Ciencia y Técnica UNL
Proponen tratamiento para parasitosis en áreas de alta endemicidad
Lunes 27 de septiembre de 2004
Investigadores de la UNL y del Hospital Iturraspe comprobaron que puede controlarse con tratamientos masivos y reiterados. Los especialistas verificaron "una importante disminución de la prevalencia y las cargas parasitarias". El tratamiento masivo sería una b
Las parasitosis causadas por geohelmintos pueden controlarse con tratamientos masivos y reiterados, según demostraron investigadores de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) y del Hospital Iturraspe de Santa Fe, quienes realizaron un estudio en áreas de alta endemicidad de la ciudad de Santa Fe.
Tras administrar un tratamiento durante 24 meses a chicos de entre 2 y 13 años, comprobaron "una importante disminución de la prevalencia y las cargas parasitarias", según afirmó la Dra. María Cristina Lurá, una de las autoras del estudio, en el que participaron también la Msc Elena Carrera (ambas investigadoras de la Universidad Nacional del Litoral) y el Dr. Daniel Beltramino (Hospital Iturraspe).
Actualmente, no existen vacunas con las que se puedan prevenir estas enfermedades, pese a que son reconocidas como un severo problema para la salud pública. Sin embargo, "el tratamiento masivo sería una buena estrategia para disminuir drásticamente los porcentajes de geohelmintiosis en el país", indicó Lurá.
Las geohelmintiosis, parasitosis producidas por los denominados "gusanos", pueden ser controladas con tratamientos sencillos y mucho más eficaces y económicos que los utilizados en la actualidad para curar estas enfermedades, que afectan a un elevado porcentaje de niños y adolescentes, especialmente aquellos expuestos a malas condiciones de higiene y saneamiento.
Al disminuir la polución del medio, se disminuye la posibilidad de reiteradas reinfestaciones.
Los investigadores trabajaron con una población de 909 chicos de barrios carenciados de la ciudad de Santa Fe (Barrios Las Lomas y El Abasto), de edades comprendidas entre los 2 y 13 años. En Las Lomas se aplicó el tratamiento selectivo a los casos con diagnóstico parasitológico positivo; y en El Abasto, tratamiento masivo a todos los niños, cada seis meses, en forma ininterrumpida, y por dos años.
El tratamiento empleado --que involucra drogas corrientes, como el mebendazol o albendazol-- ha sido recomendado desde hace varios años por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para comunidades con alta prevalencia de geohelmintiosis o porcentajes elevados de cargas parasitarias severas. Finalmente, la experiencia también abarcó campañas de educación, fundamentales para saber cómo puede evitarse el contagio.
El trabajo fue difundido por la revista especializada de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en el 2003, y analizado detenidamente por funcionarios provinciales y nacionales vinculados con la salud, quienes se mostraron interesados en evaluar si el método propuesto podía servir para aplicarse en forma masiva en todo el país.
Sucede que las geohelmintiosis son enfermedades tristemente ligadas a la pobreza: atacan fundamentalmente a niños y adolescentes que viven en condiciones marginales, sobre todo si no cuentan con agua potable en cantidad y calidad adecuada, carecen de sistema de cloacas y no tienen hábitos adecuados de higiene.
Si bien los parásitos pueden infestar a seres humanos de todas las edades, eligen principalmente a los niños en etapa preescolar y escolar, perjudicando su crecimiento, nutrición y rendimiento físico e intelectual. Son cuatro las especies de geohelmintos que tienen mayor distribución en el mundo: Ascaris lumbricoides, Trichuris trichiura, Necator americanus y Ancylostoma duodenale. Strongyloides stercoralis también integra este grupo, si bien su distribución es menos frecuente. La mayoría de ellos se transmiten siguiendo la vía fecal-oral y algunos ingresan al organismo a través de la piel.
Equipo de investigación: Dra. María Cristina Lurá, MSc Elena Carrera, Dr. Daniel Beltramino; O. Alvarez, B. Bot, L. Contini, N. Ghirimoldi, M. C. Giugni, A. M. González, M. G. Latorre, A. Nepote, M. Rico y A. Spagna.
