Ciencia y Técnica
Estudian el efecto de metales pesados sobre comunidades acuáticas
Lunes 19 de julio de 2004
Investigadores de la FHUC indagaron de qué forma incide el cromo en organismos acuáticos de nuestros ríos. Se trata de uno de los metales pesados que liberan industrias y plantas procesadoras de la región. Concluyeron en que "tuvo un importante efecto negativo
Investigadores de la Facultad de Humanidades y Ciencias (FHUC) de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) estudiaron cómo incide el cromo, uno de los metales pesados que liberan industrias y plantas procesadoras de la región, en organismos acuáticos que habitan en nuestros ríos. Concretamente, indagaron de qué forma afecta la estructura del zooplancton del Paraná y concluyeron en que "tuvo un importante efecto negativo", tanto en la densidad como en la riqueza de especies.
"El cromo es altamente tóxico para las especies zooplanctónicas del valle aluvial del río Paraná", indicó el trabajo, realizado por la Prof. Ana María Gagneten. La investigadora indica que "atributos de la comunidad tales como la riqueza de especies y la diversidad específica también disminuyeron con el incremento en la concentración de cromo".
Para realizar el estudio, se colocó zooplancton obtenido en un ambiente no contaminado (río Correntoso, valle aluvial del río Paraná Medio) en tanques experimentales ubicados en el Instituto Nacional del Limnología (INALI, UNL-Conicet). Allí se efectuaron descargas de cromo, en valores similares a los que están expuestas las comunidades en sectores cercanos a los efluentes industriales.
Los resultados indicaron que "al incrementarse la concentración del tóxico disminuyó progresivamente la riqueza de especies y su densidad". Asimismo, se determinó una baja densidad de repoblamiento, principalmente con el efecto de las concentraciones más altas del metal.
Pero los efectos causados por este químico no terminan allí: el zooplancton se alimenta de microalgas y materia orgánica, y es a su vez alimento de larvas y juveniles de peces, por lo que los riesgos pueden llegar hasta el hombre a través de la cadena alimentaria.
Pese al panorama descripto, y pese que se han realizado estudios de monitoreo de cromo en la llanura de inundación del río Paraná, "no se han hecho esfuerzos de igual magnitud para considerar los efectos sobre la biota", dicen los investigadores. En este sentido, distintos trabajos han demostrado que los valores de cromo registrados en la cuenca del Arroyo Cululú son ampliamente superiores a los estándares permitidos internacionalmente: en aguas del arroyo Las Prusianas, por ejemplo, puntualmente los niveles han llegado a superar 20 veces el límite internacional permitido (Canadian Environmetal Quality Guidelines, 2003).
Éstos efluentes afectan "significativamente a la sobrevivencia, la fecundidad, el número de mudas y de camadas" de estos microcrustáceos, según indica el trabajo, realizado por Natalia Ceresoli y Ana María Gagneten. Allí se detectó: disminución de la sobrevivencia al aumentar la concentración de efluente, disminución del número de crías/hembra, incremento del tiempo de desarrollo con retraso de la edad de primera reproducción y disminución del número de mudas con incremento del tiempo entre eventos reproductivos.
El estudio (realizado Alba Rodríguez, Mercedes Marchese y Nora Ojea) se realizó en condiciones de laboratorio, con dosis del metal similares a las halladas en nuestro medio ambiente. Pero los resultados podrían ser aún más graves en escenarios naturales, debido a que en los suelos "hay una mayor biodisponibilidad del cromo en función del menor contenido de materia orgánica presente, sumado a otros factores tales como bajo porcentaje de arcilla, pH, salinidad y temperatura", infirieron los investigadores.
Estos invertebrados son responsables en gran medida del mantenimiento de la estructura y fertilidad del suelo, porque facilitan los proceso de drenaje y aireación de la tierra e intervienen en la degradación e incorporación de la materia orgánica. Además, son alimento de mamíferos, aves, reptiles, anfibios e insectos, por lo que tienen un papel fundamental en la cadena trófica. Es por estas razones que "los test de toxicidad en suelo y de bioacumulación de metales en lombrices constituyen una herramienta muy útil para la toma de decisiones respecto de la necesidad de remediar los ambientes terrestres contaminados", según indica este trabajo.
Trabajos citados: "Respuesta de una comunidad zooplanctónica de agua dulce a la aplicación de cromo en clausuras experimentales" (A.M.Gagneten); "Efectos del efluente de curtiembre sobre Ceriodaphnia dubia (Crustacea, Cladocera) en condiciones experimentales" (N. Ceresoli y A.M. Gagneten); Efecto del cromo en Eisenia fetida (Oligochaeta: lumbricidae): toxicidad y bioacumulación" (A. Rodríguez, M. Marchese, N. Ojea). Se enmarcan en los proyectos de investigación "Evaluación de perturbaciones antropogénicas sobre poblaciones y comunidades acuáticas" (CAI+D 96); "Evaluación de respuestas de protistas, invertebrados y macrófitos a perturbaciones en el río Salado del Norte" (CAI+D 2002)
"El cromo es altamente tóxico para las especies zooplanctónicas del valle aluvial del río Paraná", indicó el trabajo, realizado por la Prof. Ana María Gagneten. La investigadora indica que "atributos de la comunidad tales como la riqueza de especies y la diversidad específica también disminuyeron con el incremento en la concentración de cromo".
