Ciencia y Técnica

"Un laboratorio nunca piensa en el negocio"

Lunes 11 de julio de 2005

La investigadora santafesina que desarrolló un biosensor para detectar ADN junto a su grupo, en la Universidad de Barcelona, estuvo de paso por la UNL.

María Isabel Pividori es una de las tantas investigadoras argentinas que decidió perfeccionarse en el exterior. Viajó a España en 1997, se doctoró en Química, tuvo un hijo, y actualmente continúa sus estudios posdoctorales en la Universidad Autónoma de Barcelona, donde realizó el trabajo que la llevó a ser Á‚"“por unos días- la científica más famosa.

Junto con su grupo, logró desarrollar un sensor en miniatura capaz de realizar con rapidez pruebas de ADN, lo que Á‚"“en el futuro- servirá para numerosas aplicaciones.

"Comencé con el desarrollo del tema a partir de mi tesis. El grupo en el que trabajaba se iniciaba en el trabajo con sensores para aplicaciones de parámetros medio ambientales en ríos. Después empezamos a hacer investigación más básica, como los biosensores enzimáticos, inmunosensores y biosensores de ADN", dijo Pividori, que estuvo en Santa Fe dictando un curso de posgrado en la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas (FCBC) de la Universidad Nacional del Litoral, de donde egresó como bioquímica y comenzó a formar sus primeras armas como investigadora.

Aunque vive en la disyuntiva de "quedarse o volver" a su Patria, disfruta de este período de singular éxito en su profesión y está orgullosa del desarrollo obtenido por su grupo, fundamentalmente porque se trató de un trabajo "novedoso".

"Hay laboratorios que están trabajando en el mismo tema, pero son muy pocos (algunos en Estados Unidos y otros en Europa). Nosotros empezamos en colaboración con un grupo de genética y microbiología y fueron surgiendo las ideas para las determinaciones discretas de bacterias. La aplicación que logramos es básicamente para Salmonella".

Á‚"”Sin embargo, el biosensor se relacionó rápidamente con el ADN y las pruebas de paternidad. Á‚¿Fue creado para eso?
Á‚"”En un futuro, puede ser. Pero está pensado básicamente como un instrumento portátil y robusto para salir de los hospitales y determinar resultados más inmediatos (puede detectar en minutos lo que otros métodos determinan en días). Para indicar paternidad hay que chequear varias cosas simultáneamente, y no eso no es posible en el nivel de desarrollo que ahora tenemos. Para eso se necesitaría una determinación multiparamétrica, y en este caso estamos hablando de determinar cuatro o cinco secuencias simultáneamente. Nuestro desarrollo sirve para determinar bacterias patógenas en un alimento, por ejemplo; para eso sería muy útil.

Á‚"”Á‚¿Cómo funciona el biosensor?
Á‚"”Primero hay que "partir" el genoma y buscar la secuencia específica de un patógeno (virus, bacteria). Para eso hay que tener un gen secuenciado y conocerlo; si no, no se sabe por dónde empezar. Una vez que se encuentra una secuencia que sea específica de esa bacteria o microorganismo concreto, se la hace reaccionar con otra secuencia complementaria. Eso da una señal de tipo eléctrica, que se registra con un equipo y que es visible para el usuario del aparato.

Á‚"”Es decir que cada biosensor sirve para un determinado tipo de bacteria, por ejemplo.
Á‚"”Exclusivamente, sí. Ahora estamos trabajando en desarrollar materiales compatibles con varias secuencias simultáneamente.

Á‚"”Cuando aparecen este tipo de desarrollos científicos la imaginación de la gente se dispara... y se llega a pensar que estos biosensores van a poder determinar quién es el padre de tu hijo después de comprar el "aparatito" en la farmacia...
Á‚"”Bueno... el sensor de glucosa es similar y se compra en la farmacia; es el mismo tipo de instrumento. Pero ahora no estamos en esa etapa de desarrollo, para nada. Primero que nuestro biosensor no está pensado para paternidad, porque no es multiparamétrico. Los chips de ADN miden muchas secuencias simultáneamente, y están pensados para esa problemática. Cada uno de los desarrollos está concebido para cubrir un área específica. Y segundo tenemos que justificar la posible inversión de una empresa hacia el producto. Si existe el interés y recursos disponibles, el desarrollo puede lograrse en un par de años.

Á‚"”A partir de la difusión que tuvo su experiencia. Á‚¿Tuvieron acercamiento con la industria?
Á‚"”Estamos en eso: buscando industrias que estén interesadas en el desarrollo. Allá se da una situación muy parecida a la de Argentina: España es comprador de tecnología (los productores siguen siendo Estados Unidos o Alemania), y casi no existen empresas que compren un desarrollo y apuesten al proyecto. Lo que nos dieron los medios de comunicación fue la oportunidad para que al menos se interesen en lo que hacemos.

Á‚"”Á‚¿Qué se necesita para que este traspaso se concrete?
Á‚"”Nosotros tenemos una especie de prototipo: se necesita el desarrollo final, que involucra a ingenieros, expertos en genética para secuenciar otras especies... Las empresas tienen una visión comercial de la que los laboratorios académicos carecen: para desarrollar un producto es necesario que tenga demanda, para justificar la inversión. Es lo que un laboratorio nunca piensa.

Agenda