Entrevista

Priamo: "No hay en el país una cultura de preservación"

Lunes 19 de julio de 2004

El investigador visitó nuestra ciudad y brindó una conferencia sobre fotografía antigua en el Foro Cultural. Explicó cómo se realizó la muestra y el libro titulados "Producción y trabajo en la Argentina. Memoria fotográfica 1860-1960". Destacó el valor social

Luis Priamo nació en Frank y egresó como Director de Cine Documental en el Instituto de Cinematografía de la UNL en 1966. El pasado 8 de julio visitó nuestra ciudad y ofreció una charla titulada "Fotografía antigua. Su difusión y edición" en el Foro Cultural Universitario, como parte de las actividades del Ciclo de Cursos & Conferencias, que lleva adelante la Dirección de Cultura de la Universidad.

Durante su (re)encuentro con los santafesinos Á‚"“desde hace 30 años reside en Buenos AiresÁ‚"“, brindó detalles sobre la composición y la realización del libro y la exposición titulados "Producción y trabajo en la Argentina. Memoria fotográfica 1860-1960", en los cuales intervino como consultor, coordinador y editor. La muestra, que se encuentra emplazada por estos días en el Foro Cultural Á‚"“hasta el 30 del corrienteÁ‚"“, recorrió distintas ciudades de nuestro país y deviene del libro editado por el Banco BICE y la Universidad de Quilmes.

Buscador incansable de imágenes que testimonian la historia, Priamo se abocó durante largos años a investigar los archivos de nuestro país tras un único objetivo: preservar y conservar el patrimonio cultural. Frente al grabador, el entrevistado se sabe un santafesino que conoce de memoria las postales de su tierra. Con calidez y sabia sencillez, se abre al diálogo y habla de su tarea en la producción de la mencionada exposición.

- Á‚¿Puede decirse que esta muestra fotográfica nos cuenta la historia de nuestro país en imágenes?
- Si, es lo que pretendimos hacer. Nuestra historia está formada en la cultura del trabajo, y eso es importante recordarlo, más cuando las políticas neoliberales han generado semejante exclusión social. Por otro lado, nos interesó mostrar el valor del documento fotográfico como fuente para la conservación de nuestro patrimonio histórico.

- Á‚¿Cómo fue la tarea de recolectar las imágenes?
- Es principio no es posible reunir en 100 fotografías un material que represente cabalmente la variada producción urbana, fabril y rural. Fue un trabajo extenso porque hubo que lidiar con varios problemas. El primero de ellos fue que, si este libro se proponía como un libro de Producción y Trabajo en la Argentina, tenía que contar con imágenes que representaran a todo el país, lo cual era difícil. Si bien, en el Archivo General de la Nación hay fotografías del interior del país, no son tantas como las que hay de Buenos Aires. De modo que el material del interior es relativamente escaso. Por ello, hubo que recurrir a los archivos privados de empresas, de museos, a coleccionistas, aprovechar todo el trabajo ya existente, y acudir a nuestra memoria... Por ejemplo, recordamos que vimos buenas fotos sobre una cremería ambulante, que nos habían mostrado los amigos del Museo de Rafaela, y así fue que acudimos a ellos para obtener una reproducción. Por otra parte, no fue el trabajo de una sola persona. En realidad, la investigación y la recolección de las imágenes las hicieron Miguel Ángel Cuarterolo y Abel Alexander. Fue un trabajo en equipoÁ‚… -remarca y agrega reflexionando-. Recolectar fotografías antiguas exige mucha pacienciaÁ‚…

- Por su trabajo, usted ha visitado otros países, Á‚¿observó en ellos la existencia de una cultura generalizada en el cuidado del patrimonio histórico, y de la fotografía como documento histórico?
- No conozco en detalle el trabajo de conservación del patrimonio fotográfico de los europeos. Conozco un poco más lo que se hace en Canadá. Allí hay un trabajo sistemático, cosa que no existe en nuestro país. Cuentan con archivos nacionales y con archivos regionales. Dado que las regiones son bastantes autónomas y activas, cada una de ellas dispone de sus propios archivos. Si en un pueblo comienza a gestarse un archivo fotográfico, y dan pruebas que tienen una voluntad firme de institucionalizar su archivo y atenderlo como es debido, los integran a una mesa nacional donde tienen posibilidades de recibir asistencia, dinero y apoyo. Hay un trabajo sistemático, federal y regional Á‚"“enfatiza-. Los canadienses alientan la formación de archivos locales, y eso es muy importante para la conservación de las culturas regionales, de las historias particulares de cada región. Hasta hace 10 años, el Archivo General de Canadá tenía Á‚¡13 millones de imágenes!.

