Opinión

Sobre el proyecto para San José del Rincón

Miércoles 23 de junio de 2004

La nota contiene algunas reflexiones de la Arquitecta María Laura Bertuzzi sobre el proyecto de creación de la Municipalidad para San José del Rincón. Bertuzzi es docente de la Cátedra de Urbanismo A. Caballero en la Facultad de Arquitectura Diseño y Urbanismo

En la Cámara de Senadores de la Provincia de Santa Fe ha sido presentado un proyecto de Ley, elaborado por el Senador Provincial Juan Carlos Mercier (PJ Á‚"“ Capital), por el cual se propone una nueva jurisdicción territorial para la hasta hoy, comuna de San José del Rincón. Sus límites se establecen desde la comuna de Arroyo Leyes, hasta la Ruta Nacional 168 (de norte a Sur) y desde el río Paraná hasta la Laguna Setúbal, de este a oeste.

La nueva extensión territorial y poblacional de San José del Rincón redefine a esta localidad que se constituiría en ciudad al alcanzar los casi 15.000 habitantes permanentes, según el citado proyecto de ley. Recordemos que según la Ley Provincial de Municipios y Comunas de la provincia de Santa Fe, el mínimo poblacional para alcanzar la condición de ciudad es de 10.000 habitantes permanentes. El proyecto de Ley descansa o se sustenta en tres cuestiones principales a saber: "fundamentos constitucionales", "fundamentos histórico-culturales" y "aspectos poblacionales". Si analizamos estos argumentos queda expuesta su debilidad conceptual y técnica y una llamativa improvisación toda vez que no suministra ninguna precisión sobre las consultas tecno-científicas que necesariamente debieron ser recabadas a los fines de brindarle seriedad a la propuesta como tampoco se vislumbra cual ha sido la participación de los distintos sectores sociales eventualmente comprometidos en la elaboración de este nuevo diseño. Estos defectos en nada contribuyen a calificar y prestigiar nuestra vida cívica e institucional.



Los fundamentos constitucionales del proyecto de ley se apoyan en la reformada Constitución Nacional de 1994 en tanto ésta otorga una mayor jerarquía a las autonomías municipales, pero no ahondan en la consideración de los problemas y demandas que traería aparejada la creación del municipio de San José del Rincón, en cuanto a su sustentabilidad económica su capacidad de prestar servicios y de solucionar los problemas estructurales del área entre los cuales se destacan como los más importantes el mantenimiento de las obras de defensa y el tránsito de escala urbana y regional.

Si bien las dos problemáticas referidas se encuentran actualmente bajo competencia provincial sin respuesta satisfactoria, una descentralización ingenua, podría leerse como un modo encubierto de delegarlas (y en cierto modo ignorarlas) o en su defecto, como el sobre-dimensionamiento del aparato burocrático de gobierno, que Á‚"“como bien sabemos los santafesinos- no garantiza soluciones por su propia existencia, sino que muchas veces las demora y otras, directamente las impide.

Los fundamentos históricos y culturales del proyecto de ley son los más desarrollados y explican las transformaciones del pueblo de Rincón y aledaños buscando y creo que logrando, explicar su particular y diferenciada identidad.

Con relación a la historia reciente del área, se destacan por un lado el "sentimiento" [de los habitantes] por su terruño" (sic) demostrado Á‚"“según el proyecto de ley- "frente a las crecientes importantes de 1966, 1982-83 y 1992" (sic) y por el otro, la construcción del anillo defensivo que va desde el Km 0 hasta el Km 8,5 a los lados de la ruta provincial 1 y es este último punto el que justificaría la constitución del nuevo municipio, fundado en la posibilidad de desarrollar "un plan de contingencias ante eventuales emergencias hídricas" (sic)



Respecto a las referidas razones históricas de identidad y pertenencia, el "Plano Topográfico del Territorio Municipal de Santa Fe" (1895) nos permite observar que el desarrollo de Colastiné está vinculado al funcionamiento del puerto de ultramar de la ciudad capital a la que se encontraba unido por una extensión del tendido del "Ferrocarril Santa Fe a Las Colonias" realizada en 1886. Las tareas de cabotaje se mantuvieron en el casco urbano de Santa Fe, generándose por lo tanto un "mundo portuario [...] bifronte" (MÁƒ¼ller, Collado, Macor y Piazzesi, 2001), es decir un puerto integrado pero con dos localizaciones especializadas. El 50% de las hectáreas ocupadas, estaban afectadas por el puerto y el ferrocarril y la población de Colastiné e islas pasó con el desarrollo de las actividades del puerto de ultramar de 893 habitantes en 1887, a 2.540 habitantes en 1907. Con las obras e inauguración del actual puerto de Santa Fe, esta zona adquirirá un nuevo rol, con relación a la ciudad capital.

La Guardia, por su parte también reconoce un proceso propio de asentamiento y desarrollo, en el cual las actividades productivas fueron determinantes. En 1928 los hermanos Alassio establecieron allí una fábrica de ladrillos, tejuelas y baldosas, producción reemplazada luego por la fabricación de caños de material gres cerámico vidriado y sin vidriar, los únicos en el país aprobados Á‚"“en aquel tiempo- por Obras Sanitarias de la Nación.

