a término, pero no fue aprobada su inclusión.

Para el 2003

Al finalizar la sesión, el rector destacó que el año 2003 aparece “tan complicado como el 2002 y a su vez tan incierto a partir de las próximas elecciones presidenciales” y convocó a toda la comunidad universitaria a “continuar forjando la institución que soñamos”. Citando a Sarmiento, concluyó: “En esta Universidad no se renuncia a un porvenir tan inmenso, a una misión tan elevada, por enormes que fuesen las contradicciones y las dificultades. Las dificultades se vencen, las contradicciones se acaban, a fuerza de contradecirlas”.

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