Tras administrar un tratamiento durante 24 meses a chicos de entre 2 y 13 años, comprobaron "una importante disminución de la prevalencia y las cargas parasitarias", según afirmó la Dra. María Cristina Lurá, una de las autoras del estudio, en el que participaron también la Msc Elena Carrera (ambas investigadoras de la Universidad Nacional del Litoral) y el Dr. Daniel Beltramino (Hospital Iturraspe).
Actualmente, no existen vacunas con las que se puedan prevenir estas enfermedades, pese a que son reconocidas como un severo problema para la salud pública. Sin embargo, "el tratamiento masivo sería una buena estrategia para disminuir drásticamente los porcentajes de geohelmintiosis en el país", indicó Lurá.
Las geohelmintiosis, parasitosis producidas por los denominados "gusanos", pueden ser controladas con tratamientos sencillos y mucho más eficaces y económicos que los utilizados en la actualidad para curar estas enfermedades, que afectan a un elevado porcentaje de niños y adolescentes, especialmente aquellos expuestos a malas condiciones de higiene y saneamiento.
Detalles del trabajo
Tradicionalmente en nuestro país se ha utilizado el tratamiento selectivo, dirigido a cada paciente enfermo, sin tomar en cuenta qué prevalencia de geohelmintos tiene la comunidad de la que éste proviene y las posibilidades de reinfestación. La nueva estrategia propone un punto de vista diferente: el tratamiento masivo y reiterado de las comunidades hiperendémicas busca disminuir la contaminación del ambiente con materias fecales humanas infestadas con huevos de geohelmintos.Al disminuir la polución del medio, se disminuye la posibilidad de reiteradas reinfestaciones.
Los investigadores trabajaron con una población de 909 chicos de barrios carenciados de la ciudad de Santa Fe (Barrios Las Lomas y El Abasto), de edades comprendidas entre los 2 y 13 años. En Las Lomas se aplicó el tratamiento selectivo a los casos con diagnóstico parasitológico positivo; y en El Abasto, tratamiento masivo a todos los niños, cada seis meses, en forma ininterrumpida, y por dos años.
El tratamiento empleado --que involucra drogas corrientes, como el mebendazol o albendazol-- ha sido recomendado desde hace varios años por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para comunidades con alta prevalencia de geohelmintiosis o porcentajes elevados de cargas parasitarias severas. Finalmente, la experiencia también abarcó campañas de educación, fundamentales para saber cómo puede evitarse el contagio.
El trabajo fue difundido por la revista especializada de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en el 2003, y analizado detenidamente por funcionarios provinciales y nacionales vinculados con la salud, quienes se mostraron interesados en evaluar si el método propuesto podía servir para aplicarse en forma masiva en todo el país.
La enfermedad
Datos de la OMS indican que en América Latina la prevalencia promedio para helmintiosis oscilan entre 20 y 30% considerando la población general, pero las cifras pueden aumentar en zonas de alta endemicidad. En este sentido, un estudio realizado en escolares de áreas marginales de la ciudad de Santa Fe, en donde habitaban personas con necesidades básicas insatisfechas, se detectó una prevalencia de geohelmintos del 87,9%.Sucede que las geohelmintiosis son enfermedades tristemente ligadas a la pobreza: atacan fundamentalmente a niños y adolescentes que viven en condiciones marginales, sobre todo si no cuentan con agua potable en cantidad y calidad adecuada, carecen de sistema de cloacas y no tienen hábitos adecuados de higiene.
Si bien los parásitos pueden infestar a seres humanos de todas las edades, eligen principalmente a los niños en etapa preescolar y escolar, perjudicando su crecimiento, nutrición y rendimiento físico e intelectual. Son cuatro las especies de geohelmintos que tienen mayor distribución en el mundo: Ascaris lumbricoides, Trichuris trichiura, Necator americanus y Ancylostoma duodenale. Strongyloides stercoralis también integra este grupo, si bien su distribución es menos frecuente. La mayoría de ellos se transmiten siguiendo la vía fecal-oral y algunos ingresan al organismo a través de la piel.
Equipo de investigación: Dra. María Cristina Lurá, MSc Elena Carrera, Dr. Daniel Beltramino; O. Alvarez, B. Bot, L. Contini, N. Ghirimoldi, M. C. Giugni, A. M. González, M. G. Latorre, A. Nepote, M. Rico y A. Spagna.