10 de noviembre

Una Ciencia que procure sociedades más sostenibles

Jueves 10 de noviembre de 2022 / Actualizado el jueves 10 de noviembre de 2022

El Día Mundial de la Ciencia para la Paz y el Desarrollo procura una ciencia más colaborativa y en donde los avances científicos, creen sociedades más sostenibles, al tiempo que favorece la comprensión ciudadana sobre la fragilidad del planeta.

El 10 de noviembre se conmemora el Día Mundial de la Ciencia para la Paz y el Desarrollo Sostenible. En 2001, la conferencia general de la UNESCO, Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, estableció este día con el fin de destacar la importancia de la ciencia y su vínculo con la sociedad; y, asimismo, fortalecer el compromiso de los países con el uso responsable de la ciencia en beneficio de la calidad de vida.

Es en este sentido, que el Día Mundial de la Ciencia para la Paz y el Desarrollo nos invita a reflexionar sobre el uso responsable de la ciencia en beneficio de la calidad de vida y, al mismo tiempo, sobre la fragilidad del planeta en que vivimos. Por ello, se entrevistó a Vanesa Arzamendia, docente de la Facultad de Humanidades y Ciencias (FHUC) de la UNL e investigadora del Instituto Nacional de Limnología (INALI-UNL-Conicet), a María Valeria Berros, docente de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales (FCJS) e investigadora del Conicet en el Centro de Investigaciones de la mencionada unidad académica y a Zuleica Marchetti, docente-investigadora de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas (FICH) de la UNL e investigadora del Conicet.

La fragilidad del planeta

“Nuestro planeta es un ecosistema único, integrado, desde el punto de vista biológico por una gran trama donde las relaciones entre especies y con el ambiente son extremadamente estrechas y permanecen en un equilibrio dinámico, fácil de alterar mediante distintos impactos”, expresó Vanesa Arzamendia, docente de la Facultad de Humanidades y Ciencias (FHUC) y Valeria Berros, docente de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales (FCJS) añadió: “Pero también el planeta es un conjunto de sistemas económicos, políticos y socio-culturales de orden fragmentado, fraccionados mediante la creación de fronteras imaginarias en distintos territorios lo que conduce a la aplicación de diferentes legislaciones, al diseño de instituciones y a la diagramación de políticas públicas, aunque los ecosistemas no conozcan límites”.

“Los procesos ambientales siempre tendrán un carácter global, una cadena de causas y consecuencias infinitas en estrecha relación con los asuntos humanos. La historia del deterioro ambiental se ve agravada por una sociedad en crecimiento exponencial, con crecientes patrones de consumo y explotación de los recursos naturales llevando a una fragilidad extrema el ambiente con consecuencias principalmente para los grupos más vulnerables”, reflexionó Arzamendia.

“Particularmente hay una necesidad de proteger los humedales porque son el techo y las paredes en la que vivimos, sólo que la sociedad aún no lo percibe como tal. Si drenamos los humedales, quemamos sus bosques y pastizales, por ejemplo, la dinámica de todo el ambiente va a cambiar y todos, incluidos nosotros sentiremos los cambios”, sostuvo Zuleica Marchetti, docente-investigadora de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas (FICH) e investigadora del Conicet y agregó: “sucede que en muchas ocasiones usamos y abusamos en forma reiterada y excesiva de algunos recursos y es ahí donde se atenta contra la integridad ecológica de los sistemas naturales”.

Aportes desde la Ciencia

“La ciencia es la herramienta que el ser humano ha creado tanto para comprender el mundo que le rodea como para aplicar esos conocimientos en su beneficio. Los avances científicos nos permiten, por un lado, hallar soluciones a los nuevos desafíos económicos, sociales y ambientales con los que construir un futuro sostenible. Pero, a su vez, también las ciencias y tecnologías han generado nuevos riesgos que son centrales para pensar las sociedades contemporáneas”, afirmó Berros y ejemplifica “en ese sentido, se pronuncia Ulrich Beck, el sociológico alemán que en 1986 publicó una obra señera en este sentido denominada “La sociedad del riesgo. Hacia una nueva modernidad” para pensar la transformación entre las sociedades industriales y las sociedades actuales a las que denomina sociedad del riesgo caracterizada por la proliferación de riesgos manufacturados”.

