Ciencia y Técnica
Demuestran que el agua salada puede "contaminar" los pozos subterráneos
Lunes 26 de julio de 2004
Investigadores de la FICH presentaron en un congreso en España un caso de intrusión de agua salada en pozos en áreas continentales. Es el único caso probado en zonas lejanas a las costas marítimas. El registo fue obtenido en un pozo de abastecimiento de agua p
Los pozos de abastecimiento de agua de origen subterráneo pueden "contaminarse" con agua salada, incluso si están situados lejos de las costas marítimas. Investigadores de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas (FICH) de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) demostraron que varios pozos de abastecimiento de la provincia de Santa Fe fueron "contaminados" por agua salada proveniente de arenas muy profundas, lo que provocó no sólo que quedaran inhabilitados para su uso, sino que generó también un grave riesgo para todo el sistema de aguas subterráneas dulces.
Si bien este fenómeno se verifica con asiduidad en pozos cercanos a áreas marítimas por desplazamiento lateral de agua salada, este trabajo demostró que también puede ocurrir en zonas continentales, por desplazamiento vertical sobre todo cuando los pozos son explotados intensivamente.
"La intrusión del agua de mar en acuíferos de áreas costeras es un hecho que se verifica en todo el mundo", indicó la Dra. Ofelia Tujchneider, docente e investigadora de la UNL y del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (Conicet). "Lo que presentamos en este trabajo es un ejemplo de lo que puede ocurrir dentro del continente, en este caso en la llanura Chaco Pampeana, lejos de las zonas costeras marítimas", manifestó la experta.
La intrusión de agua salada en pozos de agua dulce destinados al abastecimiento humano provoca que inmediatamente éstos deban ser clausurados, ya que se altera la calidad del líquido y se lo inhabilita para el consumo humano. Por eso, "el problema no termina en detectar la intrusión y cerrar el pozo; exige tomar una serie de medidas relativas a la explotación del acuífero y al control permanente de la calidad y la cantidad de agua que se extrae", agregó la investigadora, a fin de detectar cualquier anomalía.
El trabajo Á‚"“realizado por la Dra. Ofelia Tujchneider, Ing. Marcela Pérez, Ing. Marta Paris e Ing. Mónica DÁ‚'EliaÁ‚"“ fue presentado en el Congreso de Intrusión Salina en Aguas Subterráneas que se desarrolló en Cartagena, España.
"Debajo de las arenas Puelches que alojan al acuífero de agua dulce hay arenas de origen marino -explicó Tujchneider-. Además de tener un componente genético salino muy importante, por estas arenas circulan aguas subterráneas que constituyen el flujo regional en el sentido oeste-este, el cual se desplaza desde el pie de las Sierras Pampeanas hasta su nivel de descarga, en el valle río Paraná".
Estas arenas salinas no están separadas de las arenas del acuífero de agua dulce por ningún sedimento impermeable, por lo que pueden desplazarse en sentido vertical ascendente, sobre todo si los caudales de explotación de las perforaciones superan determinados valores.
"El equilibrio hidráulico que se establece naturalmente entre ambos susbsistemas puede romperse en casos de explotación intensiva de los pozos", indicó Tujchneider, algo que probablemente haya sido la causa más importante que dio lugar a la intrusión vertical ascendente del agua salada inferior hacia el nivel de agua dulce ubicado superiormente.
El equipo pudo determinar que los volúmenes de agua salada que ingresaron a las perforaciones tienen directa relación con un aumento en los caudales de explotación del acuífero subterráneo. Por eso, dice Tujchneider, "es necesario extremar los controles, tanto de la cantidad del agua extraída como de su calidad y, sobre todo, planificar la explotación sobre la base de un conocimiento profundo del comportamiento del sistema."
"Para evitar estos problemas es necesario trabajar intensamente en el monitoreo, es decir, controlar en tiempo real la cantidad y la calidad del agua que se extrae" del acuífero subterráneo, tarea que los investigadores de la FICH están realizando desde hace dos años en la zona central de la provincia.
Actualmente, numerosas localidades del interior de la provincia se abastecen exclusivamente del acuífero contenido en las arenas Puelches, por lo que el control exhaustivo de la calidad y la evolución de la cantidad es indispensable para detectar situaciones de riesgo que pueden alterar Á‚"“en este caso- su aptitud para el consumo y los consecuentes peligros para la salud humana.
"No se trata solamente del hecho que la actividad antrópica puede afectar al acuífero por la derivación al subsuelo de sustancias no deseadas: también la ruptura de las relaciones hidraúlicas entre los distintos subsistemas que componen un sistema acuífero afectan el equilibrio natural", indicó Tuchjneider.
Lejos de generar alarma, la investigadora indicó que "la explotación intensiva por encima de determinados valores de caudales es riesgosa: explotar un sistema de agua subterránea para abastecimiento es sumamente complejo, y es necesario realizarlo de un modo muy controlado para evitar afectaciones irreversibles", concluyó.
