Edición Especial - Entrevista

Hay que hacer una arquitectura de resistencia

Jueves 8 de julio de 2004

Así lo afirmó Rubén Cherny en su visita a la UNL. El reconocido arquitecto disertó ante un Paraninfo repleto y se refirió a la problemática que encierra el "hacer" del arquitecto en un contexto político, social y económico. Cherny es director de uno de los est

El Arq. Rubén Cherny visitó Santa Fe para disertar en el Paraninfo de la UNL. La conferencia del reconocido profesional argentino fue la segunda del ciclo Arquitectura 2004 que organiza la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (FADU) de la casa de altos estudios.

Cherny es profesor de la Universidad de Buenos Aires, ganador de numerosos premios en concursos y es reconocido tanto por sus obras como por su forma de concebir el trabajo profesional del arquitecto. Director del estudio BerdicheviskyÁ‚"“Cherny, su vasta trayectoria incluye construcciones de importante envergadura tales como proyectos de oficinas, viviendas y edificios para grandes corporaciones.

- Á‚¿Qué criterios utilizan para el diseño de los proyectos?
- En general, antes de preocuparnos por el programa, consideramos importante detectar cuál es la naturaleza de los problemas y cuáles podrían ser las vías de solución. Muchas veces lo hicimos resistiendo o poniendo en crisis el programa que nos habían pedido.

- Desde su estudio se propone trabajar con materiales y formas simples. Á‚¿Es una cuestión de rendimiento económico?
- No, no es sólo una cuestión económica. De cualquier manera, lo económico Á‚"“y sobre todo en los edificios públicosÁ‚"“ es muy importante. Los materiales simples de la economía de cada lugar son los que deben determinar la sencillez del proyecto. Sin embargo, independientemente de lo económico, considero que la arquitectura tiene que ser abstracta y sintética y no debería estar determinada por la impronta tan formal del arquitecto. Tiene que responder a una síntesis estética para que cada ciudadano pueda verla y fecundar en ella sus propias significaciones.

- Si consideramos a la ciudad como un organismo en constante cambio y similar a los seres vivos, Á‚¿cuáles serían las consecuencias de la construcción en este medio?
- Para construir una obra no sólo es importante el entorno físicoÁ‚"“urbano, sino que también es fundamental su carácter sociocultural. Una ciudad tiene edad, tiempo y evolución. Por eso, cualquier intervención que se hace del entorno urbano no se puede medir inmediatamente, sino que tiene una evolución. La construcción responde al trabajo realizado generación tras generación y afecta no sólo los aspectos físicos de la ciudad, sino también las relaciones interpersonales de los actores que la habitan. Esta es una de las razones por las cuales construir en las ciudades es una gran responsabilidad.

- Con respecto a la proliferación de edificios en grandes conglomerados urbanos. Á‚¿Como afectan estas construcciones a la fachada urbana?
- Hasta hace cincuenta años, la ciudad era la evolución lentísima de su constitución histórica a través de las generaciones. Desde esa fecha a la actualidad se dio un cambio estructural en la gestión de las ciudades, que pasó a estar en manos de las grandes corporaciones, los llamados "desarrolladores". En consecuencia, la libertad con la que impulsa las gestiones el mercado y el debilitamiento de las acciones de control del Estado, dejaron huérfana a la ciudad de la defensa pública. Podríamos citar como ejemplo aquellas tipologías arquitectónicas que en otros lugares del mundo fueron pensadas para el exterior y aquí se implantan en el medio de la ciudad, como los Centros Comerciales. Esto genera un resentimiento, no sólo en el espacio físico sino también en el carácter socioÁ‚"“cultural de la ciudad. Esto se observa de manera mas clara cuando en determinados barrios de casas bajas aparecen unas torres descomunales que resienten la privacidad y la interioridad del entorno.

- Á‚¿Qué pasa en otros países?
- En Barcelona o París por ejemplo, sucede lo mismo. Mientras que para los arquitectos son "el" paradigma de ciudad, quienes viven allí dicen que les quitaron la ciudad. En realidad son ciudades que han dejado de lado su condición de tal y la opinión de sus habitantes, para transformarse en ciudadesÁ‚"“estrella del firmamento de la globalización. Lo más grave es que han perdido esa condición urbana de pertenecer y de participar de la vida con sus habitantes. Por eso, creo que deberíamos intervenir ante la potencia del mercado. No me refiero a tomar al mercado como un enemigo, sino a implementar desde el Estado políticas para cubrir esa orfandad y lograr que la ciudad pueda seguir estando en manos de sus habitantes.

- Á‚¿Qué opina de la relación que entabla la ciudad de Santa Fe con el río y la laguna?
- No conozco demasiado la ciudad como para hacer una afirmación. Pero sí puedo decirte algunas cuestiones más generales acerca de la relación que considero que debe existir entre las condiciones del paisaje y la trama urbana de la ciudad. Esta íntima vinculación tiene que estar presente en la cabeza de todos los arquitectos cuando proyectan. Si estoy proyectando frente al Río Paraná o al Río de la Plata, tengo que tener en cuenta que van a ser determinantes de las condiciones del proyecto. Cualquier objeto que ponga frente a la magnificencia del Río Paraná es inexistente. Esa pretensión un poco narcisista que tenemos los arquitectos de mostrar lo nuestro, o mostrar nuestra obra, hay que dejarla de lado y tratar de ser mas modestos. Que importa mi "chiringuito" frente a esa magnificencia.

- Á‚¿Se trata de dejar de lado esta idea de "el arquitecto" o "la obra" para ser parte del paisaje, de la ciudad?
- Sí, un poco es eso. Particularmente no comparto la idea de poner en tendencia el diseño de un arquitecto o de un gobernante como ocurría en el imperio Romano. No debe ser un homenaje a quien lo hace sino que tiene que formar parte de la cultura y de la sociedad en la que se está construyendo. El arquitecto no puede hacerle el "piola" y competir con una cosa magnífica como el Río de la Plata. Si se hace un edificio frente al río, hay que hacerlo de manera tal que se puedan abrir las ventanas para mirarlo, olerlo y sentir esa vibración de estar a orillas del río. Esto también coincide con ciertas condiciones estructurales del país. Ahora que hay problemas con la energía, Á‚¿qué vamos a hacer con esos edificios que están hechos a fuerza de aire acondicionado? Hay que atenerse a las condiciones del lugar en el que estamos Ésa es la arquitectura que tenemos que hacer. Dejar de mirar esa cosa endogámica y no sólo interesarnos por arquitectura, sino también acordarnos un poco más de la cultura en términos generales.

- Á‚¿Que es lo que necesitaría la arquitectura para recuperar su sentido como disciplina, para dar carácter de identidad a la construcción?
- Lo que distingue a un buen arquitecto es entender la inserción de la obra en la ciudad, el valor simbólico del edificio y las necesidades uno a uno de las situaciones de uso. Si bien aceptamos la idea de que existen esas construcciones del mercado, deberíamos conjugarlas formulando alternativas imaginativas. Hay que pelearla, hay que hacer una arquitectura de resistencia Á‚¡Hay que resistir!

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