Fortalezas vacías

Fernanda Aquere

Las “fortalezas vacías” de Fernanda Aquere son entramados construidos con malla industrial intervenida que ofician de lugares ocupantes en sí mismos, una tangible presencia que se determina desde la centralidad de la obra en el espacio de cada sala.

Las estructuras se imponen visualmente desde que uno se topa con ellas, allí debemos enfocar el área delimitada por las mismas  y abarcarlas en sus efectos ópticos, corregir los enfoques de las señales que disputarán nuestra atención, seremos estimulados de tal manera que no sabremos donde mirar primero. Producidas las inquietudes, nuestra mirada podrá reposar en el orden de desplazamiento propuesto por la artista.

Aparecen cosas del orden simbólico en el laberinto, a simple vista y profundizando aún más, son activadores de vínculos visuales directos e indirectos que se disparan por el movimiento visual continuo de recorrido y desplazamiento permanente, a lo largo del entramado en espiral trazado por Aquere.

En esa inspección de formas inquietantes con una lógica preestablecida, se constituyen los rasgos determinantes de la obra. Reconocerlas, llegar al punto clave del máximo de información visual que nos brindan, será posible en tanto y en cuanto dejemos actuar a los símbolos activantes de sensaciones, que contienen las obras.

En este punto la acción siguiente es habitarlas, recorrer su interior y expresar sus vacíos, construir sus ausencias físicas y recrear las carencias de límites del abierto tejido.

El estar dentro en estas jaulas blandas, caladas y transparentes, será un encierro producido sin ninguna situación forzosa.

Aquere nos propone entrar allí y sentir el síndrome por autoencierro, con esas fortalezas vacías ella materializa la patología urbana conocida como una fobia social aguda de nombre HIKIKOMORI que tantos jovenes sufren en el mundo. Un mal de nuestros tiempos que vino para quedarse y que invade con crecimiento exponencial la mente de quienes la padecen.

Recluirse, apartarse del mundo exterior, evitar la presión social, evadir la realidad como detonante para el aislamiento, son las maneras que ha encontrado el ser humano contemporáneo. Creando otros dominios, generando otra realidad, perdiendo los referentes sociales, paralizando el tiempo, en un transcurrir que suele convertirse en aterrador.

Articular lo que buscamos con lo que evitamos de los elementos de nuestro entorno hará a nuestra supervivencia; en las obras de Aquere tendremos que pasar los atractivos, ingresar en los laberintos, evitar quedar encerrados, salir del peligro y volver a explorar nuestro propio entorno escrutando todo, desde la reciente experiencia propuesta por la artista.

Las redes de Aquere abruman por su magnitud, y nos ponen en estado de alerta, nos crean marcos de referencia y se instalan en nuestro consciente, creando refugios, lugares inéditos y presencias visuales de alto impacto.

Aquere concibe sus obras desde un sistema de valores que abarcan desde la génesis de su relato, hasta la aparición de los objetos que nos presenta, creadora de engranajes únicos para articular sus obras, genera una relación estrecha entre lo que dice y hace. Piensa, explora y elabora sus producciones visuales de tal modo que se vislumbran como intensas experiencias de vida.

Lic. Stella Arber

Directora del MAC

 

[Video de la muestra]