“Los científicos y científicas podemos ampliar nuestra comprensión del planeta y contribuir a hallar soluciones para que nuestras sociedades sean más sostenibles. A su vez, nos podemos brindar alertas muy importantes sobre escenarios futuros muy preocupantes que dependen de nuestro estilo de vida”, enfatizó Arzamendia. 

“La ciencia puede hacer miles de aportes, pero por sí sola, no va a cambiar la realidad en que vivimos. Somos nosotros, los habitantes del planeta y es nuestra decisión de revertir la tendencia con la que venimos relacionándonos con el medio ambiente, la mejor herramienta para lograr los cambios que necesitamos”, manifestó Marchetti.

¿Qué es un humedal?

“Un humedal es un tipo muy particular de ecosistema, que no es ni terrestre ni acuático. Tiene propiedades que lo hacen diferente. Básicamente lo que define su estructura y su funcionamiento es la dependencia que tienen del régimen hidrológico, el agua. Eso los hace únicos y particulares, y se los reconoce como ecosistemas críticos para la sociedad”, explicó Arzamendia. 

A lo que Valeria Berros añadió: “Existe una convención internacional que protege este tipo de ecosistemas desde 1971. Se trata de la Convención Relativa a los humedales de Importancia Internacional, especialmente como Hábitat de Aves Acuáticas que contiene una definición jurídica del humedal en los siguientes términos: “A los efectos de la presente Convención son humedales las extensiones de marismas, pantanos y turberas, o superficies cubiertas de aguas, sean éstas de régimen natural o artificial, permanentes o temporales, estancadas o corrientes, dulces, salobres o saladas, incluidas las extensiones de agua marina cuya profundidad en marea baja no exceda de seis metros”.

Según Vanesa Arzamendia, “los humedales se encuentran entre los ecosistemas que más servicios ofrecen a la sociedad. Algunos servicios son realmente importantes como la purificación del agua, la amortización de las inundaciones y el secuestro de carbono. Son los ecosistemas que más carbono secuestran en el planeta. Se ha calculado que los humedales aportan el 40 % de todos los bienes y servicios que ofrecen todos los ecosistemas del planeta, pero, lamentablemente, no son percibidos de esta manera. Por el contrario, se los ha asociado a lugares improductivos desde el punto de vista de la agricultura, por ejemplo, o se los ha considerado como lugares donde se crían plagas, como los mosquitos. Cuando se transforma un humedal se modifica el régimen hidrológico, y esos bienes y servicios que antes podía brindar, se pierden”, prosiguió Arzaqmendia.

¿Alcanza con una ley para su protección?

Ante la pregunta: ¿Por qué es necesario protegerlos? Valeria Berros, docente-investigadora de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales (FCJS) indicó que es “imprescindible un ordenamiento ambiental territorial que permita mantener el funcionamiento de los humedales”.

"El principal motivo radica en que “desde 1990 a la actualidad han ocurrido muchas transformaciones en los humedales, principalmente por el avance de la frontera agrícola, por la intensificación de la ganadería y por las urbanizaciones. Este proceso se agrava por los efectos del cambio climático y la mayor ocurrencia de eventos extremos; llueve mucho en poco tiempo y, como no están esos humedales, el agua termina en los cascos urbanos o en los barrios que no tienen los recursos para hacer defensas como sí tienen las urbanizaciones cerradas de alto poder adquisitivo”, reflexionó Arzamendia y prosiguió: “En caso contrario, como en los últimos años de sequía extrema se encuentran afectados por un proceso que se conoce como “pampeanización”, que implica su transformación en un ecosistema terrestre para diferentes usos como pastizales ganaderos y bosques implantados de álamos y sauces. Esto es muy grave porque los modifican drásticamente, perdiendo su integridad y la posibilidad de brindar bienes y servicios, sumado al alto impacto de las quemas descontroladas”.