Gracias a esta experiencia, pionera en el país, pueden detectarse las variaciones de la relación cantidad - calidad del agua extraída, además de detectar situaciones anómalas y estimar el tiempo requerido para tomar decisiones preventivas y/o correctivas.
Si bien este fenómeno se verifica con asiduidad en pozos cercanos a áreas marítimas por desplazamiento lateral de agua salada, este trabajo demostró que también puede ocurrir en zonas continentales, por desplazamiento vertical sobre todo cuando los pozos son explotados intensivamente.
"La intrusión del agua de mar en acuíferos de áreas costeras es un hecho que se verifica en todo el mundo", indicó la Dra. Ofelia Tujchneider, docente e investigadora de la UNL y del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (Conicet). "Lo que presentamos en este trabajo es un ejemplo de lo que puede ocurrir dentro del continente, en este caso en la llanura Chaco Pampeana, lejos de las zonas costeras marítimas", manifestó la experta.
La intrusión de agua salada en pozos de agua dulce destinados al abastecimiento humano provoca que inmediatamente éstos deban ser clausurados, ya que se altera la calidad del líquido y se lo inhabilita para el consumo humano. Por eso, "el problema no termina en detectar la intrusión y cerrar el pozo; exige tomar una serie de medidas relativas a la explotación del acuífero y al control permanente de la calidad y la cantidad de agua que se extrae", agregó la investigadora, a fin de detectar cualquier anomalía.
El trabajo Á‚"“realizado por la Dra. Ofelia Tujchneider, Ing. Marcela Pérez, Ing. Marta Paris e Ing. Mónica DÁ‚'EliaÁ‚"“ fue presentado en el Congreso de Intrusión Salina en Aguas Subterráneas que se desarrolló en Cartagena, España.
Cómo llega el agua salada
Tras un seguimiento exhaustivo de los pozos de abastecimiento subterráneos ubicados en el centro de la provincia de Santa Fe, los investigadores hallaron un área en la cual el agua dulce fue reemplazada por agua salada, presente en el subsuelo mucho más allá de lo que pueden ver nuestros ojos."Debajo de las arenas Puelches que alojan al acuífero de agua dulce hay arenas de origen marino -explicó Tujchneider-. Además de tener un componente genético salino muy importante, por estas arenas circulan aguas subterráneas que constituyen el flujo regional en el sentido oeste-este, el cual se desplaza desde el pie de las Sierras Pampeanas hasta su nivel de descarga, en el valle río Paraná".
Estas arenas salinas no están separadas de las arenas del acuífero de agua dulce por ningún sedimento impermeable, por lo que pueden desplazarse en sentido vertical ascendente, sobre todo si los caudales de explotación de las perforaciones superan determinados valores.
"El equilibrio hidráulico que se establece naturalmente entre ambos susbsistemas puede romperse en casos de explotación intensiva de los pozos", indicó Tujchneider, algo que probablemente haya sido la causa más importante que dio lugar a la intrusión vertical ascendente del agua salada inferior hacia el nivel de agua dulce ubicado superiormente.
El equipo pudo determinar que los volúmenes de agua salada que ingresaron a las perforaciones tienen directa relación con un aumento en los caudales de explotación del acuífero subterráneo. Por eso, dice Tujchneider, "es necesario extremar los controles, tanto de la cantidad del agua extraída como de su calidad y, sobre todo, planificar la explotación sobre la base de un conocimiento profundo del comportamiento del sistema."
"Para evitar estos problemas es necesario trabajar intensamente en el monitoreo, es decir, controlar en tiempo real la cantidad y la calidad del agua que se extrae" del acuífero subterráneo, tarea que los investigadores de la FICH están realizando desde hace dos años en la zona central de la provincia.
Actualmente, numerosas localidades del interior de la provincia se abastecen exclusivamente del acuífero contenido en las arenas Puelches, por lo que el control exhaustivo de la calidad y la evolución de la cantidad es indispensable para detectar situaciones de riesgo que pueden alterar Á‚"“en este caso- su aptitud para el consumo y los consecuentes peligros para la salud humana.
"No se trata solamente del hecho que la actividad antrópica puede afectar al acuífero por la derivación al subsuelo de sustancias no deseadas: también la ruptura de las relaciones hidraúlicas entre los distintos subsistemas que componen un sistema acuífero afectan el equilibrio natural", indicó Tuchjneider.
Lejos de generar alarma, la investigadora indicó que "la explotación intensiva por encima de determinados valores de caudales es riesgosa: explotar un sistema de agua subterránea para abastecimiento es sumamente complejo, y es necesario realizarlo de un modo muy controlado para evitar afectaciones irreversibles", concluyó.
Monitoreo en tiempo real
Desde hace dos años el equipo de investigadores del Grupo de Investigaciones Geohidrológicas (GIG) de la FICH trabaja en monitorear, en tiempo real, la calidad y cantidad de agua que se extrae de los pozos subterráneos situados en el área central de la provincia.Gracias a esta experiencia, pionera en el país, pueden detectarse las variaciones de la relación cantidad - calidad del agua extraída, además de detectar situaciones anómalas y estimar el tiempo requerido para tomar decisiones preventivas y/o correctivas.