Para realizar el estudio, se colocó zooplancton obtenido en un ambiente no contaminado (río Correntoso, valle aluvial del río Paraná Medio) en tanques experimentales ubicados en el Instituto Nacional del Limnología (INALI, UNL-Conicet). Allí se efectuaron descargas de cromo, en valores similares a los que están expuestas las comunidades en sectores cercanos a los efluentes industriales.
Los resultados indicaron que "al incrementarse la concentración del tóxico disminuyó progresivamente la riqueza de especies y su densidad". Asimismo, se determinó una baja densidad de repoblamiento, principalmente con el efecto de las concentraciones más altas del metal.
Pero los efectos causados por este químico no terminan allí: el zooplancton se alimenta de microalgas y materia orgánica, y es a su vez alimento de larvas y juveniles de peces, por lo que los riesgos pueden llegar hasta el hombre a través de la cadena alimentaria.
Pese al panorama descripto, y pese que se han realizado estudios de monitoreo de cromo en la llanura de inundación del río Paraná, "no se han hecho esfuerzos de igual magnitud para considerar los efectos sobre la biota", dicen los investigadores. En este sentido, distintos trabajos han demostrado que los valores de cromo registrados en la cuenca del Arroyo Cululú son ampliamente superiores a los estándares permitidos internacionalmente: en aguas del arroyo Las Prusianas, por ejemplo, puntualmente los niveles han llegado a superar 20 veces el límite internacional permitido (Canadian Environmetal Quality Guidelines, 2003).
Otros trabajos
Los investigadores trabajaron también en los efectos que los efluentes de industrias (curtiembres, precisamente) tienen sobre poblaciones de una pulga de agua de habitual presencia en nuestros ambientes: Ceriodaphnia dubia, utilizada como bioindicador para determinar la toxicidad de efluentes industriales en condiciones experimentales.Éstos efluentes afectan "significativamente a la sobrevivencia, la fecundidad, el número de mudas y de camadas" de estos microcrustáceos, según indica el trabajo, realizado por Natalia Ceresoli y Ana María Gagneten. Allí se detectó: disminución de la sobrevivencia al aumentar la concentración de efluente, disminución del número de crías/hembra, incremento del tiempo de desarrollo con retraso de la edad de primera reproducción y disminución del número de mudas con incremento del tiempo entre eventos reproductivos.
También en lombrices
Otro estudio expuso a lombrices de tierra (Eisenia fetida) a los efectos del cromo, a fin de evaluar su toxicidad y el nivel de bioacumulación. El trabajo concluyó en que "el cromo es un metal tóxico que afecta el crecimiento y la viabilidad de los capullos en la exposición prolongada" y que, además, este organismo "acumula cromo en forma efectiva" y es incapaz de regular su incorporación. Asimismo, se comprobó que "en los tratamientos de más alta concentración los individuos manifestaron tendencia a huir evitando cavar galerías en el compost".El estudio (realizado Alba Rodríguez, Mercedes Marchese y Nora Ojea) se realizó en condiciones de laboratorio, con dosis del metal similares a las halladas en nuestro medio ambiente. Pero los resultados podrían ser aún más graves en escenarios naturales, debido a que en los suelos "hay una mayor biodisponibilidad del cromo en función del menor contenido de materia orgánica presente, sumado a otros factores tales como bajo porcentaje de arcilla, pH, salinidad y temperatura", infirieron los investigadores.
Estos invertebrados son responsables en gran medida del mantenimiento de la estructura y fertilidad del suelo, porque facilitan los proceso de drenaje y aireación de la tierra e intervienen en la degradación e incorporación de la materia orgánica. Además, son alimento de mamíferos, aves, reptiles, anfibios e insectos, por lo que tienen un papel fundamental en la cadena trófica. Es por estas razones que "los test de toxicidad en suelo y de bioacumulación de metales en lombrices constituyen una herramienta muy útil para la toma de decisiones respecto de la necesidad de remediar los ambientes terrestres contaminados", según indica este trabajo.
Trabajos citados: "Respuesta de una comunidad zooplanctónica de agua dulce a la aplicación de cromo en clausuras experimentales" (A.M.Gagneten); "Efectos del efluente de curtiembre sobre Ceriodaphnia dubia (Crustacea, Cladocera) en condiciones experimentales" (N. Ceresoli y A.M. Gagneten); Efecto del cromo en Eisenia fetida (Oligochaeta: lumbricidae): toxicidad y bioacumulación" (A. Rodríguez, M. Marchese, N. Ojea). Se enmarcan en los proyectos de investigación "Evaluación de perturbaciones antropogénicas sobre poblaciones y comunidades acuáticas" (CAI+D 96); "Evaluación de respuestas de protistas, invertebrados y macrófitos a perturbaciones en el río Salado del Norte" (CAI+D 2002)