“En ese sentido, desde 2013 se viene discutiendo en Argentina una ley de protección de humedales en el congreso nacional. Recientemente, y en particular durante la pandemia que más que nunca nos colocó ante las consecuencias generadas por arrasar con los ecosistemas de la manera en la que lo estamos haciendo, se presentó un conjunto de proyectos muy numeroso sobre el tema que luego fue reconducido a un proyecto consensuado entre los y las diferentes legisladores/as en el marco de la Comisión de Ambiente y Recursos Naturales de la Cámara de Diputados de la Nación. En la actualidad el proyecto se encuentra con dificultades de tratamiento debido a que no consigue los consensos necesarios para avanzar en las comisiones y que permite dar cuenta de la cantidad de presiones que subyacen y que han sido denunciadas públicamente por algunas organizaciones sociales y activistas”, comentó Berros.

 “Si bien una norma no modifica por sí misma la realidad, sino que se deben lograr consensos políticos y sociales, así como diseños institucionales adecuados para lograr la efectividad de la normativa, lo cierto es que constituye una herramienta valiosa no sólo de ordenamiento territorial y de protección de esos ecosistemas sino porque incorpora más herramientas para la defensa de los derechos que allí se plasman”, concluyó Berros.

El Dato: "Humedales para Mapear"

La muestra colectiva “Humedales para mapear” con la curaduría de la artista Cristi Aimaretti se inauguró, en las salas del Museo de Arte Contemporáneo perteneciente a la Secretaría de Ciencia, Arte y Tecnologí de la UNL, en el mes de otubre de 2022. Este proyecto lo gestaron la artista y docente Diana Campos y la artista visual Cristi Aimaretti, buscando visibilizar la problemática de los humedales a través de expresiones artísticas con la comunidad que habita cerca a ellos. Luego, se sumó el artista y gestor cultural Francisco Paredes junto con la plataforma Ambart (espacio digital para crear comunidad)  que propiciaron el lanzamiento de la convocatoria “Humedales para mapear 2021, prácticas territoriales”.
“Es un proyecto de arte y ambiente, que convoca a las diversas maneras en las que los/as artistas contamos nuestro territorio del agua”, destacó Aimaretti y  junto a Diana Campos “la idea es dejar de lado modelos instalados culturalmente, para construir desde prácticas contemporáneas, lo situado. En busca de visibilizar el mapa de las voces, los gestos, praxis de quienes ocupan-anidan-pueblan los humedales, dando a conocer, desde este proyecto, una red geo-cultural del arte que pone en valor la defensa del ambiente”.
Los proyectos se desarrollaron en distintos puntos del país y en diversos  tipos de humedal. En el MAC se mostró el resultado de las trayectorias de los proyectos en proceso. Son 35 proyectos de las provincias argentinas de Tierra del Fuego, Chubut, Mendoza, Misiones, Entre Ríos, Buenos Aires, Santa Fe y se suman Ecuador y Uruguay.
Investigaciones, laboratorios, archivos, talleres, obras, objetos, narraron estas maneras de ser tierra-agua - comunidad. “Es pensar lo local, en una escala que permita encontrarse con los detalles deseados, lo que se dice y lo que no. Así, poéticas indomables y mansas cartografías de narrativas propias marcan los estados de lo posible e inadmisible”.
Auspiciaron esta muestra Centro de Protección a la Naturaleza, Humedales en red y  Setúbal Kayak. Acompañan : Taller Flotante, La Costa no es Basural, La Paternal Recicla,  Fundación Eco Urbano, Fundación Inti Main Ushuaia, Casa Río Lab y Amb.Art Comunidad de ambiente y arte

 

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