En síntesis cada uno de los asentamientos del sector ha podido generar identidad respecto de su propia historia, estableciendo relaciones con los núcleos urbanos cercanos, pero manteniendo sus particularidades. La reducción de dichas particularidades a una visión de integración forzada que realiza el proyecto de ley, hace desaparecer las diferencias que las caracterizan, exigiendo una síntesis que se muestra como históricamente cuestionable.



Desde la "cultura" de ocupación del territorio, debe admitirse que la ciudad de Santa Fe y el "gran Santa Fe" (según la denominación del INDEC-IPEC) no han podido asumir que su desarrollo urbano se ha conformado en un soporte de una gran fragilidad como es el valle de inundación del río Paraná. Esto no significa la imposibilidad de ocupación pero sí la diferenciación del suelo que se puede y no se puede ocupar; de alguna manera hay que revisar la reacción "natural" a la demanda de tierras que tienen nuestras prácticas urbanas e infraestructurales generando suelo seguro por relleno a cota 15 IGM.

Ahora bien, esta condición de fragilidad no es privativa de la zona de la costa, sino que es común a prácticamente la mitad del área urbanizada de la ciudad, tal y como lo han demostrado las crecidas del río Paraná y, trágicamente, la crecida del río Salado (abril de 2003) agravada por los efectos del pasmoso final de obra (sin concluir) del tramo de la defensa en la margen oeste del río.

Por lo tanto, si bien los poblados de La Guardia, Colastiné Norte y Sur, Villa California, San José del Rincón y Rincón Norte Á‚"“entre otros- comparten la necesidad de asumir a las crecidas como condicionantes de ocupación, pensar un plan de contingencia involucra a todo el aglomerado y debe ser formulado para toda la ciudad y la región. Esta condición supera en forma más que evidente las capacidades de mantenimiento, control, reacción y disponibilidad de maquinarias y personal, que puede llegar a tener una municipalidad recién constituida como sería la de San José del Rincón. Es decir que la compleja relación ciudad-río debe ser pensada como un fenómeno de por lo menos escala aglomeración (todas las localidades que tienen continuidad física y funcional) y asumida de manera estructural. En consecuencia, no parece razón suficiente la del mantenimiento de la defensa, esgrimida como justificación del proyecto de ley, para generar la constitución de una ciudad. Por otro lado debe ser la sumatoria de los intereses de las municipalidades y comunas comprometidas directa o indirectamente lo que genere acciones comunes de mantenimiento, conservación y cuidado de todas las defensas, reservando una mayor responsabilidad para el caso de Santa Fe, en donde reside más de un 82% de la población del aglomerado. La actual deficiente conservación y cuidado de las mismas obliga a enfrentar un problema aún no resuelto dado que estas obras están bajo jurisdicción provincial, pero son vitales para los municipios y comunas que no tienen presupuesto para su mantenimiento. La situación reseñada disipa o desvanece el poder de policía estatal para la conservación y mejorado del anillo defensivo.

Para una administración integrada es necesario revisar los instrumentos de gobierno y gestión disponibles y dar paso a innovaciones que hagan posible la interacción y control de los entes involucrados (gobierno provincial, municipal, comunal, organizaciones intermedias, instituciones, etc). Este enfoque traería aparejada una responsabilidad compartida, una sumatoria de esfuerzos y la posibilidad de comenzar trabajar sobre problemáticas comunes.



Respecto a los aspectos poblacionales, en el proyecto de ley se hace referencia a los totales del censo del año 2001, que permitirían superar sobradamente el umbral requerido para la creación del nuevo municipio. Con relación a esta cuestión, habría que asumir conceptualmente que el proceso de crecimiento de Santa Fe, en la escala aglomeración genera nuevos requerimientos tales como áreas de crecimiento, áreas de descarga recreativa y finisemanal. A estas demandas se suma la necesidad de pensar en conjunto los atravesamientos (rutas, puentes, autopistas), las zonas y modos de crecimiento (dado el alarmante consumo del hinterland productivo o áreas territoriales de reserva para la producción) y el espacio público, (cada vez menos público y más escaso sobre todo en la zona de la costa) además de otras cuestiones urgentes tales como procesamiento de residuos, dotación de servicios, conservación y diseño del paisaje, entre otras.

Más que pensar en la conformación de nuevas ciudades, habría que pensar el futuro de la ciudad que tenemos, sabiendo que estamos frente a un nuevo problema: una ciudad más grande, más extendida, más conciente de su vulnerabilidad en el proceso de ocupación y utilización del territorio y socialmente más degradada. Se debe diseñar un modo de articular proyectos e intereses y, fundamentalmente un modo de realizarlos. Este requerimiento no es obligatoriamente sinónimo de plan estratégico, pero sí de "estrategias" para la ciudad, de pensar en una planificación sostenible y con continuidad (que transcienda el tiempo de una sola administración) y en los modos de estimular la sinergia social. Básicamente preguntar y poder responder cual es el proyecto de ciudad que piensan Santa Fe y las demás ciudades del área metropolitana para sí.

A modo de corolario, podemos expresar entonces que no se trata de un rechazo dogmático ni caprichoso a todo proyecto que en el futuro pueda presentarse como solución integral, seria y fundada a la complejidad urbana del área, sino que este proyecto debe ser desestimado por las debilidades conceptuales desarrolladas precedentemente. De algún modo esta labilidad está expresada en el mayoritario rechazo que los habitantes de la zona de la costa han manifestado al respecto.

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