III Congreso Nacional de Extensión en la UNL
Universidad, democracia e inclusión social
Lunes 18 de mayo de 2009
La formación de ciudadanía, la articulación y el compromiso con la sociedad fueron los conceptos resaltados en la apertura del encuentro. Estuvieron presentes autoridades nacionales, locales y universitarias. Carmen García Guadilla y Enrique Oteiza recibieron
En la mañana de este miércoles quedó inaugurado el III Congreso Nacional de Extensión Universitaria que se desarrollará, hasta el viernes, en la Universidad Nacional del Litoral. Ante un Paraninfo colmado de asistentes, autoridades de la casa de estudios, provinciales y municipales dieron la bienvenida a los participantes. Durante el acto, el rector Albor Cantard indicó que “este congreso nos encuentra en un momento histórico significativo, y ante fechas y aniversarios de gran trascendencia para la vida de nuestro país y de las universidades públicas”, en alusión a los 90 años de la Reforma Universitaria y del UNL, a los 25 años de la recuperación de la democracia y al próximo bicentenario de la república.
Previo a su discurso, expusieron el secretario de Extensión Gustavo Menéndez; el presidente del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), Darío Maiorana; el secretario de Políticas Universitarias, Alberto Dibbern; el intendente de Santa Fe, Mario Barletta; y la vicegobernadora Griselda Tessio.
Al cabo de sus respectivas palabras, la Dra. Carmen García Guadilla -de la Universidad de Venezuela y representante de UNESCO-IELSAC- recibió el título de Huésped de Honor de parte de la casa anfitriona. Tras lo cual, la académica disertó sobre “Fuerzas de cambio y agendas de transformación en la Universidad latinoamericana”, frente a los participantes del encuentro, provenientes de distintas universidades del país. En horas de la tarde, sucedió lo propio con el profesor Enrique Oteiza, una figura reconocida en el campo de la historia científica, intelectual y cultural argentina de la segunda mitad del siglo XX.
Compromiso democrático
“Si la educación y la ciencia fueron fundamentales en la configuración de las sociedades de principios del siglo pasado, nadie duda la centralidad que tienen en el presente”, continuó Cantard al tiempo que consideró relevante el “compromiso social de la universidad”. “Promueve en sus políticas institucionales la más amplia democratización del saber y de la cultura, en diálogo permanente con la sociedad, brindando desarrollo académico, científico y tecnológico e interactuando con diferentes actores sociales en el convencimiento de que ella misma se ve fortalecida al permitirse pensar y repensar sus propias políticas de crecimiento institucional”.
El rector también mencionó las tareas que, en tal sentido, lleva adelante la UNL a través de los múltiples programas, redes, centros, proyectos de capacitación y demás acciones vinculadas al “irrenunciable compromiso democrático”.
Menéndez planteó, en la apertura, la serie de interrogantes que conducen la propuesta del Congreso. “¿Quién construye la agenda de investigación? ¿Cómo participan los sectores sociales en la formación social de los nuevos desarrollos del conocimiento? ¿Quién dice que lo que es prioritario o lo que es relevante? ¿Cómo se integra la extensión con la docencia? ¿Se reconoce una dimensión pedagógica con la extensión universitaria? ¿Cómo se forma un ciudadano crítico y responsable socialmente? Son muchos los interrogantes pero lo más importante son las respuestas que van a estar planteadas en este congreso”, sintetizó al tiempo de mencionar que son más de 530 trabajos los trabajos que se presentarán hasta el viernes.
Nuevos paradigmas
El rector de la Universidad Nacional de Rosario y titular del CIN sostuvo, por su parte, apeló a “pensar en la construcción de nuevos paradigmas respecto de la extensión, pero quizás tendríamos que hablar de la actualización de paradigmas”, señaló Maiorana.
“La cuestión es cómo pensamos a la extensión como un requisito de egreso a las universidades, es decir cómo capitalizamos no sólo en la cuestión curricular, sino como uno de los principios que informan y conforman nuestra currícula”, manifestó y ponderó más tarde que “a principios del siglo XXI, es bueno que dediquemos tres días para pensar estas cuestiones”.
“Las universidades tenemos potencialidades enormes. Pero también contamos con una gran cantidad de alumnos que son ciudadanos en formación y a través de los cuáles podemos, en alianzas estratégicas con el Estado Nacional, con los estados provinciales o municipales y con organizaciones de la sociedad civil, generar cambios, generar mayor inclusión social y mayor democracia”.
En su alocución, Dibbern consideró que “la universidad debe actualizar su función social y convertirse en un actor institucional relevante, asumiendo los desafíos que impone la realidad exigente. Pero también replanteándose permanentemente qué funciones debe cumplir y cómo opera contribuir al desarrollo sostenible y concordarse con el proyecto de crecimiento de la nación”. “La universidad debe no sólo formar personas en función de una sociedad cada vez más compleja y más impregnada por la tecnología, sino también analizar e interpretar y dar cuenta de las tendencias y los desarrollos sociales”, enfatizó.
Inclusión y excelencia
Por su lado, la vicegobernadora citó al “Fausto” de Goethe, cuando éste “le hace decir a Mefistófeles: ‘abomina de la ciencia y la razón y te tendré por entero a merced mío’”. Tras esa idea, Tessio indicó que “los argentinos sabemos de las etapas en que nos hicieron abominar de la ciencia y la razón y arrasaron las universidades y arrasaron las ciencias”. Al hilo de un recorrido por la formación de la universidad, como “hija de la Modernidad”, “que se plasma con el desarrollo de la ciencia moderna”.
“Tuvimos que llegar al siglo XIX –añadió- y en la Argentina al XX, para que la investigación y desarrollo científico circulara por las universidades”. “La Ley 1420 de escuela pública, gratuita, igualitaria para todos” fue determinante para los “orígenes de una argentinidad que no existía hasta ese momento, porque éramos una amalgama de naciones y culturas”. Otro hecho referido fue la Ley de Sufragio Universal de 1912, y en tercer lugar la Reforma Universitaria de 1918 cuya célebre frase, “Que los dolores que nos quedan son la libertades que nos faltan” daba cuenta de la apertura del ingreso a todos.
“Está bien que los estados provinciales y el Estado nacional conformen en sus ministerios” áreas para el desarrollo social, “y que ese ministerio tiene que estar presente para una articulación permanente con la universidad en aras de una mejor calidad de vida para nuestros ciudadanos. De lo contrario va a ser un engranaje burocrático más” y seguirá “distanciando a los ciudadanos con los elencos políticos y con esa universidad de inclusión y de excelencia que queremos”, culminó la vicegobernadora.
A propósito, el intendente de la ciudad de Santa Fe apuntó que “veníamos señalando que extensión universitaria se podría traducir en una universidad comprometida, con una fuerte inserción social, una universidad inclusiva”.
“Si una universidad no encuentra las estrategias para ser una universidad inclusiva, está siendo cómplice de profundizar las desigualdades. De lo que estamos hablando cuando hablamos de desarrollo social, es de política. Y no estamos hablando tampoco de la extensión como una estrategia al margen del modelo de universidad que nuestro país necesita”, agregó Barletta.
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