- La obra que se expone en el Foro recorre la producción en los siglos XIX y XX. Si dentro de 50 años, hubiera que realizar una muestra del trabajo en nuestro país de principios del siglo XXI Á‚¿cómo cree que se construiría esa historia en imágenes?
- Hay que pensar en dónde se gesta la producción fotográfica. Hoy por hoy, evidentemente, los centros más activos de producción fotográfica son los medios de comunicación. Esto no ocurría en el siglo XIX ya que los medios no publicaban fotografías, pero si comenzó a suceder en los inicios del siglo XX, a tal punto, que la principal fuente de fotos de esa época pertenece a la revista Caras y Caretas. Desde principios de siglo XX, ya los medios eran una fuente decisiva de fotografía documental. Para narrar la historia del presente, también habría que recurrir a fotógrafos amateurs, a fotógrafos profesionales, y a los archivos institucionales que son una fuente muy importante de fotografía patrimonial. De todos modos, Á‚¿cuál es el problema para contar la historia? Á‚"“se interroga y añade-: contar con los materiales. La historia en fotos sólo es posible si están las fotos. Y este es un tema, porque si no hay investigación para localizar esos acervos, es imposible tener una visión global y poder acudir a ellos. Este es un gran problema que tenemos con nuestros archivos.

- Á‚¿Carecemos de una conciencia colectiva al respecto? - Si, falta conciencia colectiva por un lado, pero también conciencia y actividad institucional archivística. No hay en el país una cultura de la preservación. Tampoco hay muchos profesionales que se dediquen a buscar fotografías antiguas. Es una cosa rarísimaÁ‚… Á‚"“comenta con humor-.

- Á‚¿Por qué le llamó la atención esta tarea de buscar fotos?
- Yo no soy fotógrafo. Yo estudié Dirección de Cine, y en un par de ocasiones necesitamos fotos antiguas para hacer cortos documentales, uno de ellos era de Marilyn Contardi, y tuvimos que salir a buscar. Nos dimos cuenta que no existían fotos de la colonización aquí, en Santa Fe, donde se había producido Á‚"“resalta-. En una tierra que no existía antes de los inmigrantes, en especial el centro provincial, cómo era posible que esas fotos no estuvieranÁ‚… tenían que estar. Y las encontramos en el Archivo General de la Nación y en las casas de particulares, en los archivos personales de fotógrafosÁ‚… Así empecé a buscar, y creo que es vital canalizar las fotos de lo privado a lo público, porque eso permite encontrarse con los mitos, con las costumbres y con todo lo cotidiano que caracteriza una época y una comunidadÁ‚…

- Volviendo al trabajo y la producción en Argentina, Á‚¿cree que en la calle transcurre buena parte la historia de este presente?
- La protesta y la resistencia, la lucha por la reivindicación existían en gran medida durante el período que abarca la muestra. Sólo que era una protesta obrera dentro de la fábrica. Esa es la gran diferencia. En general, no hay fotos de las huelgas del pasado. No se tomaban fotos de huelga. Si se tomaban Á‚"“se corrige-. Caras y Caretas tomaba fotos de huelguistas de los primeros años del siglo XX, la Semana Trágica fue magníficamente documentada. Pero Á‚¿qué era una huelga? Se reunían los huelguistas en los sindicatos. Ahora se reúnen los desocupados en la calle. Y la fotografía está detrásÁ‚… siempre está detrás de la vida.

- Usted estudió cine en la Universidad durante los Á‚'60, Á‚¿qué recuerda de esa época y de esa experiencia?
- Era una carrera nueva, y estaba vinculada al universo de las carreras de arte, por eso no era excéntrica. Sí era particular el carácter documental y social de la escuela. Para mí, el Instituto fue un lugar extraordinario. El Instituto me brindó una posibilidad que era bastante insólita en ese momento. Yo no hice el colegio secundarioÁ‚… Al Instituto se podía entrar con sólo tener la escuela primaria. En ese lugar, descubrí un mundo nuevo Á‚"“dice con algo de emoción-. No sólo del cine, sino del mundo de la cultura. Fue un cambio absoluto, marcó mi vida. En un libro sobre Ho Chi Minh Á‚"“ex presidente de Vietnam-, leí que en la cultura vietnamita, el momento de la iniciación en los varones está indicado, entre otras cosas, por el cambio de nombre. El varón se pone el nombre que quiere, se pone su nueva identidad. De algún modo, podría decir que cambié mi nombre al pasar por el Instituto. Fue un cambio de vida Á‚"“concluye-.

- Las nuevas generaciones se han acercado mucho a la fotografíaÁ‚…
- Á‚¡Es impresionante! Es impresionante cómo han crecido las artes plásticas, y lo visual. Ni hablar ahora con las nuevas tecnologías. Aunque lo mío es lo patrimonial, las fotografías que comentan, reflejan y significan para nuestro pasado. Este es el tema que me interesa. Por otra parte, hay que pensar que la fotografía hoy tiene una aplicación muy, muy variada Á‚"“resalta-. La fotografía es una rama directa. No como actividad independiente, sino como actividad plástica. Y esto es muy diferente a lo que ocurría en el pasado, cuando se discutía si es un arte o noÁ‚…

- Á‚¿Y usted qué piensa?
- Es un camino para la expresión, y es un oficio. Como también lo es la literatura y la escritura. Se puede escribir una carta personal, y se puede escribir un cuento. Es una herramienta. Lo mismo ocurre con la fotografía.

Agenda